Infamia y política

Fernando Berrocal

Fernando Berrocal Soto

Algunos políticos con cinismo ven en lo que ha sucedido una conspiración. Yo digo: gracias infinitas al OIJ y a los jueces que autorizaron las intervenciones telefónicas de los casos Cochinilla y Diamante, y que se conozca la verdad hasta sus últimas consecuencias. Caiga quien caiga. Eso queremos los costarricenses.

Pero, cuando creíamos, después del escándalo Conavi y el de los alcaldes, que la política costarricense había llegado a su fondo más detestable y censurable, se conoce que un alcalde le dice al gerente de una de esas empresas corruptoras: “yo guaro no le tengo, pero aquí le tengo una indígena”. Una frase que produce náuseas y que quedará inscrita en el libro de la infamia.

Esta frase ha revelado los niveles de bajeza humana a la que ha llegado la política en nuestro país y hacen bien 40 diputados de todos los partidos políticos en exigir la renuncia de ese alcalde. Así lo exigimos también todas y todos aquellos que creemos en la POLÍTICA con mayúscula y como un instrumento de convivencia pacífica y civilizada para luchar, en libertad y democracia, por el “bienestar del mayor número” en un Estado Social de Derecho.

Más allá de la corrupción implícita que esa frase refleja, en ella se asoma en toda su crudeza y bajeza el más censurable racismo, machismo, homofobia, pachuquismo, pérdida de valores y la negación absoluta de toda decencia en la política, a la vez que transparenta la criminal y barata realidad de las relaciones enfermas que se han incrustado, como lo normal y lo corriente, entre el Estado Costarricense y algunos empresarios tagarotes y corruptores.

Ese es un país que no queremos y que, desde todos los bandos políticos, debemos combatir con todas nuestras fuerzas y erradicar para siempre, con el apoyo y el poder de la libertad de prensa. Solo así sobrevivirá el sistema democrático y no autoritario en el que los costarricenses queremos vivir.

No es suficiente decir que “cada palo aguante su vela”. Solo la verdad nos hace libres y lo que procede es una lucha sin fin y últimas consecuencias legales y éticas contra esta indecencia en que algunos han trasformado la política, en el partido político que sea, en el de cada uno de nosotros y por más encumbrados en la política o en el aparato partidario que estén los corruptos.

Esto debe ser una campaña patriótica de todos los costarricenses decentes contra la corrupción y la degradación de la política, como temas prioritarios y urgentes en la actual campaña electoral para la renovación de nuestras autoridades políticas en el Poder Ejecutivo y en la Asamblea Legislativa y, más allá, hasta la renovación de las autoridades municipales en el año 2024. De otra forma todos seremos cómplices y culpables de esta vergüenza nacional.

El reclamo y el grito ciudadano es: ¡No más corrupción, bajeza ni cinismo en la política de Costa Rica! ¡Igualdad de trato legal para corruptores y corruptos!

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Un comentario

  1. Gustavo Elizondo

    Estimado don Carlos, esa no es la forma correcta de manifestar un desacuerdo en Cambio Político, difiero muchas veces de los criterios de don Fernando, pero respeto ante todo, ese es uno de los principios de este espacio.

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