Las tribulaciones del tío Ramón

Diálogo con Canelo

Ariel Nazario

Canelo

Canelo hoy caminó lo que quiso papá. Eso quiere decir que dio muchos menos pasos que los que da con tío Ramón. Y lo mismo ha ocurrido desde la semana pasada cuando por razones de lesiones adquiridas defendiendo a Canelo, el tío Ramón ha sido colocado en la lista de inelegibles. Les contamos.

Hace mucho tiempo (recordando que en la vida de un perro un año equivale a siete en los descendientes del homo sapiens) Canelo y yo fuimos atacados por dos furiosos “enanos” con la suerte entonces de que papá los vio venir reaccionando a la defensiva con Canelo esperando en posición de ataque a los agresores. En aquel entonces la cosa duró poco pues la dueña o encargada, llegó a tiempo para evitar una tragedia. Es el cuento aquel que hablaban de Carmen Yulin la alcaldesa de San Juan que se paraba en el parque de perros del Muñoz Marín con un fotuto llamando la atención a los encargados de los perros sueltos, es decir, la vieja historia de un o una encargado o encargada que suelta las “mascotas” sabiendo que exhiben conducta neurodivergente.

Como saben el tío Ramón ha estado caminando con Canelo desde días antes de que a papá le exterparan un cuerpo extraño. Ya la semana pasada papá había comenzado a acompañar al tío Ramón en su caminata mañanera. Así las cosas el pasado jueves mientras papá usaba de excusa su convalecencia para no seguir caminando y le decía a Canelo y al tío – “los espero a la vuelta” – notó que en el horizonte aparecían dos figuras pegadas casi al piso a toda prisa ladrando y en posición de ataque, ¡Eran los enanos de hace tiempo! Solo tuve tiempo de gritar – “cuidado tío Ramón que los van a atacar”– y tratar de llegar a ayudar a dónde se había formado la rellerta con el pobre tío Ramón tirando patadas, tropezando y cayendo contra el piso y Dios sabe contra qué más, mientras Canelo luchaba ferozmente contra los dos agresivos. De pronto llegó Nápoles (otro del clan, amable y juguetón), que creyéndose que era un juego también se metió en la pelea.

En unos minutos y con el tío Ramón en el suelo, respondió la comunidad del parque de doña Fontan a socorrer al tío, así como por fin llegó la dueña o encargada, casualmente la misma de la otra vez, logrando agarrar a sus dos guapetones de la Arrigoitía. Nápoles como si con el no fuese el asunto aunque se había unido al bureo, siguió tranquilo por el parque. En fin señoras y señores que Canelo se defendió honrosamente y al tío Ramón hubo que mandarlo eventualmente al hospital.

La situación en el parque es un poco reflejo también de la sociedad. Como en las historias que leemos, la infraestructura del parque está como la el país. Y entonces, como en la vida real, mientras alguien trata de disfrutar del ambiente y hacer cierta rutina, de la nada aparece una bala perdida, unos agresores sin razón, y finalmente unos encargados y encargadas que no saben hacer su trabajo. Y como en la vida real, aparece un averiguado como Nápoles que sin necesidad, pudo haber salido trasquilado.

Finalmente y como en nuestro diario vivir, hace unos días comenzaron a aparecer cadáveres con características de homicidio, aunque no de gente sino de pollos y gallinas. Ya mismo caen los gatos. Pero nada. Dicen que ahora viene la renovación del parque. Oremos por la renovación de los y las encargadas.

Desde Roosevelt, Puerto Rico.

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