Dos falacias de Fabricio

Progresemos

Carlos Manuel Echeverría Esquivel

Carlos Manuel Echeverría

Como lo dije en mi artículo “Fabricio no”, que se puede gugulear, el programa de gobierno de Fabricio Alvarado está lleno de falacias e ideas a medio hornear. Dos de ellas merecen especial tratamiento y una destaca porque él dice que su primer acto de gobierno será decretarla como de interés nacional, en aras de estimular la economía para reducir el desempleo y el subempleo, problemas que abruman y requieren especial atención.

La primera es el llamado “canal seco”, que él llama “verde” para darle un toque mercadotecnista…al fin y al cabo vivimos en la época de la “civilización del espectáculo”. Sobre este canal lo que se sabe hasta ahora hace suponer que si acaso se tiene un perfil promovido por un grupo de interesados en hacer los estudios de prefactibilidad y factibilidad a un costo de al menos cientos de miles de dólares de EEUU, sino millones, plata que saldría directa o indirectamente del gobierno de Costa Rica, o sea de todos nosotros. No veo como puede Fabricio decirle alegremente a un país cuyo producto interno bruto es cercano a los 65 mil millones de dólares, que el canal vale 16 mil millones de dólares y a la vez decirle a las comunidades por donde supuestamente pasaría el canal seco que se van a generar 60 mil empleos directos. A nivel de perfil si acaso, eso no se puede saber.

En México y Centroamérica la idea de construir canales secos está muy arraigada desde hace varios años. Se habla de uno por el istmo de Tehuantepec, Guatemala habla del suyo y ha avanzado, lo tiene Honduras ya rústicamente construido y en la misma Panamá, con su anchura mínima de 80 kilómetros, se habla de al menos dos. En Nicaragua se conversa de un impráctico canal acuático que no ha prosperado. Todos serían competencia fuerte para uno costarricense, con ventajas y desventajas respecto al nuestro. Muy posiblemente solo uno podría construirse, pues el Canal de Panamá no está feneciendo y porque debido al cambio climático se está abriendo la ruta marítima ártica, por lo que no es fácil asegurar que la carga exista y menso proyectando a largo plazo. Al estudiar la factibilidad de este canal habría que incorporar aspectos de entorno y competencia como los mencionados en este párrafo.

Supongamos que Fabricio llegará al poder y que cumpliera su promesa. Supongamos que con nuestros recursos se le financia a los interesados los estudios mencionados y que éstos son positivos, cosa que no descarto pero de lo que soy escéptico; habría que investigar que ha pasado en México y Guatemala con sus canales secos. Habría que asegurar la inversión extranjera mediante una APP (Alianza Público-Privada) y recursos nacionales, pues algo sustancial tendría que aportar el país a esa alianza, que requerirá tratamiento legislativo adicional a lo que implicaría cercenar parte del territorio nacional que dividiría al país, como área de amortiguamiento del canal seco; una franja seguramente de al menos varias centenas de metros. El tema de las expropiaciones estará de por medio y así otros temas.

Estamos hablando entonces de al menos 10 años para ver la luz en este potencial emprendimiento. Nada que ver con la necesidad de atacar el desempleo y subempleo en las Regiones Chorotega, Huetar Norte y Huetar Atlántica a corto plazo. Es poco ético jugar con la buena fe de la ciudadanía e ilusionarla por razones fundamentalmente electorales, salvo que la inconveniente ignorancia fuera tan grande, que no permita ver lo que acabo de anotar. ¿Intereses ocultos? Hago un acto de fe en que no los hay, pero no puede uno dejar de pensarlo.

El otro tema es el de la explotación petrolera que don Fabricio ha mencionado como otra gran tabla de salvación de Costa Rica. Aclaro que estoy absolutamente en contra de esa idea por razones que comparto con muchos ciudadanos: lo ambiental, el meterse en una actividad que ya va de salida, así como inconvenientes políticos y socio-económicos que todos conocemos conlleva. Lo importante para el caso es mencionar que la experiencia de otros países señala que desde que se descubre petróleo en cantidades comercializables y de la calidad demandada a que se sistematice su exportación pasan entre cinco y diez años. Ergo, como en el tema del canal seco, Fabricio, por ignorancia o razones electorales toma el camino poco ético de vendernos humo. Eso no está bien y merece ser rechazado.

Exviceministro de Planificación.

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