Un Biden enérgico responde a los abucheos

Marzo 07, 2024

Yeny García

Biden
Discurso del Estado de la Nación del presidente Joe Biden el 7 de marzo de 2024. @POTUS / Z

Un Biden lleno de energía, con mucho que demostrar, volvió a desafiar desde el podio del Congreso a las críticas republicanas, en un discurso plagado de momentos curiosos, que será clave en su intento de mantenerse en la Casa Blanca el próximo noviembre.

WASHINGTON — Un presidente Joe Biden enérgico y a ratos combativo, aunque sin cruzar la línea, se dirigió a Estados Unidos en un discurso sobre el Estado de la Nación plagado de momentos que quedarán en el imaginario popular, donde volvió a responder a los abucheos republicanos y se esforzó por disipar las preocupaciones sobre su edad en medio de su campaña por la reelección.

Biden, de 81 años, es el principal candidato demócrata en los comicios presidenciales del próximo noviembre y utilizó el atril del Capitolio para resaltar los logros de su administración y apelar a los votantes jóvenes. Aunque a ratos carraspeó y arrastró las palabras, la mayoría del tiempo demostró la familiaridad y el carisma de un veterano político, a gusto en el Congreso.

Incluso, llegó a parar el teleprompter donde seguía el guion de su intervención para improvisar animados intercambios con sus contrapartes del partido Republicano, sobre todo con miembros del ala extrema, aliados cercanos de su principal contendiente por la Casa Blanca, el expresidente Donald Trump.

Una inusual cordialidad reinó al inicio de la sesión conjunta del Congreso, que atraviesa uno de los períodos más divisivos de su historia reciente. Antes de la llegada de Biden, el presidente republicano de la Cámara, Mike Johnson, acérrimo detractor de la administración demócrata, estrechó la mano y conversó amigablemente con la vicepresidenta Kamala Harris.

Más adelante, Johnson se levantó varias veces y asintió en ocasiones, entre ellas por la mención de Biden a Ucrania, a pesar de que el líder republicano mantiene bloqueado un paquete de ayuda a Kiev en busca de una política más dura en la frontera. No obstante, sacudió la cabeza ante a las continuas críticas y referencias a Trump.

Después de los abucheos e interrupciones del año anterior, el líder republicano de la Cámara había llamado a sus colegas a mantener el decoro habitual en uno de los eventos anuales más importantes del calendario legislativo, según reportes.

En la primera parte del discurso, apenas un grito de “mentiras” se escuchó desde el lado republicano. Sin embargo, la situación cambió cuando Biden comenzó a referirse a los impuestos y el delicado tema de la inmigración, uno de los asuntos más contenciosos entre ambos lados.

En medio de abucheos y gritos de «mentiroso» de sus colegas, la representante republicana por Georgia, Marjorie Taylor Greene, repitió su conducta del año anterior contra Biden y volvió a alzar la voz, esta vez exigiendo al mandatario que dijera el nombre de Laken Riley, una estudiante de enfermería de 22 años que fue asesinada en el estado sureño en febrero.

Por este crimen se ha culpado a un migrante venezolano que cruzó irregularmente a EEUU y fue liberado bajo parole. Los republicanos han hecho de Riley el rostro de sus reclamos por una política migratoria más dura.

Muchos de ellos lucieron botones en referencia a Laken Riley. La propia Taylor Greene llevó una camiseta con la frase en inglés «Di su nombre, Laken Riley».

Blanco sufragista y gorras MAGA junto a Biden

En el público, también destacaron los atuendos de blanco que legisladoras demócratas – entre ellas la líder emérita de la Cámara Nancy Pelosi- vistieron en honor a las sufragistas y para llamar la atención sobre los derechos de las mujeres. Esta es una tradición que comenzó hace años como parte de una reacción contra el expresidente Donald Trump durante sus discursos del Estado de la Nación.

La primera representante de origen palestino en el Congreso, Rashida Tlaib, llevó en el hombro el tradicional pañuelo kufiyah en muestra de su solidaridad con las víctimas de la guerra en Gaza. La otra legisladora musulmana junto a Tlaib, Ilhan Omar, también se unió al gesto.

Por su parte, la representante Taylor Greene protagonizó otro momento curioso, esta vez por situarse en el camino del mandatario hacia el podio. Cuando Biden pasó cerca de Greene, esta pareció ofrecerle al mandatario un botón en memoria de Riley.

