México: Coronavirus: pánico sí, pánico no

Luis Manuel Arce Isaac

Foto: meganoticias.mx

Apenas se confirmó la existencia en México de un caso positivo del coronavirus Covid-19 las alarmas reventaron y el pánico se apoderó de vastos sectores de la población.

El 25 de febrero en la conferencia de prensa matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador se dio la noticia del primer caso confirmado de Covid-19 en México, y una hora y media después las bodegas de alimentos y farmacias de la ciudad recibían oleadas de clientes haciendo compras de pánico.

Todos procuraban lo mismo: desinfectantes industriales, geles antibacterianos, cubrebocas y vitamina C. Menos de una hora después el desabastecimiento de esos productos era total. En dos horas más adelante los tapabocas se ofertaban en redes sociales a 500 pesos la unidad (27,70 dólares) sobre un precio real de centavos.

Los especuladores contribuían de esa forma a crear un pánico por interés. Al propio tiempo la misma población lo hacía por falta de conocimiento. Dos días después, el mandatario anunció que todos los días, incluidos sábados y domingos, altos funcionarios de salud darían en el Palacio Nacional, una conferencia de prensa didáctica para acabar con el pánico.

La iniciativa echó abajo los mitos y especulaciones acerca del Covid-19, instruyó a la gente cómo actuar y convenció con datos y cifras que no se trata de una epidemia peor, ni siquiera igual, que la de AH1N1 de 2009 en México con su trágico saldo de más de mil muertos y 72 mil enfermos.

Al parecer, el pánico social creado exprofeso está conjugado en México y la gente se ve más tranquila en la calle, aunque muchos con tapabocas aun cuando para la persona sana no es tan eficaz como se cree, y se le recomienda más a quien está enfermo.

Sin embargo, el pánico internacional no ha cedido mucho. La bolsa de valores mexicana ha sentido sus efectos al igual que las demás en Estados Unidos y Europa, el peso mexicano ha perdido estabilidad, aunque no de forma acentuada, y el sector de turismo es el más afectado.

México no suspenderá ninguno de sus programas, ni por supuesto, el Tianguis o Feria de Turismo en este mes, que es su evento más importante cada año, aunque los funcionarios admiten una caída en la ocupación hotelera.

De alguna manera México también es víctima de la feroz campaña que se desató contra China la cual sin embargo se ha resentido a nivel global después de su reconocida y eficiente batalla contra el mal.

El nuevo virus desató un debate académico sobre si el Covid-19 es o no una creación de laboratorio, independientemente de su origen zoonótico, es decir, que proviene de animales. La pregunta es cómo mutó para perjudicar a los humanos, y por qué en China.

Las dudas al respecto estarán siempre presentes. En cambio, no las hay en cuanto a la manipulación intencionada de la epidemia que desde su primer momento se perfiló como una campaña de descrédito contra China con todas las graves consecuencias comerciales, económicas y financieras que se están reportando en muchos países en todos los continentes.

Desde el primer momento hubo una asociación intrínseca entre el coronavirus y China en la prensa de Estados Unidos y Europa y en el discurso oficial, sin tomar en cuenta las repercusiones negativas para el comercio mundial más que para la economía china muy consolidada por sí misma.

Ahora, cuando la epidemia se expande y se habla de pandemia, el sistema monetario y financiero internacional comienza a asustarse como se está viendo en las principales bolsas de valores de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Alemania y Japón donde los índices bursátiles presentan preocupantes desequilibrios y caídas no previstas.

Da la impresión de que la campaña antichina se quiebra y que la crisis creada por la manipulación tendenciosa del Covid-19 se ha vuelto hacia los centros financieros cuando ya es irreversible el avance de la pandemia con toda la carga de pánico que fue fabricada a su alrededor.

Ya ni siquiera la verdad científica sobre el coronavirus de Wuhan surte efecto para eliminar el pánico prefabricado, y en países como Italia, Alemania, Estados Unidos o Japón, ni siquiera toman en cuenta que al lado de las crisis de influenza de esta década como el AH1N1 con decenas de miles de muertos, el Covid-19 parece más bien un fuerte catarro.

En apariencias, las economías de Europa, Estados Unidos y Japón, son más vulnerables al pánico por el Covid-19 de lo que fue para China el coronavirus de Wuhan, y esto los pone muy nerviosos, como admitió Robert Redfield, director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, en un mensaje para tranquilizar a la población de su país.

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