Serie documentos históricos (Especial para Cambio Político)
Lic. Daniel Oduber Quirós
VII
LA SUBEJECUCIÓN PRESUPUESTARIA
Uno de los temas más traídos y llevados por el actual Gobierno es la subejecución presupuestaria. En casi todos sus discursos, mensajes y declaraciones, el señor Presidente de la República saca a relucir, como uno de los principales logros de su Gobierno, el altísimo monto del gasto público que ha subejecutado durante los dos años que lleva a su administración, gracias a las órdenes dictadas por él y acatadas fielmente por su Ministro de Hacienda.
La última vez que lo reiteró fue con motivo del discurso que pronunció ante la Cámara Americana de Comercio el 22 de mayo de 1980, cuando dijo: “Para enfrentar las presiones inflacionarias… mi Gobierno ha recurrido a una serie de medidas de política económica de tipo anti – inflacionario. La más importante de las medidas aplicadas ha sido la reducción del gasto del gobierno por medio de la subejecución del presupuesto, la que alcanzó a 1024.3 millones de colones en 1978 y 1284.8 millones de colones en 1979, un total de 2309.1 millones de colones en sólo 20 meses…”
Al repetir estas cifras tantas veces y con tanta seguridad, pero sin dar explicaciones de donde las sacó, aparentemente se puede conducir a engaño y sorprender así a mucha gente. Además, cada vez que el Primer Mandatario habla de la millonaria subejecución presupuestaria, nunca ha hecho mención de la suma realmente que ejecutó en el año y, mucho menos de cómo se formó el monto de lo que no ejecutado.
En efecto, si se examinan la fuente y el significado de esas cifras se llega a la conclusión de que no se está diciendo verdad, y que se ha pretendido engañar a los miembros de la Cámara Americana de Comercio y a la opinión pública en general. La elevada subejecución presupuestaria que ha afirmado reiteradamente el presidente Carazo, se supone que con base en la información suministrada por su Ministro de Hacienda se convierte en un engaño más de su gestión gubernativa, para complementar la larga fila de falsedades que creó durante toda su campaña política.
Después de haber señalado lo anterior, conviene examinar esas cifras a la luz de una fuente informativa imparcial e independiente, como es la Contraloría General de la República, institución que está librada del extraño influjo de la Casa Presidencial.
En la página 26 de la Memoria anual de la Contraloría (Fiscalización de la hacienda pública) se indica lo siguiente: “Es importante señalar que el total de gastos autorizados para el ejercicio fiscal alcanzó la suma de ¢8.263.5 millones, de los cuales se trasladó, para ser incorporados nuevamente al presupuesto de 1980, la suma de ¢875.5 millones, por tratarse de recursos que amparan obras y proyectos a realizarse en más de un ejercicio fiscal. Este traspaso de saldos al ejercicio inmediato siguiente determinó que las partidas de gastos autorizados para 1979 quedaran en la suma de ¢7.388.0 millones, de los cuales no se ejecutó la suma de ¢409.2 millones, como se indicó anteriormente”. De igual manera, en la página 21 de la Memoria Anual de la Contraloría para 1978 se afirma lo siguiente: “Es conveniente señalar, que de un total autorizado de gastos por un monto de ¢6.770.8 millones, se trasladó para ser incorporada nuevamente al presupuesto de 1979, la suma de ¢681.3 millones, quedando como apropiación total del ejercicio 1978, la suma de ¢6.089.5 millones. De esta cantidad, como se indicó, no se ejecutó la cifra anteriormente citada (¢343.1 millones) •
Con la sola lectura de los dos párrafos transcritos, queda claramente demostrado que la alta subejecución anunciada por el señor Presidente no es correcta, ya que incluye sumas que no son precisamente economías en el gasto, sino que se trata de recursos que se deben trasladar obligatoriamente al año siguiente, porque financian a obras y proyectos que se realizan en más de un ejercicio fiscal. Vaya estilo presidencial de informar erradamente a la opinión pública costarricense y a los ejecutivos extranjeros que residen en Costa Rica. Para decir verdad, debe reconocerse que sólo la suma de 409 millones de colones en 1979 y de 343 millones de colones en 1978 son las economías hechas por la administración Carazo y nunca 2.309.1 millones de colones, como los que anunció públicamente el señor Presidente.
Demostrado lo anterior, conviene analizar más de cerca las sumas realmente gastadas durante los dos últimos años y realizar los ajustes necesarios que permitan su comparabilidad con los dos anteriores.
