Venezuela, la dictadura en democracia (II)

Vía costarricense

Johnny Soto Zúñiga

Johnny Soto Zúñiga

En la columna anterior, como primera parte narramos la historia política de la Venezuela del siglo pasado; por cierto es interesante la similitud con nuestro país, al establecer en 1945 una Junta Revolucionaria de Gobierno que gobernó de facto por tres años, bajo la presidencia del socialdemócrata Rómulo Betancourt, y aquí la Junta Fundadora de la Segunda República de 1948 presidida por el Caudillo José Figueres Ferrer, que gobernó por decreto durante 18 meses. Ambas adoptaron medidas revolucionarias que transformaron sus países en lo social, económico y político, incluso convocando a elecciones para cambiar la Constitución Política.

Dos grandes hombres, visionarios, caudillos y líderes de sus pueblos fueron Betancourt y Figueres, que siguen estando en la memoria histórica de sus pueblos como demócratas en todo el sentido de la palabra, con sensibilidad social, deseos de transformación hacia el desarrollo y modernidad de sus pueblos, de querer sacarlos de la pobreza y avanzar a una mayor calidad de vida. No se aferraron al poder, ni lucraron con éste, sus vidas sencillas, al servicio del país. Las medidas políticas y jurídicas dieron un giro de 180 grados al estado de cosas vigente. Privilegiaron siempre el sistema democrático, el Estado de Derecho, sin caer en totalitarismos, ni extremismos ilusorios.

En esta segunda parte nos referiremos al advenimiento y llegada al poder del comandante Hugo Chávez Frías, quién ya había querido alzarse con el poder en 1992 mediante un golpe de Estado fallido contra el gobierno de Carlos Andrés Pérez, fracasó y lo enviaron a la cárcel. En las elecciones de diciembre de 1993 triunfa el partido socialcristiano COPEI con Rafael Caldera, que se dedicó a destruir la obra de su anterior, el gobierno de Acción Democrática AD de Pérez, y “generaron una implosión económica realmente brutal, con sucesivas devaluaciones y empobrecimiento de las clases medias y las populares. El prestigiado ex presidente desempeñó en esos años un papel político que sería objeto de polémica por muchos años: ¿defensor o sepulturero de la democracia?” (El Poder y el Delirio. Enrique Krause. Pág. 63)

Una de las decisiones fundamentales de Caldera fue amnistiar a Chávez, no se le enjuició y se le otorgó el sobreseimiento de la causa por el golpe de Estado frustrado (dejó 400 muertos), mientras que al ex presidente Pérez lo encarcelan por malversación de fondos. Chávez al salir de la cárcel inicia su carrera política ascendente hasta llegar al poder en 1998 mediante elecciones democráticas con el 56% de los votos. Se aprovechó de la efervescencia y disgusto con el sistema de cosas en Venezuela. Los grupos de izquierda fueron creciendo y en 1997 se crea el Movimiento Quinta República -MVR- liderado por Chávez, quien se alía con otros grupos políticos importantes como el -MAS-, formando la alianza electoral “Polo Patriótico”. Los partidos tradicionales del bipartidismo: AD y COPEI, perdieron credibilidad y estaban moribundos.

En 1999 Chávez inicia con discursos de izquierda radical, antiimperialista y bolivariano (enaltece la figura del Libertador Simón Bolívar), un acercamiento cada día más fuerte con Fidel Castro y su Cuba revolucionaria (demuestra gran admiración por Castro y su legado político, que se convierte en su mentor). Es como si se volviera al discurso de los años 60s del siglo pasado; de la época de los revolucionarios e ideólogos de la izquierda marxista-leninista (Se denomina el socialismo del siglo XXI, como dándole un nuevo aire, a pesar de la caída del muro de Berlín, de la disolución de la Unión Soviética, del final de la guerra fría entre la URSS y EE.UU, de una China convertida en pragmática y de lleno en el mundo de la globalización y mercados capitalistas, etc.)

Chávez sigue con el proyecto castrista sobre Venezuela y la otrora expansión socialista en América Latina. Para el 2001 logra la aprobación de la Ley Habilitante que le permitió “dictar 49 decretos con fuerza de ley” en materias de tierras, hidrocarburos, pesca, educación, lo que impulsa un aceleramiento de medidas revolucionarias; a su vez inician las críticas de diversos sectores como los empresarios, la Iglesia, sindicatos, medios de comunicación etc. En el 2002, se dio un golpe de Estado fallido contra Chávez, del cual se respondió con mucha violencia, pero más bien lo fortaleció como defensor de la democracia que lo había elegido en elecciones democráticas.

El presidente inicia un proceso inimaginable de control de poder: La Asamblea Legislativa, el Tribunal Electoral, la Fiscalía, órganos de seguridad y espionaje, compra de fuerte armamento, aviones, barcos, etc. Comienza con una masiva campaña populista de atención médica y educativa, alimentación general, entrega de viviendas y aumenta la producción. Las llamadas “Misiones” lideradas por profesionales y militares cubanos enviados por Castro, a cambio del envío masivo de petróleo a la Isla. En el 2003 despide masivamente a 20.000 trabajadores de PDVSA, con un paro laboral de 63 días que causa enormes pérdidas a la economía venezolana. Chávez toma el control total del petróleo, lo regala a quien quiere, se aprovecha de la bonanza petrolera, para erigirse con absoluto poder político e influenciar en diversos países del mundo.

