¡Hey, my brother, my President!

Sin tregua

Claudio Alpízar Otoya

Claudio Alpízar

Con el mismo lenguaje que el Presidente Carlos Alvarado utiliza en sus comunicaciones públicas, por medio de las redes sociales con altas personalidades de otras latitudes como recientemente hiciera con el Dr. Tedros Adhanom, Director General de OMS, también nos permitiremos hablarle al Señor Presidente, en esa forma coloquial y amigable, para llamarle la atención sobre la situación que viene padeciendo la ciudadanía de nuestro país -principalmente las personas más humildes y de menos recursos- antes, durante y de seguro posterior al COVID-19.

My brother, con sus decisiones de encarecer la vida de todos los costarricenses, tarea en la que le acompañó una muy significativa mayoría de diputados, usted -antes de la llegada del COVID19- a través del paquete fiscal y otras decisiones, le ha pasado una enorme factura a la clase media costarricense para que sea ella la que le dé solución al déficit fiscal.

Una clase media que desde ya hace varias décadas viene siendo el “burro de carga” en cuanto al pago de impuestos para sostener nuestro aparato estatal y el pago de los compromisos financieros nacionales e internacionales.

Una clase media que no solo aporta a las finanzas del estado, sino que, además, es la encargada de poner en marcha la reactivación de la economía; pero, pregunto, ¿cómo va a cumplir con esto último si ya no aguanta tanta carga? Una clase media que cada día tiene menor poder adquisitivo, no solamente por la alta carga de impuestos de la que es sujeto, sino porque además ha sido ahuyentada en el uso de los servicios públicos de salud y de educación, viéndose obligada a migrar al sector privado para adquirir esos servicios y otros más, donde ciertamente la han recibido con los brazos abiertos en sus negocios, pero la desangran con altos costos de servicios que antes el Estado Solidario le brindaba eficientemente.

Brother, pero déjeme recordarle que usted ha seguido en esta época de pandemia golpeando a la clase media. Con sus ministros -poco creativos- asustándonos con que vendrán más impuestos “si no hacemos caso”, si no nos quedarnos en casa, aunque las despensas de los hogares estén limitadas o vacías por falta de alimentos, al igual que las bolsas de los pantalones y las enaguas de los costarricenses.

Y es que no se han dado cuenta en el seno de su Poder Ejecutivo de que la clase media cada día se parece más a una vaca flaca que ya muestra sus costillas y da menos leche, más cuando sin ninguna consideración se le sigue ordeñando, pero ya no sacan leche sino sangre de sus ubres.

¿No se han dado cuenta de que ante tanta desigualdad nos podrían estar llevando a momentos de un copioso derrame de sangre tal y como hoy se ve con frecuencia en otras latitudes? Yo le aconsejo que no se atenga, my brother, porque tal vez no estamos tan domesticados como usted y muchos de quienes están a su lado piensan.

My President, aún recuerdo que en una de sus visitas a mi programa de televisión, como candidato a la presidencia, usted, con una facilidad pasmosa, tal vez porque no pensaba ganar, me dijo que luego de su gobierno Costa Rica sería un país desarrollado. ¿Lo recuerda? Y tal aseveración me sorprendió bastante pues esto no es posible en cuatro años en ninguna nación del mundo y solo lo sería mediante un acto de magia.

Pero parece que ese acto de magia sí lo viene haciendo, pero a la inversa, en un proceso involutivo, que más bien nos puede llevar a sacarnos de la vía del desarrollo y consumirnos en lo profundo del subdesarrollo por largo tiempo.

Cumpliendo aquella premisa de que ningún gobernante nos puede hacer felices a todos y a cada uno de nosotros, puesto que la felicidad es una decisión propia, pero lo que sí puede suceder con usted, my brother, es que sí nos puede hacer infelices a todos.

Hey, my brother, íbamos mal antes del COVID19 y hoy el futuro con su gobierno no es nada promisorio. Así lo determinan los diferentes estudios de opinión que muestran que no hay confianza ciudadana en su gestión, que de repente, por esas frecuentes contradicciones ciudadanas, y algunas veces por suerte, usted muestra cierta popularidad por el trabajo en la pandemia del COVID19. Pero no se engañe my President, pues es gracias a un decano sistema de salud que hemos salido adelante hasta ahora.

