Denuncias contra pastores y clérigos impactan a iglesias

El Sereno

Alvaro Campos Solis
campos.solis.alvaro@gmail.com

Alvaro Campos

Los escándalos financieros como estafas y lavado de dinero, abusos sexuales a mujeres y niños, además de engañar a sus creyentes con la palabra de Dios, serian factores determinantes en la pérdida de confianza en sacerdotes y pastores, todo lo cual dinamita los pilares que sostienen a las iglesias católica y evangélica.

La evidencia de ese debilitamiento se percibe cuando sus principales líderes piden perdón por los yerros y abusos de sus pastores, el abandono de la católica para convertirse en creyentes de otras iglesias (protestante – pentecostal), al tiempo que aumenta el número de hombres y mujeres que prefieren no profesar ninguna religión. El impacto financiero también resulta significativo, según lo reconocen públicamente algunos pastores

En la actualidad unos 53 millones de latinoamericanos no practican ninguna religión. De esa cantidad de hombres y mujeres unos se declaran ateos, otros gnósticos y un tercer grupo no muestra el menor interés por los asuntos religiosos, según informes de Latino barómetro, una corporación privada dedicada a las investigaciones sociales.

Un pastor es una persona a la que se ha conferido autoridad dentro de una iglesia cristiana para dirigir y cuidar una congregación de creyentes. El término se utiliza generalmente en las iglesias tradicionales protestantes y las Iglesias Evangélicas, pero a veces también se emplea para referirse a los sacerdotes, diáconos y obispos, en las iglesias católicas, ortodoxas, y anglicanas.

En las iglesias cristianas, algunos pastores prefieren que los llamen “profeta”, “apóstol”, “doctor en leyes” o “Moisés de los últimos tiempos”.

Las denuncias que amenazan la estabilidad de esas instituciones surgen desde el interior de las mismas iglesias, cuando la policía descubre fraudes multimillonarios y anomalías de diversa naturaleza o los mismos pastores revelan los abusos que en nombre de la fe se cometen contra hombres y mujeres, tan solo con un propósito: que algunos líderes de esas iglesias sacien sus instintos o acumulen poder económico (tarjetas de crédito sin límite, compra de aviones de lujo, mansiones, joyas) y con ese mismo respaldo salten al poder político. Ahora se les identifica como los “magnates de Dios”

Una de las ramas de los pentecostales más poderosa es la que difunde la teología de la prosperidad. Es una iglesia para gente con recursos económicos capaz de darle respuesta a la frase un famoso predicador centroamericano: “a la iglesia se viene con la Biblia y con chequera”. La frase ha cobrado celebridad.

La acumulación del poder económico alcanza tal grado de importancia que existen pastores cuyas fortunas superan los mil millones de dólares, según información de medios especializados en ese campo, como Forbes y los mismos informativos impresos y televisivos.

Es como observar la misma película, toda vez que en el siglo XVI, el teólogo alemán, Martin Lutero, provocó un grave crisis en la iglesia católica cuando denunció la corrupción eclesiástica y falta de piedad religiosa, debido a la venta de indulgencias (perdonar los pecados a cambio de dinero) para financiar la construcción de la Basílica de San Pedro, en Roma. De esa crisis surgió el protestantismo que, en la actualidad, en América Latina, lo profesan el 25 por ciento de la población, lo que en números absolutos significa 163 millones de personas.

El nivel de corrupción que alcanzan algunas de los miles de iglesias en América Latina (solamente en nuestro país hay cuatro mil) ha provocado el cansancio de algunos pastores. Es el caso del pastor mexicano Chuy Olivares.

“Aclaro, no estoy cansado de Dios ni mucho menos, tampoco del ministerio ¡Es un privilegio servir a Dios! Cada día pongo todo el corazón en lo que hago; amo a Dios por sobre todo, amo a mi familia y a mis amigos, a mi congregación…He recibido tanto de Dios! Mi agotamiento y frustración tienen otras razones.

Me aflige hasta el cansancio escuchar “Los mensajes” de aquellos que se enriquecen con el evangelio. Ya no aguanto más que se tomen textos fuera del contexto, para apoyar su avaricia, y vender sus revelaciones al mejor postor. Destruye mi ser interior, porque sé que les están tomando el pelo.

Me cansé de oír programas de radio donde los pastores no predican el verdadero evangelio. ¡Solo saben pedir dinero, dinero y más dinero…No saben otro tema! Cansado estoy de la llamada T.V. “Cristiana”, que vende los milagros por 70 dólares al mes, “Pacte”, “Pacte”, “Pacte” con Dios”, dicen, eso me hace inevitablemente volver al oscurantismo de la edad media, “por cada chelín que deposite en el arca, usted recibirá las bendiciones de Dios” dicen los modernos Tetzéles.

