Estatua de la Madre Patria: Símbolo imponente de valor y resistencia

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Carlos Revilla Maroto

Carlos Revilla

En la ciudad de Volgogrado en Rusia, la otrora Stalingrado, se erige una de las estatuas más imponentes y conmovedoras del mundo: la Estatua de la Madre Patria. Conocida localmente como «La Madre Patria Llama», esta magnífica obra de arte conmemora la feroz batalla de Stalingrado durante la Segunda Guerra Mundial y honra a los valientes hombres y mujeres que defendieron la ciudad con inquebrantable valor y resistencia. Esta estatua monumental es mucho más que una simple escultura; es un símbolo duradero de la determinación humana y un homenaje a los sacrificios realizados en nombre de la libertad.

Para poner un poco las cosas en perspectiva, es necesario hablar de la Batalla de Stalingrado en la Segunda Guerra Mundial, que es la razón de esta gran estatua.

La batalla se libró entre el 17 de julio de 1942 y el 2 de febrero de 1943 en Stalingrado y terminó siendo una de las mayores derrotas del ejército alemán, considerada un punto de inflexión crucial en el conflicto. El objetivo principal de la Alemania nazi era tomar el control de la ciudad, que era estratégicamente importante a orillas del río Volga. La ofensiva alemana comenzó con un intenso bombardeo aéreo y un asalto terrestre masivo. Las tropas alemanas, bien equipadas y experimentadas, lograron avanzar rápidamente y tomar gran parte de la ciudad. Sin embargo, los defensores soviéticos, bajo el mando del General Vasili Chuikov, resistieron tenazmente en una feroz lucha callejera.

El invierno ruso y la falta de suministros adecuados jugaron un papel crucial en la batalla. Las fuerzas alemanas se encontraron atrapadas en un ambiente hostil y sin poder asegurar sus líneas de suministro. Mientras tanto, el Ejército Rojo soviético lanzó una contraofensiva masiva que rodeó y cercó a las tropas alemanas. La ciudad se convirtió en un campo de batalla devastado por los bombardeos y combates intensos. Las condiciones de vida en la ciudad fueron extremadamente difíciles para ambos bandos. Las fuerzas alemanas sufrieron una escasez de alimentos, agua y suministros médicos, mientras que los soldados soviéticos enfrentaron condiciones invernales extremas y una lucha constante por la supervivencia. Las bajas en ambos lados fueron masivas, y la lucha se llevó a cabo en las ruinas de edificios destruidos.

Finalmente, el 2 de febrero de 1943, el mariscal de campo alemán Friedrich Paulus se rindió, marcando una de las mayores derrotas en la historia de Alemania. Más de 90 000 soldados alemanes fueron capturados y solo unos pocos miles lograron escapar. La victoria soviética en Stalingrado fue un punto de inflexión crucial en la guerra, ya que demostró que las fuerzas alemanas podían ser detenidas y derrotadas.

La batalla tuvo un alto costo humano. Se estima que murieron más de 2 millones de personas, entre militares y civiles, como resultado directo de los combates y las terribles condiciones. La ciudad de Stalingrado quedó en ruinas y se convirtió en un símbolo de la resistencia soviética durante la guerra.

Volviendo a la estatua, esta es compleja desde el punto de vista de la ingeniería, debido a su característica postura con la espada alzada en alto con su mano derecha, con la mano izquierda con un gesto de llamada. Se basa principalmente en la personificación de la Madre Rusia o Madre Patria, aunque también es una moderna interpretación de la Victoria o Niké. Desde esa perspectiva transmite un mensaje claro y poderoso: nunca olvidar y honrar a aquellos que lucharon y perdieron la vida en la defensa de su patria. Es un recordatorio constante de los horrores de la guerra y del espíritu indomable de aquellos que se enfrentaron a la adversidad, sin olvidad el llamado y exhortación a sus hijos a batallar contra el enemigo. Los visitantes que se acercan a la estatua a menudo experimentan una sensación abrumadora de respeto y gratitud hacia aquellos que hicieron sacrificios inimaginables.

