La salud mental del señor Presidente

La seriedad de la política en broma y con fisga

William Hayden Quintero

William Hayden

Cumpliendo con mi rutina de dedicar dos horas del día a la lectura comencé a leer un libro interesante y fascinante: “Grandes Mitos y Leyendas de la Historia” del escritor español Carlos José Taranilla (2016) y entre los seres mitológicos me encontré con los Licántropos que proceden de la transformación del hombre tanto en lobo como en otras fieras (leopardo, tigre, pantera, jaguar, oso) que es una creencia popular de carácter universal y que hoy tiene muchos adeptos. Leyéndolo me parece que tal vez encontré la respuesta a los devaneos mentales del presidente Chaves. Él puede estar sufriendo de licantropía con ataques semi animalescos. Recordemos que a partir de junio de este año le dio por creerse un jaguar imitándolo con sus gestos, su boca, como fauces abiertas enseñando los colmillos, babeando, encorvándose, rugiendo, orejas estiradas, pelando sus ojos con miradas furiosas y abrazando tiernamente peluches de esta fiera como si fueran sus crías. Comenzó a creerse un jaguar. No es cosa de risa ni de chota, es de preocupación, puede ser una enfermedad mental seria y de cuidado, aunque parece que se calmó con las dos amansas locos de la Sala Cuarta (recursos de inconstitucionalidad) a las leyes jaguar.

Pero también puede tener otras enfermedades mentales, por ejemplo, la megalomanía, que es un delirio que hace que la persona tenga una idea exagerada de su importancia. Él de humilde no tiene ni la hache que es muda, se cree Doña Toda, único y lo mejor del mundo, está por encima del bien y el mal y tiene poses grandilocuentes a lo Hitler y Mussolini. También posee delirios mesiánicos asociados con el Síndrome de Jerusalén que hace que las personas se crean profetas o mesías. Esta semana en Acosta abrazando a Marta Esquivel, burlándose de la justicia, la sacó del estadio, la voló, dejó de ser jaguar y se comparó con el profeta Moisés conduciendo a su pueblo (los chavistas) a la tierra prometida. Vi en las redes que por asociación lo llamaron el Rey del Nilo: Nilo que digo tiene sentido, Nilo que digo es inteligente, Nilo que digo es verdad. Es una falta de respeto para el presidente, pero para exigir respeto hay que respetar.

Como buen tico me preocupa la saludad mental del presidente, pueden ser figuraciones sin sentido, ojalá, que goce de buena salud y sean solo poses de bravucón y getón, pero puede ser que, de verdad su sesera esté des-chaves-tada y no le haría mal que se someta a una revisión de especialistas, antes de que la Asamblea Legislativa cansada de tanto llevar palo de su parte y de conformidad con el numeral 8 del artículo 121 de la Constitución Política pueda resolver las dudas que han surgido sobre su incapacidad mental y decidir al respecto si lo soportan por los pocos meses que le faltan de su periodo presidencial, o lo reemplazan. El problema del reemplazo es que los dos vicepresidentes también están infectados de las mordeduras de jaguar, y como dicen por ahí, no hay cara en que persignarse. Fregados estamos.

Pero siguen fregando y no hay propósito de enmienda. Esta semana hicieron algo inconcebible, ni en la mente más enferma cabe semejante estupidez. Anunciaron con tambores y platillos, con gran algarabía y fanfarria que iban a contratar una Póliza con el INS por la suma de ¢248.391.706 para liberar de eventuales responsabilidades civiles al presidente y vicepresidentes, ministros y viceministros en caso de que afronten litigios, sanciones por actuaciones contrarias a la ley. omisiones o negligencia en su desempeño como funcionarios públicos. En total 65 funcionarios del actual gobierno estarían bajo la cobertura de la póliza, con un límite por persona de hasta $500.000. Esto es ilegal, inmoral, absurdo, indecente y un chorizo en ciernes de lo más hediendo de este gobierno porque estarían con dineros del pueblo defendiendo las tortas, corruptelas, violaciones a las leyes y otros desmanes que han hecho esos funcionarios en el ejercicio de sus cargos, pólizas que deben pagar con sus propios recursos, porque son en defensa propia. En vez de pólizas se merecen una tremenda paliza del pueblo.

Dicen que anoche en Zapote en el despacho presidencial celebraron el “jalogüin”. Algunos vistieron de jaguares, la mayoría de esclavos y serviles, el presidente se disfrazó de Moisés con una túnica morada a lo Saprissa, apoyado en un báculo y una Tablet en su mano derecha en donde tiene la lista de sus diez enemigos y los insultos que le quedan por hacer, un vice presidente que es calvo, disfrazado del hijo del Faraón como si fuera Yul Brynner el actor, había un asesor jurídico de la presidencia, el que lo embarca de lo lindo, volando en una escoba, su instrumento preferido, pero se robaron el show Pilar Cisneros, Marta Esquivel y Laura Fernández vestidas muy elegantes de Catrina cantando desoladamente la canción Llorona: “Hay Llorona/que será de nosotras/Llorona nos consume la pena/sin póliza/hay Llorona, se nos acaba la fiesta/Sí Llorona ahorita cantamos viajera”.

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2 comentarios

  1. Gustavo Elizondo

    En medio de la tristeza por esta administración he gozado demasiado, gracias don William, al mal tiempo, buena cara.

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