Los Máximos Fernández de nuestra época

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Carlos Revilla M.

Carlos Revilla

Recuerdo, que al día siguiente de las elecciones de 1986, en las que resultó ganador Oscar Arias Sánchez, y perdedor «Junior» Calderón, que don Oscar, ante la pregunta de un periodista sobre como veía el futuro político del candidato derrotado (Calderón), Arias contestó “es el Máximo Fernández de nuestra época”. La expresión me dio mucha curiosidad y en ese momento investigué quien era ese señor Fernández, por eso antes de entrar en materia, conozcamos primero un poco quien era esa persona a la que se refería don Oscar.

Máximo Fernández Alvarado fue un político y abogado (1858-1933). Se graduó como Bachiller en Filosofía y Letras en la Universidad de Santo Tomás a los catorce años (título similar al actual de bachillerato del colegio) y de abogado en la misma institución en 1881 con la Medalla de Honor al Mérito.

Abogado de gran éxito, en 1908 construyó para su residencia el Castillo Azul, que fue casa presidencial de 1914 a 1920 y a fines del siglo XX se convirtió en sede del directorio legislativo.

Fue Secretario de Gobernación, Policía y Fomento del 3 de agosto de 1888 al 30 de abril de 1889, durante el gobierno de don Bernardo Soto Alfaro, varias veces diputado por la provincia de San José, y presidió el Congreso Constitucional de 1913 a 1914 y de 1916 a 1917.

Fue uno de los principales líderes y fundador del Partido Republicano. En 1893 fue precandidato a la presidencia de la República y candidato a la presidencia de la República en las elecciones costarricenses de 1902, 1906 y 1913. En varias oportunidades estuvo exiliado por razones políticas.

En enero de 1917, con motivo del golpe militar de Federico Alberto Tinoco Granados, que frustró su posible postulación para las elecciones presidenciales de diciembre de ese año, se asiló en la Legación de los EE.UU., pero poco después pudo salir libremente y regresar a su casa. A partir de entonces se mantuvo retirado de la política.

Efectivamente todo un personaje el señor Fernández, pero vuelvo a la pregunta ¿a qué se refería don Oscar Arias al citarlo para hablar del futuro político de Calderón?

Pues muy sencillo, Máximo Fernández, a pesar de ser una figura política de renombre, nunca pudo llegar a ser presidente de la República, a pesar de intentarlo varias veces, siempre fracasó; en su caso tres intentos en total.

Con Rafael Angel Calderón, la afirmación de Arias no fue tan certera, pues a pesar que esa elección era su segunda derrota consecutiva, en 1990 logró ser —por fin— presidente de la República, al ganarle a Carlos Manuel Castillo el candidato del PLN en aquella ocasión.

Tenemos claro que Calderón no fue un «Máximo Fernández», pero entonces que interesante sería conocer quiénes sí lo han sido en estos tiempos modernos. Y aunque no lo crean no han sido pocos.

Sin un orden específico, este es el recuento con algunos datos, de los personajes que se hacen acreedores a ser los “Máximos Fernández de nuestra época”. Veamos:

José Miguel Corrales. Candidato presidencial en 1998 con el PLN, perdió la elección, por escaso márgen, contra Miguel Angel Rodriguez del PUSC. En el 2005 se retira del PLN, y acepta ser candidato presidencial por el partido Unión Patriótica, pero posteriormente tuvo roces con la dirigencia de ese partido y se retiró. Para las elecciones del 2014 oficializó una nueva candidatura a la presidencia de la República por el partido Patria Nueva y obtuvo cerca del 1% de los votos.​

Resumen: Dos pérdidas y un retiro.

Rolando Araya. Candidato presidencial en el 2002 con el PLN, perdió la elección, en segunda ronda, contra Abel Pacheco del PUSC. Le costó mucho ser candidato presidencial, posición a la que llegó después de perder un par de veces en las internas del PLN. Volvió a ser candidato presidencial en el 2010, con el partido Alianza Patriótica, pero se retiró para darle la adhesión a Otón Solís candidato del PAC, quien a la postre perdería ante Laura Chinchilla del PLN. Aunque no como para la presidencia, en el 2018 fue candidato a Diputado en el primer lugar por San José por el partido Todos, sin lograr salir electo.