Con base también en las Memorias Anuales de la Contraloría General de la República se ha elaborado el cuadro adjunto que muestra el presupuesto nacional y su ejecución de 1976 a 1979.
EL PRESUPUESTO NACIONAL Y SU EJECUCIÓN
(Millones de colones)
FUENTE: Contraloría General de la República y Ministerio de Hacienda.
Del cuadro se desprenden los siguientes comentarios principales: Primero, que no es correcta la alta suma de subejecución presupuestaria que anunció el Presidente de la República el 1º de mayo de 1979 y el 1º de mayo de 1980 ante la Asamblea Legislativa, los otros poderes supremos del Estado y el cuerpo diplomático extranjero acreditado ante el Gobierno de Costa Rica, y que repitió nuevamente ante la Cámara Americana de Comercio el 22 de mayo de 1980, ya que los gastos no realizados fueron de sólo 343 y 409 millones de colones en 1978 y 1979, respectivamente. En otras palabras, por estar tratando de demostrar que estaban cumpliendo con lo que habían prometido tantas veces, antes en campaña y ahora en Gobierno, se vieron obligados a inflar el monto no ejecutado en más de tres veces.
Segundo, que para inflar el gasto no ejecutado tuvieron que echar mano al monto que estaban obligados a trasladar a los ejercicios fiscales siguientes, en vista de que se trataba de recursos que financian obras y proyectos a realizar en más de un año. Estas sumas trasladadas no son ni han sido nunca economías del gasto logrados por las instrucciones del señor Presidente y lealmente cumplidas por su Ministro de Hacienda, sino que son resultado de las exigencias propias de los proyectos y obras en proceso de construcción.
Tercero, que lo que sí ha sido alto es el monto de presupuesto ejecutado realmente por el gobierno actual, ya que ha llevado el gasto a la cifra record de 5.606 millones de colones en 1978 y de 6.849 millones de colones en 1979, que representa un aumento anual del 33 por ciento y del 22 por ciento respectivamente, cuando en el año 1977 fue de solo un 16 por ciento. No hay duda que es muy diferente lo que pregonaba el Sr. Carazo como candidato a la Presidencia y lo que está haciendo ahora como Presidente de la República.
Cuarto, si la subejecución presupuestaria para 1978 y 1979 fue de solo 343 y 409 millones de colones como lo confirma palmariamente la Contraloría General de la República en sus Memorias Anuales, el “inmenso esfuerzo” hecho por el Poder Ejecutivo actual para contener el gasto público, fue muy pobre.
En efecto, parece que el tan cacareado esfuerzo ofrecido, se quedó en las ganas del Sr. Presidente.
Quinto, no sería sorpresa ni a nadie le causaría extrañeza que cuando finalice 1980, el gobierno actual anuncie que ha logrado una subejecución presupuestaria mayor a los 1.700 millones de colones, ya que para ello habrá encontrado la forma de inflar el Presupuesto Nacional autorizado y de incluir en ese total las sumas que obligatoriamente debe trasladar a 1981 y 1982 para financiar obras y proyectos que están en marcha. Con este nuevo invento intentarían nuevamente seguir engañando y confundiendo a la opinión pública y por supuesto a los organismos internacionales.
Sexto, si la Administración Oduber hubiese querido engañar a los costarricenses como lo está pretendiendo ahora el Gobierno actual, hubiera podido asegurar que había economizado 814 millones de colones en 1977, pero lamentablemente hubiera mentido.
I. LLEGÓ EL MOMENTO DE RECTIFICAR
II. LA PRODUCCIÓN DISMINUYE POR LA POLÍTICA ECONOMICA
III. JUSTIFICACIÓN CARACISTA DE LA INFLACIÓN
IV. LA INFLACIÓN NO ES IMPORTADA
V. GÉNESIS DE LOS ERRORES FISCALES
VI. PRINCIPALES ERRORES FISCALES
VII. LA SUBEJECUCIÓN PRESUPUESTARIA
VIII. FINANCIAMIENTO DEL DEFICIT FISCAL
IX. LOS ECONOMISTAS LIBERALES Y LA POLÍTICA CREDITICIA
X. ATAQUES A LA NACIONALIZACIÓN BANCARIA
XI. EL “DOCUMENTO SECRETO” DEL F.M.I.
XII. QUIEN DEBÍA APLICAR LAS PROPUESTAS DEL F.M.I.
XIII. EL FRACASO DEL CONVENIO CON EL F.M.I.
XIV. EL DETERIORO DE LA BALANZA DE PAGOS
XV. EPÍLOGO