La notoria detractora del demócrata, vestía una de las gorras rojas de «Hagamos a EEUU grande otra vez» o Make America Great Again (MAGA) de la campaña del expresidente Trump, con quien muy probablemente tendrá una revancha el próximo noviembre por la Casa Blanca.

Protestas contra el apoyo de Biden hacia Israel

Mientras, cerca de la Casa Blanca y con el Capitolio de fondo, cientos de manifestantes se reunieron en una masiva protesta contra el apoyo de la administración Biden a Israel y su campaña contra el grupo extremista palestino Hamás en Gaza. La guerra sin cuartel de las fuerzas israelíes contra los militantes ha causado más de 30.000 víctimas, en su mayoría civiles, y una grave situación humanitaria en el enclave.

La manifestación, organizada por la Campaña Estadounidense por los Derechos de los Palestinos y otras organizaciones, comenzó desde las 6:00 pm en la plaza Lafayette, a escasos metros de la residencia presidencial. La protesta bloqueó partes de la avenida Pensilvania.

«Estamos aquí hoy porque ya es suficiente», dijo a Reuters Ahmad Abuznaid, director ejecutivo del grupo.

Gritos por un cese al fuego en Gaza y carteles gigantes con mensajes como «el legado de Biden es el genocidio» y «hogares, no drones» mostraban el descontento de muchos votantes contra el presidente demócrata, algo que podría ser muy dañino para sus aspiraciones de reelección, advierten analistas.

Otras protestas simultáneas bloquearon el tráfico en las ciudades de Boston y Los Ángeles. Según un grupo activista y un informe de los medios locales, se realizaron más de 50 arrestos en Boston.

Durante su discurso, Biden expresó su solidaridad tanto con el pueblo de Israel y de Palestina, y aprovechó para anunciar la creación de un «muelle temporal en el Mediterráneo en la costa de Gaza», que garantizaría la llegada de ayuda humanitaria al enclave.

Invitados especiales y un asistente inesperado

Como ya es tradición, desde los palcos del Capitolio, un grupo de invitados especiales fueron aplaudidos por los legisladores y miembros del gabinete del presidente Biden. Los asistentes son huéspedes de la primera dama Jill Biden, el líder de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson y varios miembros del Congreso de ambas bancadas.

En este año electoral, la mayoría de los invitados pusieron rostro humano a temas clave en las campañas presidenciales de cara a los comicios de noviembre próximo, entre ellos el polémico asunto de los derechos reproductivos, la inmigración, el control de armas, Ucrania y el apoyo a Israel.

En el palco, junto a Jill Biden, estuvo la texana Kate Cox, a la que le fue negado un aborto de emergencia por la Corte Suprema de su estado a pesar de que su salud estaba en peligro y tuvo que salir del territorio para recibir el servicio de salud que necesitaba.

El presidente también resaltó la presencia activistas que llaman la atención sobre la reciente ley aprobada en Alabama, que considera seres vivos a los embriones y dificulta el acceso amplio a la reproducción in vitro.

Por la parte republicana, destacaron invitados como Tammy Nobles, madre Kayla Hamilton, una joven asesinada por un inmigrante irregular, miembro de la pandilla MS-13, y agentes de policía de Nueva York Ben Kurian y Zunxu Tian, que fueron atacados por migrantes en un incidente en Times Square en enero pasado, como reflejo de la «crisis» migratoria en EEUU.

Un asistente que dio que hablar por lo inesperada de su presencia fue el exrepresentante republicano por Nueva York, George Santos, que enfrenta 23 cargos federales y fue expulsado de la Cámara en una votación histórica el pasado diciembre.

Santos fue todo sonrisas durante su estancia en el salón del Congreso, a donde llegó invitado por su excolega, Lauren Boebert, una de las caras más conocidas del ala extrema republicana.

El sobreviviente designado

La elección de un designated survivor o sobreviviente designado continua atrapando el imaginario popular como uno de los elementos más curiosos del discurso del Estado de la Nación.

El año anterior fue el secretario de Trabajo, Marty Walsh, el elegido para perderse el discurso, una de las contadas ocasiones en las que los representantes de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial en Estados Unidos coinciden bajo el mismo techo.

Este año, le tocó al secretario de Educación, el estadounidense de origen puertorriqueño Miguel Cardona.

La tradición de mantener al menos a un alto funcionario del gobierno en una locación desconocida para asegurar la línea de sucesión presidencial data de los años 1950 y tiene sus raíces en la Guerra Fría y la amenaza nuclear.

Voz de América

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