Liberacion Nacional sin triunfos ni propuestas

Ágora*

Guido Mora
guidomoracr@gmail.com

Guido Mora

Para quien no tiene principios, o sus principios son débiles, es muy fácil negociar. Al fin y al cabo, no está renunciando a valores que realmente respete. GM

Los grupos de poder que desde hace varios procesos vienen manejando al Partido Liberación Nacional, con o sin complacencia de la estructura oficial, tienen el muy dudoso honor de haber llevado, a esta agrupación política, a la más vergonzosa derrota de su historia.

Alcanzar, después de una campaña en la que supuestamente debía ganar por estar en oposición, un raquítico 12% del Padrón Nacional y una votación nominal por debajo de la obtenida en la anterior campaña, en que esta agrupación concluyo la justa electoral sin candidato es, sin duda alguna, uno de los fracasos más contundentes que pueda señalarse.

Dos derrotas consecutivas, con el mismo equipo y el mismo planteamiento político, no es sino el reflejo de que algo anda realmente mal a lo interno del Partido Liberación Nacional.

Tal como se lo digo a mis amigos liberacionistas: los responsables de la segunda derrota consecutiva del partido, no se encuentran en otras tiendas políticas. Hay que ir a buscarlos allí, entre los correligionarios, que en el proceso electoral de 2014 y en el 2018, ocuparon posiciones de dirección en los comandos de campaña y en los Comités Ejecutivos Nacionales. Al fin y al cabo, los equipos los integran las mismas personas, unas veces al frente y otras detrás de los puestos de mando.

Son los que, al igual que en proceso electoral del 2014, recorrieron el país comunicando las ideas que oportunamente privilegió el candidato y que, en su estrategia de mensaje, la dirección de campaña articuló y difundió.

El resultado final, en ambos casos, fue la derrota. Una derrota vergonzante y en este recién concluido proceso, con una cosecha de sufragios que refleja una significativa erosión del respaldo popular.

Sin conformarse con la debacle política causada, a lo interno de la organización, producto de un mal candidato y una peor propuesta, que no logra llegar a los costarricenses, la dirigencia liberacionista ha dado un paso más allá, uno que lanza al Partido Liberación Nacional a un abismo político, que lo conduce a una verdadera derrota ideológica.

Hoy estas mismas personas, han convertido a Liberación Nacional, la organización que otrora fuera uno de los partidos más importantes, progresistas y transformadores de América Latina, en un apéndice de una congregación religiosa, representante de la derecha conservadora más recalcitrante de nuestra sociedad, dejando al desnudo la inexistencia de un verdadero ideario político y evidenciando un ansia desmedida de poder.

Ante esta elección, abierta o solapada, muchos amigos con los que he conversado me han dado dos explicaciones:

1- Priva entre los militantes de Liberación Nacional el criterio de que el PAC es el enemigo natural y hay que hundirlo, a toda costa. Para ello es indispensable que salga derrotado en esta contienda.

2- Exponen, los sectores más conservadores, que el candidato de Restauración Nacional, al no formar parte de una agrupación política consolidada, será más fácil de influir y hasta de manipular, en un eventual gobierno. Agregan, que la opción que representa Restauración Nacional, es una corriente política de “centro-derecha muy progresista que busca la creación de la riqueza y su justa distribución”.

Mis respuestas, a ambas argumentaciones son:

1- Tal como lo expuse, los responsables de la derrota no están en el PAC o en la Unidad o en el PIN. Los responsables de la derrota del PLN, están allí mismo, en esa organización, no hay que salir a buscarlos muy lejos y;

2- A lo largo de la historia de los grupos neopentecostales, sólo he visto que quienes se benefician con la “siembra y repartición de la riqueza” son los pastores, los salmistas y los falsos profetas. Por otra parte, estas congregaciones religiosas constituyen puntas de lanza de los grupos conservadores, para difundir los ideales neoliberales en toda América Latina. Esto ha sido así, desde que se redactó el Documento de Santa Fe, en los años 80. Finalmente, les afirmo con contundencia, que están muy equivocados si creen que podrán usar a los maestros del engaño y la manipulación. Hemos visto muchas veces, cómo estos líderes religiosos, desarrollan mecanismos de manipulación, en los que miles de personas son envueltos en falsas promesas y milagros, terminando despojados no solo de si dignidad, sino también de sus bienes y recursos. Al fin y al cabo, estos son mercaderes de la fe e integran importantes redes económicas y políticas internacionales.

