Responsabilidad por la mediocridad del futbol costarricense

Guido Mora

Guido Mora

No soy muy dado a escribir sobre futbol: soy apenas “un aficionado de perilla” que se sienta frente al televisor, refresco y “boquitas” en mano, a disfrutar de los partidos.

Como buen tico, soy “tan fiebre” que me gusta ver los partidos de la Sele y, los últimos meses, sufrir por las derrotas y la mala calidad de futbol que tenemos en el país.

Después del alegrón que no llevamos con Pinto y el buen desempeño de esa selección en 2014; en adelante y hasta el día de hoy, todo han sido decepciones: copas América, torneos regionales, amistosos, Rusia 2018, Catar 2022, ligas menores, fútbol femenino, etc, etc.

Con la reciente eliminación del equipo del Mundial de Fútbol Femenino en Nueva Zelanda, leo las declaraciones del presidente te la Federación Costarricense de Futbol Rodolfo Villalobos en que afirma: “hay gente que es resultadista y que sólo en hecho de participar en un mundial de futbol, debe llenarnos de orgullo”. ¿Habrase visto tal mediocridad?

Cómo diría un amigo, gracias por participar, no nos llame, nosotros le llamamos.

Le pregunto a don Rodolfo: es que, ¿existe otra forma de medir el trabajo de un futbolista, que no sea el de analizar los resultados obtenidos?

Contrario a otros deportes, en los cuales la entrega y disciplina individual y grupal se transforma en logros de sus participantes y orgullo para los costarricenses; en el futbol hemos ido como el cangrejo, caminando para atrás.

Muchas personas culpan a los jugadores. Efectivamente, estos tienen un grado de responsabilidad. Hay una argolla de futbolistas que no permite la renovación generacional. El fútbol en general es mediocre -basta con ver los partidos del torneo nacional-; los jugadores, según comentan, vagabundos y reaccionan negativamente rechazando la disciplina, la exigencia y el esfuerzo que debe de demandar, como parte de su trabajo, el entrenador de turno.

Pero si, además que los futbolistas son mediocres y se han acostumbrado a ganar un salario con poco esfuerzo, se suma la mediocridad y el oportunismo del entrenador, que puede ganarse un salario de varios miles de dólares con el mínimo esfuerzo, entonces sí que estamos mucho más fregados.

Aparentemente esta es la realidad que enfrentamos con el tristemente célebre exentrenador Luis Fernando Suárez.

Ya lo dijo la Roger “la Bala” en su crítica a Luis Fernando Suárez, cuando expresó que: «Esta selección lo que menos hacía era trabajar» y «El nivel de los entrenamientos era muy bajo»… «La preparación del Mundial fue muy por debajo a lo que una selección necesita para este tipo de torneo, una selección debe estar preparada muy bien en la parte física y en la parte técnica, nosotros físicamente éramos un desastre». «La preparación para el Mundial fue muy mala, pésima, nefasta, fue algo increíble, yo estaba totalmente en desacuerdo con lo que se estaba haciendo». «El nivel de los entrenamientos era muy bajo, eran 20 minutos de entrenamiento y pare de contar, esta selección lo que menos hacía era trabajar, los resultados fueron acorde a lo que nosotros hacíamos». Y entonces, se pregunta uno: ¿qué estaban haciendo los directivos de la Federación costarricense de fútbol?, porque si esto era visible para Gómez, tenía también que serlo para Villalobos y los demás directivos de la Federación.

De ahí que, a los federativos les cabe también una gran cuota de responsabilidad.

El fracaso reiterado, evidente en la ausencia de nuestras selecciones en los mundiales de ligas menores es una catástrofe.

No hay una buena elección de jóvenes y menos, la planificación que permita la formación necesaria, para que los muchachos y muchachas interesados en este deporte, se desarrollen como futbolistas profesionales.

La imagen que muchos de ellos se han hecho del fútbol es la de una actividad en qué con el menor esfuerzo, se disfruta “lo mejor de la vida”: hoteles 5 estrellas, viajes, salarios, comisiones, mujeres, etc.

No caen en cuenta los jugadores, los federativos, la prensa deportiva y todos cuantos viven del fútbol, que el espacio para los mediocres está saturado y que los resultados, esos que dice Villalobos que la gente busca, son producto sólo del esfuerzo, de la disciplina y del trabajo duro; actitudes y acciones que, evidentemente, han estado ausentes en la selección y en la Federación Costarricense de Fútbol.

Finalmente, Sorprenden también las recientes declaraciones emitidas en Colombia, por el señor Luis Fernando Suárez, donde afirma que el jugador costarricense tiene que esforzarse y trabajar de forma más intensa la preparación física, porque en general es muy mala. Entonces nos preguntamos: ¿qué carajos estaba haciendo Suárez con nuestro equipo nacional, si él era el responsable de planificar esa preparación física y técnica de los jugadores?

Los costarricenses al parecer nos hemos acostumbrado a la mediocridad, al mínimo esfuerzo, a comer cuento y a comprar humo. Los signos se manifiestan en muchos de los campos del quehacer nacional, pero son particularmente evidentes en el campo político y en el deporte rey.

Fedefutbol

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