Vacunas, benditas vacunas

Solón Chavarría Aguilar

Solón Chavarría Aguilar

Las vacunas han sido un tesoro que los científicos le han regalado a la humanidad. Quiero invitarlos a remontarnos a la conquista de América allá por finales del siglo XV e inicios del XVI para contarles que la esperanza de vida en Europa era entre 30-40 años y si nos venimos a nuestra actualidad anda por los 80 años (unos más otros menos).

Ahora bien, cualquier ser humano racional se preguntará por qué el homo sapiens ha hecho realidad ese milagro. Si seguimos leyendo esta reflexión juntos vamos a encontrar la o las respuesta(s).

Desde la plaga en Atenas 430 a.C. hasta COVID-19 han existido más de 20 epidemias y pandemias las cuales han azotado a la humanidad, dentro de ellas 4 han sido de las más terribles: peste negra, viruela, la gripe española y el VIH sida.

  1. La peste negra (muerte negra o peste bubónica): Esta ha tenido varios brotes en la historia de la humanidad con un pico entre 1347 y 1351 cuando murieron 200 millones de personas en todo el orbe, cuando murió una tercera parte de la población europea. Esta pandemia fue producida por la bacteria Yersinia pestis que fue transmitida a los humanos por las pulgas de las ratas que venían en barcos de China que llegaron a Crimea y de ahí a Napoles (Italia).
  2. La viruela: Esta ha sido conocida desde 10.000 años a.C, la cual mató más de 300 millones de seres humanos en el mundo y en 1520 mató a 56 millones de nativos americanos durante la colonización. La última muerte sucedió en 1978. Fue erradicada en 1980, por vacunación en forma masiva.
  3. La gripe española (1918-1919): Esta mató entre 40-50 millones de personas. Se inició en Kansas, Estados Unidos de América y durante la primera guerra mundial azotó a Europa. El virus de esta enfermedad es el mismo de la Influenza A subtipo H1N1.
  4. El VIH Sida: Esta ha matado entre 25 y 35 millones de personas a nivel mundial, teniendo sus inicios en África adquirido de un chimpancé. Se diagnosticó el primer caso en 1981 en Estados Unidos de América esparcido en los cinco continentes.

En el siglo XXI, hemos tenido también SARS en el sudeste asiático, el ébola en África, MERS en el medio oriente, Influenza AH1N1, la cual contagió entre 700-1400 millones de seres humanos en el mundo y murieron entre 150-575 mil personas. Asimismo, durante este siglo hemos tenido dengue, zika, chikunguya, etc.

La última pandemia que ha azotado al mundo es el coronavirus (Covid-19) que se inició en Wuhan, China y en estos momentos se encuentra presente en los cinco continentes, poniendo en jaque a todo el orbe en salud, social, político y económico llevándonos a una recesión mundial, al parecer va a ser más grave que la de 1929, a no ser que pronto se encuentre el tratamiento adecuado y las vacunas para poderla controlar.

Vacuna: preparación que ayuda al organismo a generar inmunidad, frente a una enfermedad, pues una vez aplicado o inoculado al cuerpo estimula la producción de anticuerpos (defensas del organismo) que luego lo defenderán de futuras infecciones, porque el cuerpo desarrolla una memoria inmune.
En 1976, Edward Jenner inició lo que hoy es la vacuna contra la viruela con excelente resultado al extremo que la última víctima fatal fue en 1978 y, hoy en día ya nadie habla de tal enfermedad.

Otra vacuna de gran trascendencia ha sido la BCG (Bacilus-Calmette Guarin) esta nos protege contra la tuberculosis que, ha matado millones de personas en el mundo. Se utilizó por primera vez en 1921, sin embargo, todavía hay tuberculosis en pueblos muy pobres y hacinados.

En este momento la humanidad cuenta con un arsenal de vacunas para múltiples enfermedades infecciosas como: difteria, tétanos, tosferina, sarampión, polio, rubeola, hepatitis, varicela, influenza, neumococos, etc.

Actualmente muchos científicos del mundo están preparando vacunas contra el Coronavirus (Covid-19) muy prometedoras, para hacerle frente a esa pandemia terrible que tiene en jaque a la humanidad.

No creamos que las vacunas nos resuelven todos los problemas de enfermedades infecciosas, también son muy importantes la higiene, educación, ejercicios, medicamentos, buenos sistemas de salud, etc. Sin embargo las vacunas han jugado un papel transcendental en esta lucha permanente del ser humano.

Por otro lado, hay un sin fin de vacunas que los humanos deberíamos aplicarnos para luchar contra la avaricia, materialismo, estulticia (ignorancia y estupidez), la drogadicción, fanatismo, guerras, agresión a la naturaleza, hedonismo, endiosamiento del hombre, etc.

También deberíamos tomar fuertes dosis de: amor, solidaridad, espiritualidad, educación, laboriosidad, respeto al semejante, a la flora y fauna.

Por último, me cuestiono si ¿No será que al estar jugando al homo deus nos estén pasando la factura?. ¿No será que nos hemos creído que de verdad dominamos el mundo con la nanotecnología, la robótica, biología molecular y la inteligencia artificial?

¿No será que la naturaleza nos dice: «Aprétenme el cuello, pero no me asfixien» y se ha sacudido mandándonos este tal coronavirus para darnos un «estate quieto» mientras ella respira y se acomoda mejor?

Ahora mientras los líderes mundiales se ponen de acuerdo para ver por dónde tenemos que ir saliendo de esta catástrofe mundial, todos guardados en casa y con las manos lavaditas, haciendo caso a las autoridades terrenales, dirijámonos al Ser Superior y digámosle que como jalón de oreja ya está bien y que nos dé otra oportunidad, pues las vacunas aunque en otras epidemias y pandemias han sido muy eficiente, casi milagrosas. Para el Coronavirus (Covid-19) todavía no la tenemos. Entonces mientras los científicos del planeta tierra dan con esa tal vacuna, que nos dé una vacuna divina conocida como «Cov-Di» (vacuna divina).

Recordemos que en 1856, (durante la guerra contra los filibusteros) no fueron las armas bélicas de los invasores las que más costarricenses mataron, sino una bacteria asesina (el Cólera) causó la muerte al 10% de la población (en esa época la población nacional era entre 100-120 mil habitantes). Si eso sucediera el día de hoy correspondería a 500 y 550 mil personas. Se imagina qué tragedia! Sin embargo aquella gente humilde logró levantarse llorando sus muertos, pero con hidalguía y fe en un Ser Superior.

Hoy ante esta pandemia no sabemos cuántos nos vamos a enfermar ni cuánto moriremos. Ante tal panorama tan sombrío no nos queda más que unirnos, ser inteligentes, obedientes, visionarios y espirituales y, estar dispuestos a hacer lo que tengamos que hacer. Si tenemos que entrar en cuarentena, pues entramos. Si hay que lavarse las manos, nos las lavamos. Si tenemos que usar mascarillas, las usaremos. Si ya hay tratamiento médico, lo tomaremos. Y si ya está la vacuna, nos vacunaremos. Como dicen: “Guerra es guerra” en este momento libramos una guerra, contra un virus. No vence o lo vencemos, no hay otro camino.

Vamos con fe y esperanza a vencer al enemigo. Vamos unidos en un haz de corazones a la victoria. Ni un paso atrás “Adelante, siempre adelante”.

“A Dios rogando y con el mazo dando”

Médico internista

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