El Festival Internacional de las Artes – FIA

Monólogos con Pelé

Lina Barrantes Castegnaro

¡Y llegó el FIA!

El Festival de las Artes, que durante su vida ha sufrido muchas transformaciones, pensábamos tenía ya un perfil definido. Se produjo por primera vez en la primera administración Arias, cuando Mimi Prado inventó hacer un San José por la Paz. Aprovechó del boom del Premio Nobel, y con la ayuda de Ramiro Osorio, grupos de altisisisisima calidad llenaron las calles de San José de espectáculos tanto callejeros como en espacios cerrados, gratuitos. El Festival era asumido por el gobierno de Costa Rica.

Vinieron épocas de vacas gordas y épocas de vacas flacas, el Ministerio decidió dos ediciones: una nacional y una internacional, un año sería un Festival solamente con grupos nacionales (mucho mas barato) y al año siguiente sería uno internacional (mucho mas caro y mas difícil de producir).

La cultura, muchas veces ha sido considerada circo para los diferentes gobiernos de Costa Rica, y el FIA, es el mayor circo que se puede realizar, ya que si bien es cierto los programas mas importantes del Ministerio de Cultura, no son el FIA, esté tiene una enorme importancia: bien conocemos todos la expresión Panem et circenses referida a la costumbre de los gobernantes de ofrecer populismo y no transformaciones reales, o sea, Pan y Circo.

Sin embargo, lo que aparentemente estaba establecido para el FIA, era que el Festival era en sí, una oportunidad para el publico nacional, de asistir a espectáculos que los productores privados no pueden o quieren arriesgar a traer por su costo.

La otra característica que pensaba yo, era sólida del FIA, era que los boletos para los espectáculos o eran gratis, o tenían un precio simbólico, insignificante.

El Ministerio de Cultura utilizaba todos los espacios culturales de la ciudad, fueran públicos, o fueran privados para presentar espectáculos de muy alta calidad a muy bajo costo. Esos precios, provocaban en la ciudad una mezcla de públicos que yo pensaría, era la única circunstancia en la que se producía: igual el estudiante pobre, que el millonario, que el adulto mayor, que cualquier persona, pagaba 1500 colones para ver un espectáculo. Las filas para entrar a los teatros, me recordaban eso que sucedía en el pretil de la Universidad de Costa Rica, cuando todos provenientes de colegios públicos, nocturnos, diurnos, privados, bachilleratos por madurez, compartían una conversación, un cigarro, un refresco, unas fotocopias de libros y una buena conversación. Eso se perdió unos años atrás, cuando los ricos empezaron a mandar a sus hijos a hacer College a los Estados Unidos, y los pobres, empezaron a ir a las universidades privadas, en busca de carreras mas cortas. Por eso digo que las filas de público para entrar a los teatros durante el FIA, eran esa mezcla en ese momento única en el país.

Personalmente me encanta Calle 13, pero, es un espectáculo que solo con el apoyo del Ministerio de Cultura se consigue su presentación en Costa Rica? No! Ha estado en las fiestas de Palmares! Entonces si ese es el espectáculo estrella: ¿donde quedó la particularidad?

Hoy las redes sociales destapan otro tema: el costo de los boletos. Los boletos para este FIA, están costando 7 u 8 mil colones, en general. Pero bueno también esta Alan Parsons el inglés que tuvo éxito en los 70s, cuyo espectáculo se presenta en el Teatro Nacional a precios de 55 mil colones. Claro, también estará en la Sabana, para quienes no pueden pagar 55 mil colones … es decir, creamos un publico de primera, y un publico de segunda. Cuando la gente reclama los precios en el Facebook, la pagina oficial del FIA, responde palabras mas palabras menos: si no quiere o no puede pagar los precios, quédese en su casa durante los días del festival, o salga a ver los pasacalles. Espectáculos para publico que lo pueda pagar, y pasacalles para quienes no tienen dinero.

¿Será esta es la política cultural de esta administración?

* Pele es un perro beagle, mi perro. El escucha pacientemente las reflexiones que de vez en cuando decido poner en blanco y negro. Por eso en agradecimiento a su complicidad, he decidido poner este nombre a la columna.