El peor escenario

Fernando Berrocal

Fernando Berrocal Soto

He dicho y escrito que nuestro sistema político es presidencialista y que el deber y la obligación, del presidente de la República y sus ministros de Estado, es ejercer el poder político que el pueblo, soberanamente, les entregó en las urnas electorales por cuatro años. Solo así funciona el sistema.

A la vez, he dicho y escrito que el presidencialismo tiene limitaciones éticas, políticas y legales, en donde la libertad de prensa y de crítica juegan un papel fundamental. No es un cheque en blanco. Hay división de poderes, hay gobierno, hay oposición y hay sectores organizados en la sociedad civil. Así de simple y así de fundamental. Eso y no otra cosa es vivir en democracia.

Añado una virtud republicana y democrática que heredamos de los visionarios liberales que ocuparon la Jefatura del Estado: la prudencia y la serenidad. Sabia virtud, a la cual don Ricardo Jiménez agregó un “humor campechano” más alajuelense que cartago, aunque él fuera el más cartago de los cartagos, gobernara tres veces a Costa Rica y fuera presidente de los tres Poderes de la República. El único en nuestra historia.

He dicho y escrito estas cosas por las fuertes tensiones políticas que vive el país y consciente de que el peor escenario en el que podríamos caer, como sociedad, es una polarización política innecesaria y absurda. De parte de los gobernantes y de la oposición política. Todos, pero especialmente la prensa y los sectores organizados de la sociedad civil, empresarios y sindicalistas, cooperativistas y solidaristas, debemos exigir soluciones y propiciar un diálogo político constructivo y transformador. Eso es lo que hoy necesita Costa Rica.

Confieso que no me preocupa, en absoluto, la “prensa canalla”. Tengo demasiados años metido en el medio periodístico y he visto, leído y oído peores cosas. ¡Que lo digan don Pepe Figueres y Daniel Oduber! Además, mi generación y las actuales hemos vivido la revolución de las comunicaciones. El mundo de hoy es realmente otra cosa y toda la información está en línea y en un teléfono celular. Esa prensa con agenda propia perdió su gran poder.

No. La razón es otra. La polarización política del país es innecesaria y es un absurdo, porque Costa Rica es un país muy chiquito territorialmente y nuestros problemas son reales y críticos en lo económico, social e institucional y porque la globalización y la interrelación de los mercados, a nivel mundial, es un fenómeno irreversible y, en ese escenario internacional, solo ganarán las sociedades más inteligentes y capaces. Es decir, los países mejor liderados y más pragmáticos, los que mejor sepan potenciar, interactuar e insertarse en esa nueva realidad mundial y porque Costa Rica lo puede y lo debe hacer, ubicada estratégicamente en el medio de las Américas y por su prestigio y marca país, hija de nuestra larga historia republicana y democrática.

No del capricho de nadie. ¡Ese es el punto de fondo!

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