Explorando la cuenca pérmica de EEUU

Un gigante energético en evolución

Cuenca pérmica
Extracción en la cuenca pérmica de EE.UU. Web

La Cuenca Pérmica (Permian Basin en inglés), es una gran área geológica situada en el suroeste de los Estados Unidos. Se comprende vastas extensiones de tierra de Texas y Nuevo México, abarcando una superficie de aproximadamente 222,740 kilómetros cuadrados). Se divide en dos subcuencas principales: la Cuenca Pérmica de Texas y la Cuenca Pérmica de Nuevo México. La de Texas es la subcuenca más grande y produce más petróleo que la de Nuevo México. Esta cuenca es una de las regiones petrolíferas y de gas más productivas de América del Norte, convirtiéndose en una pieza clave en el panorama energético mundial. Con una rica historia que se remonta a décadas, la región ha experimentado una transformación significativa en los últimos años, impulsada por avances tecnológicos y un crecimiento explosivo en la producción de petróleo y gas.

Si la Cuenca Pérmica fuera un país independiente y formase parte de la OPEP, sería el segundo mayor productor de petróleo del cártel y ocuparía el cuarto puesto a nivel mundial. Esta formación rica en shale oil (petróleo de esquisto) está produciendo alrededor de cinco millones de barriles por día (mbd), superando el bombeo de Irak, que se sitúa en los 4,65 mbd, convirtiendo a esta región en el cuarto productor de crudo a nivel mundial (si fuera un país) solo por detrás del propio EEUU, Rusia y Arabia Saudí.

La historia de la Cuenca Pérmica se remonta a la década de 1920, cuando los primeros descubrimientos de petróleo impulsaron la fiebre del oro negro en la región. Desde entonces, la explotación de los recursos ha sido una constante, pero la última década ha presenciado un resurgimiento significativo gracias a las tecnologías de perforación horizontal y fracturación hidráulica (fracking). Estas tecnologías han permitido acceder a recursos previamente inaccesibles en formaciones de roca de esquisto.

La revolución tecnológica en la extracción de petróleo y gas ha sido un factor determinante en el renacimiento de la Cuenca Pérmica. La aplicación de la fracturación hidráulica ha permitido liberar vastas reservas de hidrocarburos atrapados en formaciones de roca de esquisto, impulsando la producción a niveles sin precedentes. Se estima que contiene alrededor de 200 mil millones de barriles de petróleo y 184 mil millones de metros cúbicos de gas natural. La cuenca es responsable de aproximadamente el 40% de la producción de petróleo de Estados Unidos.

La Cuenca Pérmica no solo es una potencia energética, sino también un motor económico. La creación de empleo en la región ha sido notable, con una demanda constante de trabajadores en la industria petrolera y servicios relacionados. Este auge económico ha transformado comunidades locales y ha generado un aumento en la inversión y desarrollo de infraestructuras.

Es importante señalar que, aunque la Cuenca Pérmica es conocida principalmente por su producción de petróleo y gas, también es un ecosistema diverso con una variedad de hábitats naturales y vida silvestre. La extracción intensiva de recursos ha planteado preocupaciones sobre la conservación del agua, la calidad del aire y la alteración del paisaje. Las comunidades locales y los defensores del medio ambiente buscan equilibrar el desarrollo económico con la responsabilidad ambiental.

El futuro de la Cuenca Pérmica está marcado por la incertidumbre y la adaptación. La evolución de las políticas energéticas, la demanda global de hidrocarburos y las innovaciones tecnológicas influirán en la dirección que tome la región en los próximos años. Además, la transición hacia fuentes de energía más sostenibles plantea preguntas sobre la sostenibilidad a largo plazo de la industria en la Cuenca Pérmica.

La Cuenca Pérmica se erige como un coloso energético en constante evolución. Desde sus primeros días de descubrimientos hasta la revolución tecnológica actual, la región ha desempeñado un papel vital en la provisión de recursos energéticos. Sin embargo, el desafío radica en encontrar un equilibrio armonioso entre el desarrollo económico y la conservación ambiental para garantizar un futuro sostenible para las generaciones venideras.

¿Qué es la técnica del fracking?

La fracturación hidráulica, también conocida como fracking, es un proceso de extracción de petróleo y gas natural que consiste en inyectar agua a alta presión en la roca madre para fracturar las rocas sedimentarias y liberar los hidrocarburos atrapados en su interior.

El proceso de fracturación hidráulica se realiza en varias etapas:

  • Perforación del pozo: se perfora un pozo vertical en la capa de roca que contiene gas o petróleo, generalmente en formaciones de esquisto.
  • Desviación horizontal: una vez que se alcanza la capa objetivo, la perforación se puede desviar horizontalmente a lo largo de la formación de esquisto para aumentar la exposición a los hidrocarburos.
  • Instalación de revestimiento: se coloca un revestimiento de acero y cemento en el pozo para prevenir la migración de fluidos hacia formaciones de agua subterránea.
  • Perforación de orificios laterales: se realizan perforaciones adicionales en el pozo, conocidas como «etapas», a lo largo de la sección horizontal.
  • Inyección de fluidos: se inyecta un fluido de fracturación a alta presión en el pozo. Este fluido, compuesto principalmente de agua, arena y aditivos químicos, ayuda a fracturar la roca.
  • Fracturación de la roca: la presión del fluido fracturante crea grietas en la formación de esquisto, permitiendo que los hidrocarburos se liberen y fluyan hacia el pozo.
  • Recuperación de fluidos: después de la fracturación, parte del fluido inyectado vuelve a ser recuperado. Este fluido de retorno, también conocido como «fluido de retorno» o «agua de retorno», puede contener compuestos químicos y material natural de la formación.
  • Producción de gas/petróleo: finalmente, se extraen los hidrocarburos liberados durante la fracturación, y el pozo entra en la fase de producción.

Algunos de los posibles impactos ambientales del fracking incluyen:

  • Contaminación del agua: El agua utilizada en el proceso de fracturación hidráulica puede contaminar las aguas subterráneas si no se maneja adecuadamente.
  • Contaminación del aire: Los gases de combustión y los aditivos químicos utilizados en el proceso de fracturación hidráulica pueden contaminar el aire.
  • Impactos sísmicos: La fracturación hidráulica puede provocar terremotos de baja magnitud.

El fracking es una técnica controvertida que ha sido objeto de debate en todo el mundo. Los partidarios del fracking afirman que es una tecnología segura y eficiente que puede ayudar a satisfacer la demanda mundial de energía. Los opositores afirman que es una tecnología peligrosa que puede dañar el medio ambiente.

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