Otra vueltecita

Conversaciones con mis nietos

Arsenio Rodríguez

Otra vueltecita al sol. Revoloteando cual mariposas nocturnas, resbalando por las curvas del espacio-tiempo. Todos juntos con nuestros universos de pensamiento y nuestros puntos de vista tan diversos. Suspendidos en la bola del mundo bailando el baile de siempre afuera y adentro.

¡Otra vueltecita más compañeros de tiovivo! Unos llegan otros se van, pero seguimos girando en la Tierra subidos. Otra vueltecita más con nuestros enredos y desenredos en la entre luz, la algarabía la noche y el día.

Abrochémonos bien los cinturones. Y abramos mentes y corazones. Aprovechemos con asombro y gratitud este increíble viaje que nos une. Y que tengamos todos un feliz próximo giro alrededor del Sol.

El tiempo es una ficción que inventamos mientras descubrimos lo que es la vida. En esta travesía imaginaria tratamos de entender nuestra existencia, y añoramos la plenitud de la unidad, manteniendo una sola conversación en miríadas de espejos de Ser. Así reflejamos la luz en todas sus posibilidades de color y brillantez.

Esta conversación efervescente surge desde que nacemos, como una urgencia de abrazarnos con nuestros instrumentos sutiles de silencio y palabra, mientras reaccionamos a esta soledad de tantos que enmascara la singularidad de nuestro verdadero Ser.

Con la evolución del lenguaje aprendemos a contar secuencias e historias, a conversar sobre lo pasado en el pasar, a describir lo que vemos afuera y lo que sentimos adentro. Y así a través de palabras, poemas y cuentos, la faringe humana y dedo pulgar contrapuesto, se tornaron en herramientas del Universo, para conversarse en toda manera de expresión para intercambiar asombro en toda sus forma de percepción.

Y cada historia conversada es preservada en pergaminos, libros, arte, tradiciones, y mitos (y a éstas últimas en circuitos). Los símbolos y la cultura como corriente ininterrumpida nutren cada nuevo pulso de vida en su sucesión de progreso hacia la conciencia. Hoy, el asombro ante nuestra capacidad de comunicación compite con el asombro ante la existencia y nuestra profundidad interna. Nos hemos enamorado de nuestras articuladas conversaciones y nos hemos olvidado del objeto original de ellas; la dicha de Ser.

La magnífica conversación del Ser a través del Universo estaba latente en su original Silencio. La espontaneidad de este Silencio es impensable, es de creatividad infinita, y por eso la conversación es tan animada, espectacular, variada y entretenida. Tanto así que puede hasta olvidarse de la dicha.

Este olvido es parte de este inquisitivo y poderoso monologo de tantos. Pero aun cuando en la plaza las multitudes andan hipnotizadas por el esplendor de sus fuegos artificiales, siempre hay amantes escondidos en las esquinas, conversando sobre el Amor que brilla en sus ojos.

Entonces se abren antiguas ventanas de Luz. Y brotan ríos de Vida en torrentes. Entonces los ritmos del corazón derraman la música y cada momento se vuelve nuevo y sagrado. Entonces la forma y el espíritu bailan a la orilla del Mar infinito y cada instante es una fuente de dicha.

¡Que los horizontes del Año Nuevo sean serenos y equilibrados y que encontremos la pureza del Amor! ¡Feliz Año Nuevo 2023!