ICE y ANEP sin entendimiento

Carlos Manuel Echeverría Esquivel

Carlos Manuel Echeverría

Es comprensible que los funcionarios del ICE, en defensa de la posición privilegiada de la institución que les ha permitido auto recetarse beneficios innecesarios a costa de la ciudadanía, se aterroricen al pensar en la apertura del mercado eléctrico nacional, tal y como se hizo con otros sectores de la vida nacional, como lo son la educación superior, las telecomunicaciones, afectando al mismo ICE, la banca y los seguros. Así mismo, la ANEP, tan importante y necesaria como es, demostrando incapacidad para entender las limitaciones del modelo estatal de cara al presente y el futuro cercano y lejano, le hace coro a quienes se oponen a la apertura propuesta.

Si vemos en perspectiva los resultados de la apertura de los mencionados sectores, nos damos cuenta de las ventajas que aquella ha generado. En primer lugar, no se dio privatización alguna de las instancias nacionales en el ramo. Más bien, en el caso de la educación superior, se le quitó al estado la responsabilidad imposible, de educar a tantos que lo han hecho por la vía de las universidades privadas, que bien que mal han cumplido, crítica implícita a la que las mismas instancias estatales no son inmunes. En telecomunicaciones recordamos las infames esperas de semanas sino meses, para que la solicitud de una línea telefónica se concretara, con el ICE arrogante tratando al ciudadano como si fuera un enemigo. La competencia cambió radicalmente ese comportamiento, lo que también es aplicable a la banca estatal, independientemente de la deshonestidad que todo parece indicar priva al menos en el BCR. El INS también ha mejorado ante la competitividad de la banca privada. La ANEP, de mágico razonamiento parece ser, hace pensar que no entiende el devenir de los tiempos, los requerimientos del desarrollo y lo que implica las oportunidades y desafíos que se le presentan a Costa Rica.

En ningún caso, como es el actual del ICE, como bastión estratégico del país en la generación de la energía eléctrica, alrededor del 35% de la matriz energética del país, se ha hablado de privatizar la principal empresa eléctrica del país, con lo que este servidor no estaría de acuerdo. De lo que, si se habla y lo hizo el actual presidente ejecutivo de la instancia con claridad meridiana, aunque al día siguiente se ablandó dando muestras de que le habían “jalado el aire”, es que el ICE no tiene la capacidad financiera para atender las demandas electro energéticas del futuro cercano y menos el lejano. Su “rating” financiero a nivel internacional no da para atender la posiblemente irreversible demanda futura y en todo encarecería el servicio de la deuda a contraer para todo el gobierno. Para muestras un botón; ya el ICE nos ha confirmado que viene racionamiento, lo que asusta a cualquier inversionista y con ello se ponen en peligro puestos de trabajo decente. Y muy serio, todavía hay generadoras privadas sin contrato con el ICE.

A raíz de las “tortas” del grupo ICE en los últimos años, que tan caras le han salido a la ciudadanía ante la impavidez de sus funcionarios “fuenteovejunescos”, la capacidad técnica del ICE de cara a la demanda eléctrica que viene, se pone en duda. Al ICE no le cae mal un remesón para que cumpla con su función de liderazgo en el sector que lidera como rector por ley (la 6227) el MINAE.

Estamos ante la posibilidad, como sucedió con la llegada de INTEL al país, de lograr meternos en la cadena productiva de los semiconductores, cuyo manejo en Costa Rica requiere de grandes cantidades de energía. A esto se une el creciente mercado de automóviles eléctricos, la minería del bitcoin y más adelante, el tren eléctrico de vecindad, cuya realización debería a estas alturas de nuestra historia ser irreversible.

Hay buenas razones para pensar que al calcular la demanda electro energética del futuro, el ICE extrapola a futuro las tendencias del pasado, dejando por fuera las nuevas tendencias. Le planteé este punto al director de planificación del ICE en la CICR recientemente. Me dijo que mi posición era incorrecta. Le pedí una cita para que me diera como ciudadano la explicación correspondiente, pero hasta la fecha mutis total. Hay razones para pensar que el proceso de planificación del ICE no es el requerido en cuanto a realismo, lo que implica además por definición, cuando de planificación se trata, coordinación cercanamente con instancias del ramo. ¿Se da? No sé.

Y la ANEP, se ha quedado, como los cocheros del tiempo de Henry Ford, pegada en el pasado confortable, sin entender que al hacerlo pone en riesgo el desarrollo del país. No podemos perder oportunidades de crecimiento económico. Tenemos que asumir los desafíos con realismo.

No es correcto afirmar que con la apertura del mercado eléctrico subirán las tarifas a los usuarios. La experiencia en los mencionados sectores anteriormente aperturados señala lo contrario, gracias a la competencia generada y la necesidad de mejorar la eficiencia en pos de la eficacia. La calidad ofrecida también mejoró.

Por estas y otras razones, le pido a nuestro Congreso que tenga el coraje de abrir el mercado eléctrico sin eufemismos, en el entendido claro está de que “camarón que se duerme se lo lleva la corriente” y que la lucha por el desarrollo obliga a la audacia. La lucha por el progreso hacia el desarrollo es sin fin.

– Ex viceministro de planificación y miembro de la COREC I.

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