Tetzéles fue un fraile dominico que se hizo famoso en Alemania en el siglo XV por dedicarse al tráfico de indulgencias. Perdonar pecados a cambio de dinero.

“Estoy cansado de escuchar: Siembre una semilla en mi ministerio” ¡uf, uf y recontra uf! ¡Estoy cansado de “¡Cubrirle las espaldas “a todos esos delincuentes metidos en la iglesia, ya no puedo más! Hastiado estoy de conciertos “para la gloria de Dios”, y ¿qué de las brujerías metidas en la iglesia?: “Invoco la prosperidad en tu vida”, “Decreto una vida de éxito para ti”, “Desato las riquezas para ti “. Me cansé de estar explicando la diferencia entre la verdadera fe bíblica y las creencias populares supersticiosas que enseñan los “Apóstoles y Profetas” modernos.

Los escándalos que socavan los cimientos de las iglesias protestantes, también ocupan espacio y tiempo en la iglesia católica. En esta iglesia el espacio para opinar y disentir es muy limitado. Tal situación la puso en evidencia, Hans Kung, uno de los teólogos, académico y escritor con la mayor reputación en Europa cuando en un libro cuestionó la infalibilidad del Papa. Otro de sus libros es “El diezmo y la duda”

Kung era hombre de confianza en el Vaticano. Solía reunirse en privado con los Papas Juan Pablo II y Benedicto XVI. A partir de la publicación del libro “infalible” perdió su trabajo en las universidades católicas y las puertas del Vaticano se le cerraron. El teólogo reaccionó y dijo que en la iglesia católica aún se practica la inquisición.

“Durante la época del concilio Vaticano II (1962-1965) la iglesia católica disfrutaba de una presencia pública generalmente amplia. En los albores del tercer milenio después de Cristo, sin embargo, sufre más que nunca ataques en determinados sectores. Es cierto que Roma ha pedido recientemente «perdón» por los monstruosos errores y las atrocidades del pasado; pero al mismo tiempo la administración de la iglesia de hoy en día sigue produciendo aún más víctimas. Raramente se encuentra otra de las grandes instituciones de nuestra era democrática que trate de modo tan desdeñoso a los críticos y a quienes defienden otros puntos de vista dentro de sus filas, o que discrimine tanto a las mujeres: prohibiendo los anticonceptivos, el matrimonio de los sacerdotes o la ordenación de las mujeres. Ninguna polariza la sociedad y la política mundiales con tan alto grado de rigidez en sus posiciones sobre los temas del aborto, la homosexualidad y la eutanasia; posiciones siempre investidas de un aura de infalibilidad, como si se tratara de la propia voluntad de Dios”,

Un autor, católico en tiempos, Karlheinz Deschner, ha dedicado su vida, y por ahora seis volúmenes, a esa historia. En ella describe todas las formas posibles de «delincuencia» en la política exterior de la iglesia y en sus políticas relacionadas con el comercio, las finanzas y la educación; la propagación de la ignorancia y la superstición; la explotación sin miramientos de la moralidad sexual, las leyes matrimoniales y la justicia penal… Y así sucesivamente durante cientos de páginas …” escribió Kung.

En la Edad Media, cuando Martín Lutero denunció la corrupción eclesiástica, la iglesia católica detentaba un enorme poder, pues no solo se ocupaba del aspecto espiritual de los individuos, sino también del poder político. Su poder alcanzaba para nombrar reyes y deponerlos. También disponía de su propio ejército.

En ese mismo sentido se orientan hoy los esfuerzos de la iglesia neo pentecostal que busca el poder político, particularmente en las naciones latinoamericanas. De hecho, esa iglesia es poderosas en diversos países de la región, particularmente en Brasil, donde el pastor Edir Macedo discute asuntos de Estado con el presidente Jair Bolsonaro.

El pastor Macedo es fundador de la Iglesia Universal del Reino de Dios, con siete mil templos y ocho millones de fieles provenientes de las clases menos favorecidas del empobrecido Brasil.

Por su parte, el presidente Jair Messias Bolsonaro es un político y militar de la extrema derecha , reconocido por sus posturas contra los derechos de las mujeres, los negros y los homosexuales, además de justificar la tortura, por parte de los militares, como una práctica anticomunista.

Periodista

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