Chaves y Carazo, dos aves de la misma ralea

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Carlos Revilla Maroto

Ha pasado ya más de un año desde la llegada a la presidencia de Rodrigo Chaves y, todo lo que está sucediendo en el país con el nuevo Gobierno, ya deja ver un panorama muy desalentador. Claramente se nota que no tiene, no solo ninguna experiencia el Gobierno, sino que han llegado a improvisar muchas cosas, y ni que decir de los nombramientos, que algunos hasta daban pena ajena, como lo fue el de la ministra de salud, que por dicha renunció.

Ya el tiempo transcurrido de la administración Chaves, puede emitirse un criterio totalmente formado; ya pasó el tiempo del beneficio de la duda. Entonces, no hay que tener dos dedos de frente para emitir un juicio: esto no se ve nada bien. Chaves con su forma forma altanera y chabacana, quiere llevar las riendas del Gobierno y no lo está saliendo nada bien. Prueba de lo anterior es la seguidilla de renuncias en las altas jerarquías de ministros y presidentes ejecutivos, que es, según los entendidos todo un récord en poco más de un año para cualquier Gobierno de Costa Rica, por lo menos de 1900 a la fecha.

Pero en realidad no es de lo anterior, de lo que realmente quiero escribir. Lo que me tiene atribulado y preocupado en este momento, es lo alarmante del paralelismo entre el presidente Chaves y el expresidente Carazo, tanto a nivel personal, como de Gobierno y sus circunstancias.

Pero primero, para poner en contexto las cosas, hay que hablar del Gobierno de Rodrigo Carazo de 1978-1982. Solo recordar que en ese administración se dio la peor crisis de la que tengamos memoria. Siempre se habla de las filas en los estancos, que eran un especie de pulpería que tenía el CNP, algo así como un Pali, pero mucho mas modesto, donde especialmente se vendían granos básicos a mejores precios, de la carencia de divisas, de la inflación, y un enorme etcétera de cosas negativas. En general lo que pasó fue una enorme crisis generada tanto por factores internos como externos, pero especialmente internos.

Con Carazo hubo factores externos e internos que propiciaron la gran crisis de ese cuatrienio y que -y aquí empiezan las coincidencias- se repiten o empiezan a repetirse en este Gobierno de Chaves.

Antes de entrar en materia, hay algunas coincidencias entre Chávez y Carazo, que son frívolas o como se dice ahora light, que por lo menos son curiosas y son una buena introducción al tema.

Veamos algunas: ambos se llaman Rodrigo, su apellido empieza con la letra C, estudiaron en el colegio Seminario, trabajaron en el extranjero, economistas, engreídos y mesiánicos. Estas son algunas cosas que me salen a mano alzada. Alguno de mis acuciosos lectores puede que encuentre algunas más.

Pero, ahora si, vamos a la parte seria de las coincidencias negativas entre ambos.

Una nota introductoria: Voy a escribir en tiempo presente, pero me refiero tanto a Chaves como a Carazo.

Hay dos puntos muy importantes, que son su sello distintivo, que demuestran la personalidad de cada uno, y en lo que desgraciadamente se parecen:

1. El enfrentamiento. No más llegar al Gobierno, e incluso desde antes, su sello distintivo ha sido el enfrentamiento.
2. Infalibilidad. No hacen nada nada malo, nunca cometen errores, todo es culpa de otros, incluidos sus propios miembros de gabinete, que pagan el disenso con el despido.

Del punto dos anterior, no se si Chaves habrá llegado al punto de Carazo, donde sus colaboradores cercanos le decían maestro, pero si no es así, falta poco para que también lo emule en eso.

Ahora entramos en la acción Gobierno. En este punto ya se complica ver coincidencias, no tanto por no tener cosas negativas en común, que las hay y muchas, sino por tener Carazo un cuatrienio completo, y Chaves apenas un poco más de un año de Gobierno.

Pero lo anterior no es óbice para que no se puedan vislumbrar aspectos y tendencias. Veamos:

1. El desempleo y la pobreza. Con Carazo fue algo tremendo, y con Chaves son variables que empiezan a preocupar.
2. Lo público. Ataque demoledor a todo lo que es público, incluidas las instituciones como la CCSS y los empleos.
3. Ataques a los otros poderes de la República. La Asamblea Legislativa y el Poder Judicial son blanco constantes de críticas por no compartir o plegarse al criterio del presidente. Carazo incluso amenazó en algún momento con ponerle candado (cerrar) la Asamblea Legislativa y gobernar por decreto. A Chaves le falta poco para sugerir lo mismo, ganas le deben sobrar.
4. Prensa canalla. Aunque en el tiempo de Carazo no se le decía prensa canalla, se dio un enfrentamiento casi diario con la mayoría de los medios, algo muy parecido a lo que sucede ahora con Chaves.

Lo anterior son solo unos pocos ejemplos, que por desgracia abundan, de ese paralelismo entre Carazo y Chaves. Lo anterior como vimos, tanto en lo personal (personalidad) como de sus administraciones.

En su momento Carazo dijo ante las críticas, que a él lo iba a juzgar la historia. Efectivamente así fue: su Gobierno fue catalogado como el peor de la segunda mitad del siglo XX en Costa Rica.

Del Gobierno de Chaves todavía no se puede concluir nada definitivo, pero todo pinta a que podría llegar a ser el peor de la primera mitad del siglo XXI, incluso peor que el de Carlos Alvarado, que ya es mucho decir. Y con la diferencia del Gobierno de Carazo, que no hay crisis, lo que es aún peor.

Sin embargo espero que el anterior vaticinio sobre el Gobierno de Chaves no se llegue a cumplir por el bien de Costa Rica.