La construcción de la estatua (tomando en cuenta toda el complejo conmemorativo donde está), comenzó en mayo de 1959 y terminó el 15 de octubre de 1967. Fue diseñada por el escultor Yevgeny Vuchetich y el ingeniero Nikolai Nikitin. Cada detalle de la estatua fue cuidadosamente concebido para transmitir el espíritu de la batalla de Stalingrado y rendir homenaje a los caídos. Cuando el monumento fue inaugurado, era la escultura más alta del mundo, midiendo 85 metros desde la punta de la espada hasta la base de la plataforma. Se llega a ella por medio de doscientos escalones, que simbolizan los 200 días de la batalla de Stalingrado, que conducen desde la parte inferior de la colina hasta el monumento. Construida en hormigón y metal, se alza majestuosamente en la colina Mamáyev Kurgán, dominando el horizonte de Volgogrado. Es una de las estatuas más altas del mundo y es imposible no sentirse abrumado por su presencia.

La estatua representa a una figura femenina erguida, sosteniendo una espada sobre su cabeza con una mano y sosteniendo un escudo en la otra. El conjunto es una representación imponente de la diosa de la victoria y personifica la fuerza y el coraje del pueblo soviético durante la guerra. La modelo que posó para la estatua, Valentina Izótova, nativa de la ciudad, todavía es reconocida por su parecido con la estatua. Fue reclutada por Lev Maistrenko, un artista que trabajaba en el complejo al inicio de la década de 1960.

Desde su inauguración la estatua se ha convertido en un importante destino turístico y un lugar de peregrinación; pasando a ser un emblema duradero y símbolo de la lucha y sacrificio humano. No solo es un recordatorio de los horrores de la guerra, sino también una llamada a la paz y a la unidad. La estatua ha inspirado a generaciones de rusos y visitantes de todo el mundo, quienes encuentran en ella un sentido de respeto, valentía y esperanza. Además, ha sido testigo de numerosas ceremonias y conmemoraciones, recordando los eventos históricos que tuvieron lugar en Stalingrado y rindiendo homenaje a aquellos que perdieron la vida en la batalla. Cada año, el 9 de mayo, el Día de la Victoria en Rusia, se lleva a cabo una impresionante celebración en Volgogrado, durante la cual la estatua se convierte en el epicentro de las festividades y se ilumina con una llama eterna.

La estatua es una obra de arte excepcional que trasciende su función estética para convertirse en un símbolo perdurable de valor, resistencia y sacrificio. Es un recordatorio de los tiempos difíciles en los que la humanidad se enfrentó a la guerra, pero también es un faro de esperanza y paz. Esta magnífica estatua sigue impresionando a los visitantes y sirve como un poderoso testimonio de la capacidad humana para superar la adversidad y preservar la memoria de aquellos que dieron su vida por la libertad.

Me encontré este bonito y detallado vídeo, que es un “walking tour” por todo el complejo:

También pueden ver este otro vídeo de Natgeo en Youtube sobre la estatua, que me gustó porque no es tan largo y da muchos detalles.

El complejo conmemorativo en el Mamáyev Kurgán es inmenso, lleno de monumentos, y es realmente sobrecogedor. La “Memoria de las generaciones” es la primera parte del complejo donde también destacan la Sala de la Llama Eterna, donde está el Salón de la Gloria del Guerrero y la Llama Eterna de la Paz. La preciosa Iglesia de Todos Los Santos es otro lugar que resalta en el lugar.

La mayoría de los lugares que he mencionado, se pueden observar en la bonita galería que preparé para ilustrar este texto, que es apenas un vistazo del complejo y la estatua.

 

Con la ayuda de la Wikipedia. Imágenes de WikiCommons y Google Maps

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