Régimen laboral esclavista en el sector privado: el escándalo de Tiendas SYR

Por José René Tamariz

SYR

La salvaje golpiza con tubos a dos trabajadoras, en posición de rodillas, de la cadena de tiendas SYR ejecutadas por verdugos enviados por los dueños de esas tiendas, destapó, una vez más, de forma pública una de las diversas maneras de castigos y violaciones a los derechos de miles de trabajadores en el sector de la empresa privada. Este escandaloso y violento método de “disciplina” patronal, supuestamente por robo de esas empleadas -lo cual fue demostrado que era falso- fue dado a conocer, recientemente, en las redes sociales mediante un video que se hizo viral. La gravedad de esa agresión física contra esas trabajadoras ha sido tan grande que las distintas autoridades gubernamentales, institucionales y municipales han corrido e intervenido esa cadena de tiendas.

Las pesquisas e intervención interinstitucional de la fuerza pública, policía municipal, policía de control fiscal, ministerio de trabajo, ministerio de salud, instituto nacional de seguros, CCSS, migración y otras, han develado un conjunto de situaciones y hechos que violan, de forma flagrante, los derechos básicos de los trabajadores. Entre otras violaciones, se encontró que a los empleados no se les paga el salario mínimo, ni las horas extras, se les hace trabajar largas jornadas de trabajo, no se les otorga el tiempo de descanso, así como que se contrata a menores de edad. En esas cadenas de tiendas también se contrata, principalmente, mano de obra de nicaragüenses, venezolanos, chinos, salvadoreños, hondureños y pocos nacionales.

Pero, ese salvaje “método” para “disciplinar” a los trabajadores por parte de los dueños de las tiendas SYR, es típico del esclavismo del siglo XVI al XVIII que se aplica desde hace mucho tiempo y de forma permanente en esos negocios de capital chino. Existen precedentes de golpizas a los trabajadores en esos comercios, sin embargo, las diversas autoridades no habían intervenido para impedir la ejecución de esos brutales castigos en contra de los trabajadores.

La justificación de los dueños de la cadena de tienda SYR para ejecutar esa salvaje golpiza contra las dos empleadas es atroz y despreciable. Según ellos “Antes de pegarles, siempre les dimos la oportunidad que nos dijeran la verdad para que no les pasara nada”. (El Observador, 17 de noviembre de 2022).

Sin embargo, frente a esas atrocidades de los dueños de esas tiendas y de sus verdugos, lo ridículo y bochornoso de la intervención interinstitucional es que cerraron solamente por 24 horas 14 tiendas SYR y se le giró instrucciones para corregir las violaciones en que incurren en contra de los trabajadores. Se detuvo a una de las mujeres que ejecutó la brutal golpiza a las dos trabajadoras y el OIJ busca al representante de esas tiendas para que responda por la agresión física en contra de las dos empleadas.

Según un comunicado de Casa Presidencial “El Ministerio de Trabajo y Seguridad Social a través de la Dirección Nacional de Inspección levantó actas de inspección a 20 tiendas de la cadena, quienes deben corregir las situaciones indicadas en un plazo determinado. Vencido este plazo, la Dirección hará las revisiones correspondientes y, en caso de persistir el incumplimiento se trasladará a la vía judicial”. (Comunicado 18 de noviembre de 2022).

Todas esas medidas ejecutadas por las diversas autoridades son insuficientes frente a la gravedad de la salvaje golpiza realizada en contra de las trabajadoras. Se necesita y urge, no sólo cerrar de forma definitiva esos negocios, sino también enjuiciar y encarcelar de forma inmediata a los autores intelectuales, dueños de las tiendas SYR, así como a los autores físicos de la brutal golpiza realizada a las trabajadoras.

La esclavitud en el sector agrícola

En el año 2020, en el marco de la pandemia de la Covid-19, durante las revisiones de esa peste que realizó el ministerio de salud en diferentes fincas agrícolas se destapó las distintas formas de esclavitud asalariada que existían -aún existen- en el sector agrícola. El desarrollo y profundización de la pandemia desnudaron las condiciones infrahumanas en que viven miles de trabajadores agrícolas, tales como hacinamiento, dormitorios en el suelo y otras terribles situaciones, así como la despiadada súper explotación a que son sometidos, tanto por los contratistas como por los empresarios agrícolas de la piña, yuca y otros productos agrícolas.

