Anotaciones del inicio de Carlos Alvarado Quesada

Carlos Ml. Echeverría E.

Carlos Manuel Echeverría

Quisiera llamar a la atención de algunos detalles del inicio de la gestión de don Carlos Alvarado Quesada, que si “por la víspera se saca el día”, son halagüeños de lo que podría ser un magnífico gobierno, entendiendo qué, gobernar es como jugar futbol, hasta nuestro Keylor comete errores; y por otro lado, que si las fuerzas de oposición y las de la sociedad civil no son generosas, lo que no quiere decir ser complacientes, es imposible gobernar en Costa Rica. Paso de inmediato a comentar.

El señor presidente demostró en su discurso inicial, la disposición como expresión de cultura propia, a tomar en cuenta eventos históricos claves, que hacen pensar que él tiene un profundo sentido de la historia y sus eventos más relevantes, lo que es necesario para gobernar, pues del pasado se aprende y por otro lado, se reduce el riesgo de caer en errores ya cometidos por antecesores o no asumir posiciones que en el pasado fueron exitosas.

Ciertamente, como alguien dijo estos días, no debemos quedarnos en simbolismos, pero también ciertamente, los símbolos son importantes para inspirar. Me gustó muchísimo además, el que el Señor Presidente escogiera al primer “Gefe” de Estado de Costa Rica, cuando el país era parte de la Federación Centroamericana, don Juan Mora Fernández, para cuidarle las espaldas y que mire a quienes lo visiten en su despacho. Vale la pena destacar, como lo consigna un importante librito biográfico al alcance de todos, de la Editorial UNED, que don Juan Mora Fernández, como jefe de Estado, fue inspirador y visionario desarrollador insigne de la incipiente institucionalidad costarricense, entre lo que destaca el que uno de sus “leit motivs”, fue el de que todos los municipios del país tuvieran su propia imprenta. Referirse al propósito de este emprendimiento sobra; su impacto ha de haber sido tremendo. De hecho, el “Gefe” Mora Fernández, sembró la semilla del afán costarricense por la educación, sin duda, elemento toral de una nación de ciudadanos y del progreso sostenido y sostenible.

Por otro lado, don Carlos en su discurso incluyó en su sexto eje, el bienestar con enfoque territorial. Esa mención me ha llevado a pensar que ante la obsolescencia, por razones propias del desarrollo, de las siete provincias, como marco físico para la necesaria planificación socio-económica se potenciará con energía el marco de división regional en 6 regiones y su desagregación en 22 subregiones del territorio terrestre nacional, marco amparado a la ley #5525 y sus modificaciones, Ley de Planificación Nacional y que ya funciona pero a medias.

Dicha ley también facilita la organización de las distintas instancias de la sociedad civil costarricense, incluyendo los sectores vinculados al esfuerzo productivo, en Consejos de Desarrollo a nivel subregional y por consolidación depurada, en Consejos de Desarrollo Regional y un Gran Consejo Nacional Regional, un ejercicio participativo de ciudadanía responsable y de reafirmación democrática.

Hoy en día y a futuro, ante los cambios paradigmáticos que han reducido la influencia de los partidos políticos, necesarios como son, los Consejos de Desarrollo, dimensionados como Subsistema, se convierten en herramienta fundamental del Estado costarricense, estado en el sentido amplio republicano en que lo trató Platón, por supuesto. Así mismo, la regionalización con su correspondiente desconcentración administrativa de los órganos del Gobierno Central y el lógico engarce coordinador de éstos con los entes descentralizados políticamente del orden municipal, coadyuvaría a la efectividad del Estado como un todo.

Elaborando en lo expresado, como una forma de contrarrestar en nuestro país el fenómeno mundial de desprestigio de los partidos políticos y de a quienes popular y despectivamente llaman “los políticos”, por convertirse muchos de ellos una vez electos en casi autistas en cuanto a su relación con la sociedad civil, bien podría el Consejo Nacional Regional fungir como caja de resonancia de la Asamblea Legislativa, durante el proceso de aprobación de los proyectos de ley que se enriquecerían de la consulta al mencionado Consejo o acoger iniciativas de éste. La participación ciudadana en toda la estructura de Consejos es por supuesto ad honorem, excepto, debería ser, por el pago de viáticos a quienes requieran viajar y los necesiten, para reuniones del Consejo Nacional Regional en San José.

Sirva la presente para desear a los compatriotas costarricenses, el éxito de la Administración Alvarado Quesada, éxito que es responsabilidad de todos, que sin ser complacientes, debemos colaborar como ciudadanos, nunca obstaculizar por intereses superfluos o mezquinos.

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– Ex viceministro de Planificación Nacional y Política Económica.

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