Les voy a contar un gran secreto

Crónicas interculturales

Por Remy Leroux Monet

Remy Leroux

El joven escritor, poeta y traductor costarricense Luis Chaves Campos (San José, 1969) publicó en 2017 “Vamos a tocar el agua” (Editorial Los Tres Editores), un relato literario de su estancia en Berlín, Alemania, con su esposa y sus dos hijas. Era como una tarea obligatoria, pues había sido el feliz ganador de una beca completa del Programa de Artistas en Berlín (BKP por sus siglas en alemán) cubriendo su pasantía de un año entero en la capital federal alemana a cambio de escribir algo sobre sus experiencias en ese país europeo.

De esta rica y variada recopilación de anécdotas y vivencias familiares interculturales, extraeré una que él presenta como un gran secreto que pretende revelar al resto del mundo y en particular a sus compatriotas: “En Alemania, ¡no toman la cerveza fría!”.

Su cultura tica hace que disfruta de una buena fría solamente cuando llena el vaso hasta con 11 cubitos de hielo (yo los conté una vez). Por eso niega la formación de una extraña reacción química hielo-alcohol y la pérdida consecuente del sabor, del olor y de la fuerza del oro líquido alemán en contacto con el H2O compactado.

El acababa de descubrir que más bien la mayoría de los 6 a 8.000 tipos de cervezas que allá se elaboran y se absorben tienen que consumirse a temperatura ambiente y que a muchas les corresponden su propia forma y tamaño de vaso, copa o jarra para saborear de manera decente este compuesto de agua (90%), lúpulo, malta y levadura.

Como ciudadano de Francia, “país de vino”, mi cultura cervecera es bastante limitada. En realidad, empecé a apreciar la cerveza al vivir en Costa Rica…

Me acuerdo que los teutones me humillaron un día de verdad allá en una taberna: apenas abrí una botella de cerveza empecé a tomarla. Inmediatamente cayó sobre mí una lluvia de miradas burlonas, sorprendidas, hasta escandalizadas. Yo no sabía que algunas cervezas necesitan de 1 a 2 minutos de aireación antes de ser consumidas.

Cosa similar con ciertos vinos que, sí, como francés, no desconocía. Yo acababa de cometer una barbaridad (en el sentido de actos propios de bárbaros).

Al igual que la cerveza, el vino tinto se toma a temperatura ambiente. ¡Cuántos ticos por influencia de los trópicos tienen ganas de meterlo en la nevera un rato, si no en el congelador! Si no pueden practicar así, le agregan cubitos de hielo – santa panacea – lo que constituye para un ojo galo un acto de pura barbaridad también. El vino blanco sí es mejor fresco.

Ahora bien: ¿qué opinan ustedes de un extranjero que intentaría comer un gallito de picadillo o un taco con tenedor y cuchillo? Admito que lo hice alguna vez, desatando una franca y sonora risa entre los demás comensales…

Cada loco con su tema.

Remy Leroux Monet, ciudadano francés, visitó por primera vez Costa Rica en 1978, y desde entonces no se ha separado nunca de nuestro país. En 1993 migró definitivamente. Siendo un atento observador de su entorno, tiene por afición resaltar diferencias entre sus dos países, el de nacimiento y el de adopción.

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