Señores del Gobierno ¡seamos serios!

Luis Fernando Chacón Monge

Luis Fernando Chacón

Lo ocurrido este fin de semana con el sector comercial del país, no tiene nombre. Y no tiene nombre no porque no sepamos que las medidas sanitarias son necesarias, las cuales acatamos y respetamos. Digo que no tiene nombre por el daño generado a las clases medias y las clases vulnerables de este país por la falta de planificación en el manejo económico de la pandemia. Sí, cuando hablo del sector comercial y las clases medias y vulnerables, me refiero al pequeño comerciante que tenía sus esperanzas en este fin de semana del día del padre, y el Gobierno les estuvo prometiendo un respiro con la tan ansiada fase 3 de apertura. Me refiero a la gente que debe pagar seguridad social para el mantenimiento de nuestra Caja; es la gente que debe pagar la luz, porque las compañías eléctricas no tienen contemplación para cortarla; es la gente que no quiere dejar abandonados a sus empleados, pero que las cuentas ya no le cierran. Es la gente a la que se le acabaron las prórrogas y tienen que hacer frente a sus deudas. Esa es la gente a la que golpeó el Gobierno prometiéndoles la tan ansiada fase tres, que les fue reafirmada el jueves, y que, al día siguiente, el viernes, se les notificó que ya no iba, pese a haber realizado preparativos costosos, en sus ya maltrechas empresas. A ello me refiero con la falta de planificación. La misma que está ausente en la zona norte, digamos las cosas como son: todo producto del mal manejo de las altas autoridades gubernamentales en esa zona. Y digo altas autoridades gubernamentales, porque esto no es culpa de la policía, no es culpa de nuestros guardacostas, no es culpa de los agentes migratorios o del OIJ, que con valentía y exponiendo su salud y sus vidas protegen nuestra patria; es culpa de aquellos quienes deben planificar estratégica e integralmente el manejo de la pandemia. La zona norte, está en riesgo, y la realidad es que el Gobierno no sabe cómo atenderla.

Señores del Gobierno ¡seamos serios! Vayamos hacia una apertura y reactivación ordenada, pero no juguemos con la comida de los costarricenses.

Y aquí es donde digo y propongo. Como el Gobierno ha extremado medidas sanitarias en ciertos cantones por la cantidad de casos; bueno, hagamos lo mismo a la inversa. Reactivemos aquellos territorios donde la pandemia ha sido menos despiadada. Abramos progresivamente los cantones que no han sido tan afectados, sigamos el ejemplo de los países europeos, donde las zonas menos golpeadas por la pandemia han tenido un respiro económico, con aperturas graduales, al contrario de las zonas más afectadas que requieren todo el apoyo del Estado. Planeemos y focalicemos bien, tanto para cerrar, como para abrir.

Asimismo, protejamos nuestras fronteras, pero no las protejamos de nuestros hermanos nicaragüenses que ayudan a mover la economía; protejámosla de la ineptitud y falta de planificación de las altas autoridades encomendadas a resguardarlas, y protejámoslas del manejo irresponsable de la crisis sanitaria por parte del régimen de Daniel Ortega.

Costa Rica, se nos acaba el espacio para corregir los graves errores en materia económica y de seguridad nacional. ¿Será necesario que respondan los pequeños empresarios ante el enriquecimiento de los grandes por la pandemia? ¿Será necesario que se muera la gente también de hambre y no solo por el COVID-19? ¿Serán necesarias protestas masivas, para que se señalen y se corrijan los errores que se han cometido? Ojalá, que así no sea.

Palabras de control político jefe de fracción PLN

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