En términos reales, no sé si, quienes hoy día ocupan puestos en la estructura de Liberación Nacional o, quiénes habiendo ocupado posiciones de mando en la fracasada campaña electoral, tienen idea del significado de su adhesión a ese conglomerado político-religioso.

Argumentan algunos que el Directorio Político Nacional les dejó en libertad de votar por uno u otro candidato, esto es cierto. Pero de allí a dar adhesiones públicas, hay un abismo. Esas adhesiones pueden ofrecerlas, sólo si renuncian a su investidura partidaria.

Para quienes seguimos la política de cerca, la única interpretación que podemos derivar, y espero así quede escrito en historia política nacional, es que el otrora partido progresista, el reformador de la sociedad costarricense, el que luchó contra los sectores más conservadores de esta sociedad, el que se opuso a los más importantes capitales económicos tradicionales, en defensa de los derechos de las grandes mayorías; ese partido que construyó una sociedad costarricense diferente al resto de muchos países de América Latina; el que promovió los Derechos Humanos y protegió la vida de personalidades y líderes políticos latinoamericanos, ya no existe.

La resaca de la derrota, de esa derrota de la cual estos grupos deben reconocerse responsables, los ha llevado a entregarse a una agrupación político-religiosa que incluso atenta contra los Derechos Humanos y contra la Constitución Política, violentando el principio de igualdad de todos los costarricenses ante la Ley.

Que quede claro, para la dirigencia oficial y para quienes ocuparon cargos de dirección en la campaña electoral -esos que abiertamente apoyan a los líderes de esa congragación político-religiosa-, que hoy Liberación Nacional con su alianza se convierte en cómplice de cualquier manifestación y acción que ATENTE CONTRA LOS DERECHOS DE TODOS LOS COSTARRICENSES. Porque quienes hoy señalan y discriminan a los integrantes de los grupos LGTBI, mañana discriminarán y atentarán contra los derechos de las mujeres, los extranjeros, las personas afrodescendientes o los discapacitados. Cambiar la denominación, para un líder pseudo religioso no es problema, con tal de alcanzar sus objetivos, cualesquiera que estos sean.

Quiero hacer pública esta realidad, que no se puede o debe ocultar, para que después no digan que nadie lo denunció: el Partido Liberación Nacional ha sido transformado, en un instrumento para consolidar el poder, en manos de un grupo religioso que promueve la discriminación y que cuenta con dudosos vínculos a nivel nacional e internacional.

Es imprescindible dar a conocer ante la opinión pública esta situación para que, quienes patrocinaron este lamentable desatino, carguen sobre sus hombros la responsabilidad histórica y las repercusiones, que un hecho de esta magnitud pueda tener, a corto, mediano y largo plazo.

Hasta en las redes sociales se evidencia la rearticulación de fuerzas político-económicas y la ausencia de un verdadero liderazgo político progresista. Prevalece un movimiento de convergencia de los intereses de personas y grupos conservadores más recalcitrantes, para unirse en torno a la insignia religiosa que sólo busca, a cualquier costa, obtener el poder.

Es un secreto a voces, que los representantes de la congregación religiosa están dispuestos a ceder la conducción de los asuntos económicos nacionales, a favor de los grupos conservadores, a cambio de apropiarse del manejo del aparato ideológico, que permitirá difundir su cosmovisión.

En lo que a Liberación Nacional corresponde, es realmente lamentable que se antepongan los intereses particulares al interés nacional. Estoy seguro que con un verdadero liderazgo político, se hubiera privilegiado la diferenciación estratégica de ambas agrupaciones, ante la entrega incondicional de esta insignia histórica, a un grupo de improvisados.

Es posible que esta acción, nos haga testigos de la firma del acta de defunción del Partido Liberación Nacional que no solo claudicó en sus objetivos de la lucha contra la pobreza, sino que también renunció, con sus acciones, públicamente, a la lucha por la defensa de los Derechos Humanos.

Será la historia y la sociedad costarricense, la que, con el tiempo, juzguen estas acciones. Ojalá que no estemos tomando la ruta equivocada, pues el costo político para esta pequeña democracia, que ha respetado por años los Derechos Políticos y Humanos, puede tener repercusiones inconmensurables para todos los costarricenses.

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* El Ágora era el centro de la actividad política, administrativa, comercial y social de la antigua Atenas.

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2 comentarios

  1. Un artículo excelente.

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