Los contratistas son como una especie de vendedores de esclavos asalariados, los cuales son ofrecidos a los dueños de plantaciones agrícolas para “trabajar” por bajísimos salarios y por largas jornadas de trabajo.

Los patrones, dueños de fincas, para evadir el pago de la seguridad social (seguro social, seguro de riesgo de trabajo, pago de cuota patronal para pensión y otras), el pago de las prestaciones legales (salario mínimo, aguinaldo, horas extras y otras) buscan a los contratistas para que les proporcionen la mano de obra de esa moderna y contemporánea forma de esclavitud asalariada. Los contratistas le venden esa mano de obra esclava moderna a un precio determinado a los patronos. A su vez, los contratistas les pagan a los modernos esclavos salarios de hambre.

La esclavitud en el sector de seguridad privada

Las empresas de seguridad privada han florecido como hongos. Actualmente existen en el país 1463. Funcionan muy parecido a los contratistas del sector agrícolas. Esos contratistas de seguridad privada ofrecen guardas de seguridad a las empresas y hogares ricos a un precio y ellos les pagan bajísimos salarios a esos trabajadores, muy por debajo del sueldo mínimo permitido por ley.

Además, los obligan a trabajar desde 12 horas hasta 16 horas diarias. Cientos o miles de guardas de seguridad no tienen seguridad social ni a las prestaciones legales de ley que les corresponden. Los guardas de seguridad trabajan en diversas empresas, por ejemplo, en la cadena de panadería-pulpería Musmanni y muchas otras.

La esclavitud en el sector de las empleadas domesticas

El trabajo de las empleadas domésticas tiene distintas modalidades, unas trabajan en las casas del patrón sin dormir en ellas, otras trabajan en dichas casas con dormitorio incluido y otras trabajan solo por algunas horas. Las más super explotadas son las empleadas domésticas que viven dentro de las casas de los patrones. Estos las hacen trabajar largas jornadas de trabajo y las pueden levantar a cualquier hora de la noche para ponerlas a trabajar por el mismo salario y en horario no laborales. Igual que en los demás sectores, las empleadas domésticas, no tienen seguridad social ni prestaciones legales.

Veamos algunas situaciones. Por ejemplo, “Según la Encuesta Continua de Empleo (ECE) del segundo semestre de este año, hay 83.000 empleadas domésticas sin seguro; lo que corresponde a un 62% de ese grupo laboral…”. (La Nación, 13 de noviembre de 2022). Y más adelante, en ese medio de comunicación, se señala que “Las trabajadoras domésticas encabezan una lista de siete grupos laborales sin acceso a los servicios de salud del Estado, una situación que obliga a más de 662.000 personas a valerse por sus propios medios cuando se enferman. En esa lista están obreros de la construcción y trabajadores de comercio, hoteles, transporte, ganadería y pesca”. (Ídem).

Muchos patrones de las empleadas domésticas evaden el pago de las cotizaciones de pensiones, lo cual significa que miles de esas trabajadoras no tendrán pensiones durante su vejez. De otro lado, el gerente financiero de la Caja Costarricense de Seguridad Social (CCSS) declaró a ese diario que “Estudios han demostrado que tampoco les pagan aguinaldo o las vacaciones, y no les reconocen otros derechos fundamentales, como los feriados, el día libre a la semana, las horas extras o los permisos para asistir a citas médicas”. (Ídem). Las empleadas domésticas son un sector laboral sometidas a especie de régimen laboral entre la servidumbre y el esclavismo moderno. Su situación de sobreexplotación es terrible y degradante de la condición humana.

La esclavitud asalariada moderna generalizada: Jornadas de 12 horas diarias

El gobierno de Rodrigo Chaves impulsa la aprobación del proyecto de ley 21.182 que pretende cambiar la jornada de trabajo de 8 horas diarias a 12 horas y la presenta como un gran “avance” y prioridad de su gestión gubernamental. La búsqueda por parte del gobierno de Chaves de imponer esa brutal jornada de trabajo a los trabadores se orienta en la dirección de instaurar una forma de esclavitud generalizada en diversos sectores laborales. Tanto el gobierno como los empresarios señalan una serie de “supuestos beneficios” para los trabajadores diciendo que sólo trabajaran cuatro días y descansaran tres; que tendrían más tiempo para estar con sus familias o para estudiar o realizar otras actividades.

