¿Paz en Ucrania y papel de la China?

Progresemos

Carlos Manuel Echeverría Esquivel

Carlos Manuel Echeverría

La guerra en Ucrania ya cansa. Más de un año es demasiado. Ha provocado una innecesaria y numerosa pérdida de vidas humanas en ambos bandos, muchas de civiles. Los heridos abundan, algunos seriamente e impedidos de por vida. Es lamentable la disrupción en la vida de tantas personas, muchas con traumas que nunca sanarán. Muchas han migrado escapando de la guerra, abandonando hogares y formas de vida. La inflación mundial que la guerra ha alimentado, la caída del comercio y muy especialmente el desabastecimiento de granos ha afectado a todos pero especialmente a países como Somalia, estados fallidos, con pocas opciones para sustituir lo que no llegó. El impacto ambiental negativo es enorme y el desvío de materias primas y capacidad de producción para producir armamentos, reduce la posibilidad de producir bienes y servicios que fomenten el progreso y nos ayuden a enfrentar los enormes retos vitales que tiene la humanidad. En la época moderna los armamentos se producen para no ser usados; son disuasivos: previenen conflictos y con ese fin se exhiben militarmente en el Día nacional de cada país. Es un yerro si se llegan a usar.

Esta guerra ha sido causada por una cadena de errores que se inician con la tentación de la OTAN, que andaba buscando una razón para no fenecer y ya la encontró, que se empeñó en, como ha dicho el Papa Francisco, llegar a “ladrarle a la puerta” a la susceptible Rusia, históricamente atávica. Henry Kissinger también ha respaldado el razonamiento. Rusia cae en la trampa y mal informada se mete en una invasión que creyó era “pan comido” y resultó todo lo contrario, lo que le ha significado un costo enorme ante su mediocre desempeño militar. A raíz de esta guerra, Finlandia, su vecino al norte, es ahora parte de la OTAN.

El acercamiento de los EEUU con la China de Mao fue un hecho extraordinario. Richard Nixon presidía los EEUU. Henry Kissinger fue primero coordinador del Consejo de Seguridad Nacional y luego Secretario de Estado. Ambos fueron artífices del mencionado acercamiento. Los EEUU hicieron exactamente lo opuesto de lo que se ha hecho ahora: lograron desligar a China de Moscú. En estos tiempos lo más conveniente hubiera sido al revés…sacar a Moscú de la órbita china. Esa posibilidad por el momento y el tiempo previsible ya no existe.

Es un error estratégico grave, el de convertir a la milenaria y enorme China, durante siglos el imperio más poderoso del mundo, en el enemigo público # 1 del Mundo Occidental, empezando por los temas comerciales y financieros. Corroboro a menudo que quienes gestionan la política exterior y la diplomacia de lo que podríamos llamar Occidente no lo están haciendo bien. Me parece les falta visión estratégica y se guían por el temor, que es un mal consejero. En este caso temor a la China, lo que lleva especialmente los EEUU, a la confrontación.

La China de hoy en día no es un angelito que practica los postulados de la Declaración Universal de los DDHH. Favorece a gobiernos autoritarios dizque socialistas, aunque no lo sean más que de fachada y practicantes de la nefasta “economía vudú”. No veo a la China agresiva militarmente fuera de su órbita en Asia, donde se siente acosada por el cerco que los EEUU y varios de los vecinos de la China le están imponiendo, lo que obviamente genera agresividad. Y ciertamente también, la China tiene objetivos estratégicos en su región, que ha ido asumiendo amenazadoramente. El caso más importante es el de Taiwán, bajo la noción vigente de que solo hay una China; un tema de difícil tratamiento. Taiwán merece una gran respeto, por ser una entidad donde la democracia es vivencia diaria, no así la China Continental, regida por un gobierno autoritario. Costa Rica, sin pelearse con la China por supuesto, debe ser muy clara en los foros internacionales en que una invasión a Taiwán, no es de recibo. Estemos claros: la China no es el santulón del barrio, pero tampoco es la Alemania nazi. Los chinos son sensibles a lo que se diga de ellos.

A nivel mundial las aspiraciones de la China van más encaminadas hacia el comercio y la compra o extracción de materias primas. No veo a la China con la capacidad para establecer una base militar cerca del continente americano por ejemplo, como la Diego García de los EEUU. Más bien pienso que EEUU debería participar activamente en la Ruta de la Seda y otras propuestas comerciales de los chinos, con el espíritu ilustrado de la dupla Nixon/Kissinger. Los EEUU siguen siendo y lo serán en el futuro previsorio, económicamente muy superior a la China.

Por otro lado, a los EEUU les está costando aceptar la realidad de un mundo bipolar, algo ya dado. No veo el mundo multipolar con el que sueña el BRICS. Varios de los miembros no son suficientemente serios y la India sigue siendo muy limitada en cuanto al estándar de vida del grueso de su población. Densa demográficamente y encastada. Eso es un problema. A la Unión Europea todavía le falta para poder ser considerada como un actor de primer nivel.

Por supuesto que no nos gusta una China que pudiera estar influyendo más de la cuenta en alguno de nuestros vecinos. Pero eso es algo que se da y no podemos controlarlo. Se alimenta de la rivalidad entre super potencias.

Me ha parecido muy valioso el esfuerzo del presidente francés Macron, sin duda con conocimiento de la Unión Europea al menos, al pedirle a China que influya en Rusia para negociar esta guerra tan dura y ya prolongada. China tiene ahora el músculo para “sentar” a Rusia, con la que tiene un acuerdo de “amistad sin límites”, en la mesa de negociación, siempre y cuando a Rusia le hagan algunas concesiones que coadyuven a la seguridad en la parte europea del enorme país. Macron, a pesar de su debilitamiento al interior de Francia, todavía tiene capital político para invertir.

Finalmente, es necesario que las relaciones chinas con EEUU y ojalá con Occidente pleno y la India, sean constructivas y constantes. Las interdependencias y las sinergias posibles son claras y pueden dejarnos gratos procesos encaminados. El riesgo es enorme si no es así.

Exdirector General de Política Exterior

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