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Resumen Latinoamericano, 03 de marzo de 2024
La política de Tel Aviv es desarraigar a los legítimos dueños de los territorios como represalia por las acciones de la resistencia, mientras Estados Unidos dice estar en contra de esas inconsistencias, pero mantiene su apoyo financiero, político y en armas a Israel.
Israel desafía a la comunidad internacional con sus acciones para ampliar los asentamientos de colonos en la Cisjordania ocupada, denunció un informe publicado en el sitio antiwar.com.
Hasta su principal aliado, EEUU insistió en fecha reciente en la inconsistencia del gobierno del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, al violar las resoluciones que prohiben construir más colonias a expensas de los palestinos.
A despecho de las declaraciones del secretario de Estado, Antony Blinken, y de otros funcionarios de la Casa Blanca, las autoridades israelitas aprobaron la construcción de tres mil 600 viviendas en un nuevo asentamiento de Cisjordania, afirmó el artículo publicado.
Tel Aviv ignora las solicitudes públicas de Washington de reducir su trato opresivo a los legítimos habitantes de la región, pero este supuesto reclamo no es consistente con los miles de millones de dólares en ayuda que EE.UU. le proporciona cada año, sobre todo en suministro bélico.
El ministro israelí de Finanzas, Bezalel Smotrich, aprobó el pasado martes las nuevas casas judías al sur de Jerusalén, e insistió en la limpieza étnica como solución a la inseguridad del área, mientras niega la existencia e historia del pueblo palestino.
Un nuevo acuerdo de colonización es un desaire a la advertencia emitida la pasada semana por Blinken, y al restablecimiento de una política previa del gobierno de Donald Trump de considerar los asentamientos israelíes en Cisjordania como una violación del derecho internacional.
Como parte de la estrategia para imponer la presencia israelí y forzar el desplazamiento, el ejército destruye la infraestructura palestina. Desde el 7 de octubre demolieron casi 100 viviendas palestinas, y luego pasan a esas familias la factura por el costo de destruir sus hogares, precisó el artículo.
En sus declaraciones recientes, Smotrich reconoció la política de castigo del gabinete de Israel hacia los civiles palestinos, basada en “más construcción, más desarrollo y más de nuestro control en todo el país” ante cualquier acción de la Resistencia.
La construcción de asentamientos, el castigo colectivo y la ocupación militar son violaciones del derecho internacional, aseguró el texto.
Según el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, su política exterior busca el respeto del orden internacional, pero se niega a reducir el apoyo interno a Israel, o incluso condenar sus frecuentes violaciones flagrantes del derecho humanitario.
De hecho, como reconoció el secretario de Estado, Lloyd Austin, ante el Congreso, EE.UU. envió más de 20 mil bombas en estos cinco meses a su aliado Israel, consciente de que las usaría en masacrar a la población civil en la Franja de Gaza.
Fuente: Al Mayadeen