Pero, la realidad es otra. Sencillamente, los trabajadores terminarían trabajando jornadas de hasta 6 días por 12 horas diarias, para un total de 72 horas a la semana. Lo más probable es que los patronos les soliciten a esos trabajadores, además de la jornada de cuatro días, trabajar horas extras en los siguientes días “libres”. Si los trabajadores no aceptan serían despedido de inmediato, ya que en las empresas privadas existe un régimen laboral sin ningún tipo de derecho para los trabajadores. Así que, a los trabajadores, ya sea de forma voluntaria por necesidad de más salario o por imposición patronal, serían esclavizados a trabajar jornadas de 72 horas semanales.

Por otro lado, para las trabajadoras mujeres la situación de ese tipo de jornadas tendría consecuencias terribles. Actualmente existen 480 mil familias que son dirigidas por madres solteras. Si a los miles de mujeres trabajadoras se les impone la jornada de trabajo de 12 horas diarias ya no podrán realizar el cuido de sus hijos, así como realizar las diversas actividades domésticas que deben realizar diariamente, ya que tendrían que invertir unas 16 horas diarias entre el desplazamiento de su casa al trabajo y viceversa y la jornada de 12 horas.

Por ejemplo, si una mujer trabajadora debe entrar a las 6 am o 7 pm a la empresa, tendría, dependiendo del lugar de trabajo, que levantarse a las 4 o 5 de la mañana y llegar a su casa a las 8 pm o 9 pm. Esta trabajadora, llegaría tan reventada tanto de su jornada de trabajo de 12 horas diarias, así como del tiempo invertido en el desplazamiento de su hogar-empresa y empresa-hogar que no tendría tiempo para realizar otras actividades en la casa.

Es decir, no tendría tiempo para atender a sus hijos. ¿qué institución pública podría cuidar los hijos de esas mujeres durante semejante cantidad de horas? Sencillamente no existen esas instituciones. Entonces, desde todo de punto de vista esa jornada es inviable para miles de mujeres jefas de hogar. Entonces, ¿qué harían -harán- los empresarios cuando una o varias mujeres trabajadoras de sus empresas les digan que no pueden laborar esa jornada 4 x 3? Simple y sencillamente la despedirán sin responsabilidad patronal por negarse a trabajar la nueva jornada de trabajo que se convertirá en ley de la República cuando sea aprobada, contra viento y marea, por los diputados neoliberales de la Asamblea Legislativa.

Algunas propuestas para enfrentar la esclavitud contemporánea

1. Impulsar la sindicalización en todos los sectores laborales privados para que los trabajadores de forma organizada asuman la defensa de sus derechos, violentados de forma constante y permanente. Es necesario e importante señalar que los patronos prohíben que sus trabajadores formen sindicatos en sus empresas. Aquellos trabajadores que osen formar alguna organización sindical o incorporarse a ella, simple y sencillamente, son despedidos ipso facto, ya que el régimen laboral patronal en el sector privado es brutal, despiadado y sin leyes. Formalmente, existe el derecho a la sindicalización, pero en la realidad eso es totalmente falso.

2. Las organizaciones sindicales del sector público deben contribuir, tanto con apoyo económico y logístico como legal, con los trabajadores del sector privado para que construyan sus sindicatos o bien se organicen a algunos existentes. La Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP), encabezada por Albino Vargas, es una de las pocas organizaciones sindicales que impulsa de forma constante la sindicalización de los trabajadores del sector privado. Las demás organizaciones deben seguir ese ejemplo. De ahí que es necesario que se produzca una unidad sindical de todas las organizaciones sindicales para emprender, de forma conjunta, esa importante tarea a favor de los trabajadores de la empresa.

3. Las organizaciones sindicales deben impulsar una fuerte y sólida unidad de acción para evitar que la Asamblea Legislativa apruebe la esclavista jornada de 12 horas diarias.

4. De igual forma, las organizaciones sindicales deben impulsar una amplia campaña masiva de denuncia contra las diversas formas de esclavitud que existen en los diversos sectores laborales señalados, así como en aquellos en los que no se pagan la seguridad social ni las prestaciones legales.

5. Exigir al gobierno de turno que los negocios o empresas que realicen practicas esclavistas contra sus trabajadores deben ser confiscados y sus ejecutores, intelectuales y físicos, sean encarcelados de inmediato. No debe de haber ningún tipo de contemplaciones contra esas brutales formas de explotación laboral contra los trabajadores.

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