Medidas económicas…oportunidad perdida

Progresemos

Carlos Manuel Echeverría Esquivel
cmecheverria@yahoo.com

Carlos Manuel Echeverría

La muy respetable señora Ministra de Planificaciónpresentó como coordinadora del equipo económico, el plan de reactivación económica para los próximos meses. Desde mi punto de vista, se perdió una gran oportunidad de plantear la necesidad de “apagar el incendio” que la pandemia nos creó, como un primer paso para definir un nuevo paradigma. Se ha hablado mucho de que al decaer la pandemia como se espera, Costa Rica va a experimentar un cambio, no por la pandemia en sí, sino porque ésta nos abrió los ojos sobre los peligros que corremos, entre ellos el suicidio en que está metida la humanidad por su desprecio para con el ambiente. Un problema vital que obviamente Costa Rica no lo va a resolver por sí sola, pero que tiene que atender a nivel local, servir de ejemplo a nivel internacional e influir por la vía de la plataforma multilateral internacional, como lo ha hecho desde hace años. Esa posibilidad de enmarcarnos en la construcción de un nuevo paradigma se perdió. Asumo que el objetivo es la reactivación económica para generar un urgente beneficio social, pero no hay hitos y sin hitos no tiene sentido práctico plantear una estrategia.

Muy bien los 900 mil millones de colones para los sectores productivos, suma no despreciable, 2.3% delPIB. Es comprensible que no se le ponga mucha limitación a esos fondos, pero ojalá que no se pierda la inversión, pues al fin de cuentas eso es lo que es…una inversión que hacemos los costarricenses, no sólo para generar empleo, que por supuesto es importante, sino para fortalecer empresas que generen empleo productivo de largo aliento. Vamos a ver qué pasa: algunos barcos flotarán, otros no. Sin embargo, la propuesta ha generado dudas que ya son conocidas.

La capacidad de flotación no solo responderá a la capacidad microeconómica del emprendedor, el empresario o el gestor, de hacer crecer la empresa con firmeza. Así mismo, responderá a factores macroeconómicos no controlables, externos fundamentalmente, en mercados meta y países con los que competimos por esos mercados, tanto para exportar como para importar, que afectaran al productor u oferente de servicios.

También están los factores macroeconómicos controlables a nivel nacional, como los vinculados a la política electoral que se avecina, pero principalmente los que tienen que ver con el aparato estatal. Dejando aparte el manejo sanitario y de seguridad de la pandemia, el aparato estatal no funciona con la convicción de servicio para apoyar a la población y el esfuerzo productivo, que determina la competitividad y calidad del cacao que necesitamos para hacer el chocolate. Por una serie de incorrecciones dolosas como las que se han dado en la banca estatal, picardías y de “tortas” como las del ICE, que se reproducen en casi todos los sectores, el aparato estatal costarricense le sale a los sectores productivos y a la ciudadanía extremadamente caro, con un aporte insuficiente a la competitividad del país. Es más, el pago de las “tortas” del ICE ha servido para justificar que no se pueda abrir más el mercado eléctrico en cuanto a oferta. Uno puede entender que no es el momento para cortes drásticos en el gasto inmediato del estado cuando se está tratando de crear demanda, pero se espera que lo ofrecido en cuando a que las tarifas eléctrica bajen como se requiere con urgencia, se dé en base a mejoramiento en la eficiencia y no en recargos a los hogares. Así mismo, es alentador que el señor Presidente manifestara que pronto se empezará hablar sobre la ley de empleo, supongo en el Congreso. Es de esperar sea una propuesta robusta, para acabar además con una situación que atenta contra la ética y moral. El consecuente déficit fiscal es nuestro “talón de Aquiles”; si fuera manejable, el progreso sostenido en el marco de un nuevo paradigma sería mucho más fácil. La ley de empleo debería eliminar toda regalía, según sea legalmente posible.

La idea de los pensionados extranjeros puede ser muy buena, como lo fue hace años, aunque el costo de vida en el país y las condiciones de seguridad no son tan favorables. Es gente que no viene necesariamente a invertir, pero si a vivir a Costa Rica; meten su plata en la economía y se convierten en cabilderos importantes en sus países de origen. El cáñamo… genial; el paísestá perdiendo oportunidades en ese rubro, pero hagamos bien los números, pues “en todo lado” quieren producirlo y eso crea presión a la baja en los precios. Muy bien la idea, relacionada con la productividad. Espero que realmente tenga un componente de desarrollo tecnológico importante y así aprovechar la capacidad científica que tenemos. Son ideas valiosas, apuntando en la dirección correcta.

Esperaba que se dijera que a FONATEL se lo va a dejar seguir con el financiamiento que tiene. Quitarle esos recursos es un “disparo en el pie” y una burla a su clientela. Así mismo me parece que el Presidente debería anunciar vetará cualquier legislación que atente contra el equilibrio fiscal que como objetivo legalmente nos hemos impuesto. Las tres instancias más calificadas al respecto para opinar, han expresado su renuencia.

Lástima que la planificación en Costa Rica se ha debilitado tanto. Nunca debió dejar de ser oficina de la Presidencia de la Republica y perder su financiamiento original, como lo estableció la Ley 5525 de su creación a mediados de los 1970s. Al no ser parte de la Presidencia se le dificulta su labor. Ello no tiene nada que ver con la indudable capacidad de su autoridad actual, pero con poca capacidad de maniobra. Ello dificulta el orientarse a un nuevo paradigma, del que la reforma administrativa del aparato estatal es componente vital: no se trata solamente de reducir el gasto público y refundir instancias duplicadas, lo que por supuesto está bien. Hay un problema delicado de gerencia en el sector público y por supuesto que un mejor uso de la Ley General de la Administración Pública y la 5525 y sus modificaciones, potenciando la fuerza y claridad de la directriz política, la sectorialización y la regionalización para el desarrollo, así como la vinculación entre la planificación, la presupuestación y el control.

Por último, me llamo la atención la posición de los sectores productivos que han externado opinión. Todos halan para su lado, corporativizados, cada uno pensando en su sector. No hay un sentido compartido de construcción de nación solidaria en ellos y menos de un nuevo paradigma. Dejan al turismo, sector vital en la economía nacional casi que “a la mano de Dios”, aunque habrá algo de recursos para él; un sector que por su efecto multiplicador genera riqueza para prácticamente todos los sectores de la vida nacional.

Me parece que el gobierno perdió la oportunidad de convocar a un gran cónclave nacional con los sectores relevantes, para promover entendimientos entre ellos que nos permitan ir hacia una estrategia de progreso sostenido hacia el desarrollo, compartida y con compromiso. Si se quiere realmente, todavía esa convocatoria es posible. Presidente Alvarado, depende de Usted.

Exviceministro-subdirector de la OFIPLAN de la Presidencia de la República.

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