Resumen: Una pérdida y un retiro.

Otto Guevara. Tremendo personaje, que se lleva el récord de candidaturas y derrotas, cinco en total, la última del 2018, catastrófica, enviando a la desaparición y quiebra a su partido el Movimiento Libertario. Un total de 20 años en la palestra política, que le sirvieron para muy poco.

Resumen: Cinco pérdidas

Otón Solís. Tres veces candidato presidencial, en el 2002, 2006 y 2010 por el Partido Acción Ciudadana (PAC), resultando perdedor las tres ocasiones, aunque la del 2010, contra Oscar Arias, por muy escaso margen.

Resumen: Tres pérdidas.

Antonio Álvarez Desanti. Dos veces candidato presidencial, una con el PLN en el 2018, y la otra por un partido creado por él, que se llamó Unión para el Cambio (UPC) en el 2006. En la Convención Liberacionista realizada el 3 de junio del 2001, Álvarez Desanti se postuló como precandidato presidencial siendo derrotado por Rolando Araya Monge y José Miguel Corrales Bolaños, quedando como último de los tres precandidatos. En el 2004 Abandonó el PLN y fundó el partido Unión Para el Cambio.

Resumen: Dos pérdidas.

Análisis

Pareciera que en el papel Otto Guevara es el gran ganador o perdedor —como quieran verlo— con sus cinco derrotas, pero eso fue con el Movimiento Libertario, un partido que nunca ha sido considerado uno de los grandes, con un porcentaje que nunca ha superado el 20% de los votos, y esto como algo excepcional en el 2010. Un poco como el Dr. Rodrigo Gutiérrez con sus tres candidaturas por la izquierda, en los años 80s y 90s del siglo pasado.

Otón Solís, aunque personalmente tiene tres derrotas a cuestas, la del 2006 contra Oscar Arias fue muy ajustada (solo 18.900 votos de diferencia) y bien que mal su partido el PAC, ha ganado dos elecciones consecutivas y en este momento es el partido con más simpatías entre los costarricenses.

José Miguel Corrales, tuvo una derrota muy ajustada en 1998 contra Miguel Angel Rodríguez.

Rolando Araya tuvo una derrota decorosa en el 2002, pasando a segunda ronda, y en el 2010 la coyuntura lo hizo abandonar la contienda para apoyar a Otón Solís.

Antonio Álavarez Desanti, en el 2004 afirmó que la corrupción imperante y el alejamiento de la cúpula del PLN de sus principios e ideología socialdemócrata fundamentaban su decisión de irse del partido. En las elecciones del 2006 con su partido UPC solo obtuvo un 2,44% y ni siquiera tuvo acceso a la deuda política. En el 2018 llevó al Partido Liberación Nacional a la más dolorosa derrota de todas las que ha tenido, donde por primera vez ni siquiera pasó a segunda ronda, dejándolo sumido en una crisis de la que algunos creen ya no se levanta. Tuvo una carrera meteórica en política: presidente de la FEUCR, ministro, diputado, presidente de la Asamblea Legislativa, en fin todos los puestos importantes fueron ocupados por él, siendo desde los años 80s hasta la fecha, uno de los políticos de referencia en Costa Rica. Sin embargo, no pudo culminar su gran anhelo de llegar a ser presidente de la República; lo que contrasta con su actividad privada, donde ha logrado ser un abogado y empresario exitoso.

Así que, por todo lo anterior, vemos que si han habido Máximos Fernández, e incluso algunos más máximos que otros.

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4 comentarios

  1. Jorge Urbina Ortega

    Como otros muchos artículos de Carlos, este no es uno de esos que se escriben “a mano alzada”. Hay aquí investigación e historia. La política es veleidosa y caprichosa, reparte sus laureles a veces con justicia y a veces descuido. El recuento de Revilla ratifica que pelea por el “Máximo”, premio a la desventura política de una época, no es siempre competencia de deméritos.

  2. Gustavo Elizondo

    Les invito a leer un libro titulado «Los perdedores» que habla de don Máximo y otros más que se quedaron en capilla ardiente.

  3. Gustavo Elizondo

    Aclaro, el libro se llama Los Grandes Perdedores y es de don Eduardo Oconitrillo. Don Carlos, me gustaría tener su correo para comunicarme.

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