En el 2004 se celebra el referéndum revocatorio y Chávez triunfa con el 59,06%, luego gana 22 de las 24 gubernaturas y el 90% de las alcaldías. La oposición se retira y el Parlamento es tomado enteramente por el Chavismo. Sigue la gran relación y binomio Chávez-Castro; cada vez que puede hasta secretamente Hugo Chávez viaja a la Habana, a recibir el consejo político de su mentor, al que considera casi como un padre, un gran estratega, un maestro en la toma de las decisiones sobre Venezuela. Triunfa en las elecciones de diciembre del 2006, para un segundo período presidencial y gobernará por los próximos 7 años, y sigue proclamando leyes revolucionarias para establecer la República Socialista de Venezuela. En el 2007 realiza expropiaciones de empresas privadas, como el cierre de Radio Caracas Televisión (RCTV), la estación de televisión más antigua del país. (Op.cit.Pág.75)

Cada día oprime a los medios de comunicación privada, atentando contra la libertad de expresión y de prensa; lo que convierte a Globovisión en el único canal independiente existente, ya que el Régimen se comenzó a apropiar de los canales de televisión y radio. El abuso de transmisión en horas del presidente Chávez con su programa “Aló, Presidente”, con un dominio casi absoluto del espectro radioeléctrico en el país, lo convierte en una dictadura ideológica y culto a la personalidad. El centralismo de poder caracterizó a Chávez para mantener el control político y el orden; y era duro con sus detractores y sus más acérrimos críticos o enemigos de su régimen socialista. Aunque perdió en el 2007 el referéndum de reforma a 69 artículos constitucionales, siguió pasándolos con las leyes habilitantes.

El 5 de marzo del 2013 fallece el presidente Hugo Chávez, producto de varios años de padecimiento de cáncer, tratado y operado en Cuba, pero que finalmente no aguantó y partió de este mundo. Había ganado las elecciones presidenciales, su última batalla, de un país enfrentado a 18 comicios electorales durante su mandato (referéndum, regionales, constitucionales, presidenciales, municipales, diputadiles, etc). Su vicepresidente Nicolás Maduro asume el poder, no obstante va a una especie de segunda ronda contra el candidato y líder opositor Henrique Capriles, y triunfa por un estrecho margen de 1,59%. El presidente Maduro trata de emular en todo a Chávez, pero su accionar es torpe, le falta discurso y decisión; comienza a cometer una serie de errores políticos, falta de liderazgo incluso a lo interno de sus correligionarios.

Las últimas 3 semanas, luego de un año de gobierno de Maduro, inician las protestas iniciadas y lideradas como siempre por el Movimiento Estudiantil; la oposición y el pueblo cansado de tantos problemas sociales y económicos, el desabastecimiento y escasez de productos básicos como el arroz, pollo, azúcar, leche, jabón, papel higiénico, medicinas etc. Un país rico en petróleo, pero con la más alta inflación de América Latina y del mundo; la mayoría de los productos industriales e insumos son importados. La trepidante inseguridad, con altas cifras con 25.000 homicidios en el último año (en la era de Chávez era de la mitad). Con gastos y despilfarro excesivos, un Estado regulador y totalitario; una Venezuela con uno de los índices de percepción de la corrupción más alto a nivel mundial.

Venezuela arde, decenas de detenidos, se contabilizan 17 fallecidos, muchos heridos en las calles, con una violencia y persecución de las fuerzas de seguridad y militares del Estado opresor, que no permite la pacífica manifestación, confiscación de los derechos elementales de los ciudadanos (as) y una campaña del “miedo” contra de los opositores del Régimen, una intolerancia política que no permite críticas, el arresto del joven líder opositor Leopoldo López, ha generado estupor e indignación contra el gobierno de Maduro, que acusa de “facistas y golpistas” al pueblo venezolano que no está de acuerdo con el estado de cosas. Hasta dónde llegará el “socialismo del siglo XXI”, estatista, centralista, regulador total de la economía dependiente en su mayoría de la exportación de su preciado oro el “petróleo”, con una eliminación de la iniciativa privada e inexistente inversión extranjera.

La caída de los precios del petróleo, en una economía dependiente de este recurso, aunado a los problemas estructurales, señalados pasan la factura y nos encontramos con un Estado fallido, envuelto en una gran crisis, donde el pueblo está sufriendo pérdidas humanas y económicas, que no sabemos cómo finalmente se va a resolver. Desconocemos si los organismos internacionales van a intervenir de una u otra manera; cuál va a ser la reacción de los EE.UU. principal comprador de petróleo a Venezuela. Volverá Venezuela a creer? en la democracia social como la concibió el ex presidente Rómulo Betancourt, con alternancia en el poder, con tolerancia de ideas, el respeto a los más elementales derechos humanos, a luchar por una justicia social sin acudir a dictaduras y de respeto a la libertad individual. El destino de Venezuela está en una encrucijada y todos los hermanos latinoamericanos seremos solidarios con el bienestar de los venezolanos.

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