Liberación en la encrucijada

Fundado en el conocimiento de los tres candidatos y alejado del afecto que puedo sentir hacia cada uno de los compañeros que han ofrecido sus nombres para ser el próximo Presidente del Partido, yo prefiero a Yayo Vicente

Por Jorge Urbina Ortega

Jorge Urbina

Cuando un partido político entra en una situación tal, que propios y extraños caracterizan como crítica, suele pasar alguna de dos cosas, o se apoderan de él fuerzas que luchan por imponer su hegemonía, para acaparar para sí los beneficios que todavía puede dar en el plano electoral; o bien, la percepción compartida de crisis, se traduce en un consenso según el cual, el partido es fuerte, tiene una historia y debe estar siempre presente como instrumento de acción política y como apoyo importante del régimen democrático. En Liberación Nacional la crisis ha venido acentuándose y parece llegado el momento de emprender acciones concretas.

La percepción de que el Partido se debilita paulatinamente, dio lugar a la renuncia de sus máximas autoridades y ahora, a la próxima elección de sus reemplazos, con miras a activar un proceso que conduzca a la revitalización del PLN.

La tarea no es sencilla, ni tampoco la escogencia de las nuevas autoridades lo es. Siempre, todo candidato, cuenta con un cúmulo de experiencia profesional y política. Pero no toda experiencia es relevante para la tarea de orientar al liberacionismo, dirigencia y militancia, en este proceso de reconstrucción de su identidad y de formulación de un proyecto histórico sea su razón de ser y dé sentido a su futuro.

Pese a ser una tarea colectiva por naturaleza, el papel del liderazgo del Partido es innegable en la orientación del proceso que está a punto de comenzar. Y dentro de ese liderazgo, corresponderá a quien ocupe la Presidencia del Partido, cargar un peso que exigirá, por encima de los atributos profesionales, los que tienen que ver con la vocación política, con la tradición partidista, con la independencia, con el empuje y la pasión.

El único requisito del éxito de la próxima Presidencia del Partido, es responder adecuadamente a los desafíos del momento. Hubo presidencias que aglutinaron a su alrededor talento, liderazgo y entrega, presidencias que encarnaron el espíritu del Partido y marcaron su rumbo histórico cuando fue preciso. La que necesita el presente es una Presidencia que recoja el gran desafío de propiciar una mayor circulación de personas en las estructuras del Partido y entre quienes aspiren a cargos de elección popular. La próxima Presidencia de Liberación Nacional debe encabezar una renovación del compromiso ético, inédito, sin concesiones. La próxima Presidencia debe devolverle al Partido su condición de centro de pensamiento y debate; debe hacerlo avanzar con una propuesta vigorosa que alumbre el futuro, una que vaya más allá de administrar el país, una que haga política de desarrollo y que no olvide que el bienestar del mayor número no es un estribillo.

Tres hombres han dado un paso al frente y se ofrecen para presidir al Partido en un momento crítico y en un entorno volátil, por decirlo en una palabra. De ellos, yo me inclino por Yayo Vicente, porque creo que tiene los atributos que mencioné, vocación política que se manifiesta en su razonamiento y en cada una de sus conversaciones; tradición, arraigada en las virtudes originales que hicieron de Liberación Nacional el gran constructor de la moderna nacionalidad costarricense; independencia, esa virtud de no formar parte de ninguna corriente que deba lealtad a los líderes que disputan el control de los órganos y que aspirarán a la Presidencia de la República; empuje, Yayo es hombre acostumbrado a los retos, los que acomete con energía, vigor y trabajo incansable y por último, porque Yayo tiene la dosis necesaria de pasión en todo lo que hace, esa que los desafíos presentes de Liberación Nacional reclaman.

El proceso de revitalización del Partido no lo llevarán adelante quienes desde sus estructuras han sido autores, actores y testigos impasibles de su deterioro. Liberación Nacional necesita ahora más que nunca, una energía nueva, una que traiga una mirada objetiva, pero que en cada momento de su vida haya sentido a Liberación palpitando en sus venas. Fundado en el conocimiento de los tres candidatos y alejado del afecto que puedo sentir hacia cada uno de los compañeros que han ofrecido sus nombres para ser el próximo Presidente del Partido, yo prefiero a Yayo Vicente. Es el Presidente que Liberación Nacional necesita para reemprender el camino.

Embajador de Costa Rica en la ONU y La Haya, presidente ejecutivo del IFAM, ministro de comunicación y vice canciller, politólogo y abogado.

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