Ese mismo sistema de salud que hace algunos meses usted atacaba junto con los diputados; ese mismo al que hoy se le niega el pago de las cuotas pendientes del Estado a la CCSS, ni siguiera en cómodos abonos de polaco.

My brother, yo soy algunos años mayor que usted, pero recuerdo que cuando era un niño y luego joven, en Costa Rica hablábamos solo de dos divisiones de la clase media: baja y alta. Hoy nos hablan de clase media baja, media media, media alta, y ya estamos a punto de que nos dividan en clase media un octavo, clase media un cuarto, clase media tres cuartos, con tal de seguirnos engañando con el cuento de que la mayoría de los costarricenses pertenecemos a la clase media, en la que nos mantenemos a punta de una deuda privada particular que nos está matando con más velocidad que el coronavirus.

My brother, la política de su gobierno, antes del COVID19 y ahora con más fuerza ayudada por este virus, es la precarización de los salarios y de la vida de los costarricenses. Cada día acudimos al supermercado con menos recursos y encontramos todo más caro, pero el Presidente del Banco Central nos dice que se sigue sosteniendo la inflación muy baja. ¿Será que las cosas valen igual y lo que se precarizó fueron los salarios?

My President, usted está olvidando qué es, o qué ha sido la clase media en lo que fue un país de oportunidades. Pues permítame decirle que durante su gobierno, antes de la aparición del COVID19, la pobreza había subido a un 22% y el desempleo a un 12,5%, pero usted y su equipo insisten en las mismas recetas para combatir la crisis durante la pandemia, receta que no sirvió antes y ahora menos.

Usted, my brother, nos habla de la descarbonización con miras al 2050, si es que llegamos a esa fecha, pero recuerde lo que decía John M. Keynes, que a largo plazo a lo mejor todos estaremos muertos. Además, en medio ambiente ni siguiera aparecemos en el top 10 de los países que mejor trabajan el tema -con equilibrio económico y ambiental- pero sí estamos en el top 10 de los países más desiguales del mundo.

My brother, my friend, my President, este modelito de desarrollo no funcionó; ya no lo aguantamos más y ya son cuarenta años en que no avanzamos socialmente. Y quienes ganan con estas crisis, o sin ellas (1980, 2009 o 2020) son los mismos; y los que perdemos somos la gran mayoría.

My President, hágame un gran favor y deje de gobernar para las minorías; póngale atención a la gente, haga un giro, escuche al pueblo que usted gobierna y ese pueblo, entonces, sí se dejará gobernar.

Politólogo

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4 comentarios

  1. Gustavo Elizondo

    My brother Claudio, ese sistema de muchos años ha estado encabezado por el partido político donde usted milita y que unos de los que gobernó para minorías fue OAS, del que usted se considera hijo político.

  2. NO es lo mismo verla venir que poder ordeñar sin restricción Verdad?

  3. Gustavo Elizondo

    Alguien de los seguidores de don Claudio, muy bien organizados por cierto para participar con comentarios positivos hablan de que llegue a ser presidente, ¿no se ha imaginado este brother lo que es estar al frente del gobierno con tremenda crisis sanitaria? Una cosa es verla venir y otra conversar con ella.

  4. Juan de Dios Rodríguez Granados

    Excelente artículo estimado Claudio, al paso que vamos ya el pueblo no va a poder soportar más, y es que no se trata de desangrar al pueblo con más impuestos, una forma de reactivar la economía no es creando o subiendo más los impuestos, por el contrario, se nececita bajar o eliminar algunos impuestos para que haya más liquidez y fomentar el consumo, esto va a aumentar la entrada de ingresos por impuestos y de esa manera si se puede reactivar la economía y el pueblo va a estar medio satisfecho. No debemos endeudarnos más, mucho menos si es para financiar gastos, esto va a llevar al país a la quiebra. Si queremos crear obras de infraestrucuta, pues demoslas en concesión, pero eso si que ellos se encarguen de todos los gastos que esto implica.
    Es mi humilde opinión.

    Don Claudio soy un seguidor de todos sus programas, lástima el programa de lunes a viernes que antes tenía en radio Columbia, era muy interesante y crítico.

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