El papel de la mujer en el mundo de la música

Palabras de Rodrigo Arias con motivo de la conferencia de Susan Milan en el Marco del XII Festival Internacional de Flautas

Rodrigo Arias

Colegas diputados,
Maestra Susan Milán,
Maestros y estudiantes de la Décimo Segunda Edición del Festival Internacional de Flautas

Señoras y señores:

Agradezco profundamente a don Gabriel Goñi por todo su empeño en la organización de esta nueva edición del festival internacional de flautas.

También le agradezco a la diputada Ada Acuña que me haya acompañado en la organización de este evento que se enmarca en la realización del festival.

Esta noche, tendremos la exposición magistral de la maestra flautista Susan Milán, quien disertará sobre “El papel de la mujer en el mundo de la música”. Posteriormente podremos disfrutar de un recital de flautas a cargo de las talentosas maestras que nos acompañan.
Pero este acto debe servirnos también para la reflexión sobre los derechos de las mujeres y su dignidad, particularmente en el mundo del arte, la cultura y muy especialmente en el de la música.

Tomar conciencia de la injusticia que históricamente ha existido entre hombres y mujeres músicos es tan solo un buen primer paso en la dirección correcta. Basta ver algunos ejemplos.

Allá por el siglo dieciocho en Salsburgo, nacía María Anna Mozart. Todo apuntaba a que sería una niña prodigio de la música. Sin embargo, hoy, más de 270 años después, a quien conocemos como genio musical es a su hermano: Wolfgang Amadeus Mozart, en quien sus padres concentraron esfuerzos, porque una niña prodigio no tenía ni espacio ni futuro.

La exclusión de las mujeres en la música ha sido la constante en la historia y en el mundo entero. Resulta, por tanto, verdaderamente extraordinario que, en Costa Rica durante junio y julio de 1943, la música costarricense, Dolores Castegnaro, dirigiera la Opera La Bohemia, de Puccini, en el Teatro Nacional.

Aquel hito fue tan solo un hecho aislado, porque no es sino hasta mayo de 2017, más de 70 años después, que otra costarricense tomara la batuta. Fue Gabriela Mora la primera mujer en dirigir la Sinfónica Nacional.

En los Estados Unidos, hace poco tan solo setenta años que la Filarmónica de Boston realiza las primeras audiciones a ciegas, instalando una cortina que separa al músico que va a audicionar, del jurado que le calificará.

Esos músicos debían tocar sin zapatos para que nadie pudiera distinguir por el sonido de los tacones, si era hombre o mujer. Este ejercicio permitió el ingreso de más mujeres a tocar de forma profesional.

Sin embargo, cuesta creer que no fue sino hasta 1997, que la Filarmónica de Viena cambia sus estatutos dándose la posibilidad de admitir mujeres; y no lo hicieron convencidos de hacerlo: lo hicieron como respuesta a la amenaza de ver reducido su presupuesto.

Se dice que hoy la diferencia es de aproximadamente 70% hombres y 30% mujeres, en las orquestas sinfónicas del mundo. Para nuestro orgullo, podemos decir que, en la Sinfónica Nacional de Costa Rica, un 50% de las ejecutantes son mujeres.

El mundo ha avanzado mucho en el reconocimiento y la apropiación de los derechos de las mujeres, desde aquel siglo 18 que ignoró a Anna María Mozart.

Sin embargo, aún falta muchísimo por hacer, no solo en el acceso de mujeres músicas dentro de las diversas orquestas del mundo, sean estas grandes o pequeñas, nuevas o centenarias.

También está pendiente avanzar en el reconocimiento salarial para que hombres y mujeres ganen lo mismo por igual trabajo, como también aún falta tener a muchas mujeres directoras de ensambles, sinfónicas y filarmónicas. Los desafíos no son pocos y el único camino posible es hacia adelante.

Justamente, para avanzar en esa ruta, es un verdadero honor recibir en este congreso a Susan Milán para escuchar con atención su conferencia.

La maestra Milan, fue la primera mujer flautista solista de la Real Filarmónica de Londres.

Es una de esas valientes y empeñadas mujeres que ha abierto brecha en un mundo que, por mucho tiempo, estuvo dominado solo por hombres.

Señoras y señores:

Que el trabajo disciplinado y tesonero de las mujeres que hoy se presentan en esta sala, nos sirva de modelo y ejemplo a seguir para atender los enormes desafíos que aún nos quedan pendientes en procura de una verdadera igualdad para el fortalecimiento del arte, la cultura y la música.

Gracias maestra Milán, sea usted muy bienvenida a Costa Rica, al igual que sus colegas. Les deseo una estancia provechosa y auguro para nosotros una velada de un gran aprendizaje.

Muchas gracias.

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