La política y un Estado al servicio del pueblo

Vía costarricense

Johnny Soto Zúñiga

Johnny Soto Zúñiga

El mes de enero es considerado el “mes de la recta final” en la campaña política de las elecciones nacionales que se realizan en el país cada cuatro años, el primer domingo de febrero específicamente. Los partidos políticos y sus candidatos tendrán que lanzar todo su arsenal para conquistar el voto ciudadano, considerado el soberano que tiene la última palabra y deposita los destinos de la Patria en un determinado proyecto o programa expuesto por un partido político que escoge la mayoría electoral conforme a las reglas previamente establecidas en el Código Electoral. Con los debates entre los candidatos presidenciales todos los electores podremos analizar las mejores propuestas.

Es una realidad que esta campaña ha sido atípica por diversas circunstancias diferentes a otras, sobre las cuales me he referido anteriormente. El desencanto ciudadano (a) hacia la política ha crecido, por los múltiples errores gubernamentales, la corrupción imperante, la poca transparencia en la toma de las decisiones de los responsables del poder político, etc., etc. Nos encontramos ante un elector costarricense con mayor criticidad y esto es bueno en una democracia; donde la discusión de ideas y programas a realizarse debe estar en primer orden, con el fin de escoger y votar por el mejor programa de gobierno.

El pueblo está cansado de la demagogia, el populismo, de escuchar palabras bonitas y llamadas de “dominguear”. La política es una ciencia o un arte noble, de servicio a los demás, no de venir a servirse a sí mismo. Este mes de enero no queremos fórmulas “maquiavelas” (basadas en el famoso libro: El Príncipe de Nicolás Maquiavelo, que utiliza la astucia, la mentira, el cinismo y deslealtad para llegar al poder político). Queremos más bien el planteamiento de soluciones a los múltiples problemas que afronta el país (en temas sociales, económicos, gobernabilidad y gobernanza, infraestructura, educación, etc.)

En esta oportunidad nos referimos al tema del Estado costarricense. Cada cuatro años, escuchamos a los políticos plantear que quieren un Estado más solidario, más fuerte o más pequeño, ágil y necesario, estratégico, interventor, más regulador o menos regulador, más equitativo, etc. También se habla de la mentada “Reforma del Estado”. En fin aspectos que sabemos que de llegar al poder es difícil en cuatro años puedan cambiarse sobre el Estado en un todo. (Solamente mediante una Asamblea Constituyente podría cambiarse sustancialmente la forma del Estado costarricense). Esto es así de claro en un Estado de Derecho, regido por un ordenamiento jurídico consolidado como el nuestro.

En las próximas elecciones nacionales cambia el gobierno de la República en dos poderes de la República: el Ejecutivo y el Legislativo. No cambia nada en el Poder Judicial. “El sistema político del Estado costarricense está definido como un régimen democrático, libre e independiente, lo cual implica una forma particular de Estado, en el que la relación entre el Poder y los hombres se resuelve de modo favorable a la dignidad de la persona, a su libertad y a sus derechos.” (Voto N° 12017-2002 Sala Constitucional). Esto define que el Estado debe estar al servicio del pueblo, de la búsqueda de su bienestar, un Estado Social y Democrático. Que debe haber un control e interrelación entre los Poderes del Estado como una unidad de acción y poder, cada uno con sus particulares funciones y decisiones; pero jalando todos juntos la carreta para una mejor eficiencia y servicio a todos los administrados.

El Estado costarricense es de configuración de democracia clásica o política, al estilo de la mayoría del mundo occidental, basado en la influencia europea. Siguiendo al jurista constitucionalista italiano Paolo Biscaretti di Ruffia define el Estado: “es un ente social que se forma cuando, en un territorio determinado, se organiza jurídicamente un pueblo que se somete a la autoridad de un Gobierno”. El Estado moderno constituido por 3 elementos fundamentales: 1) el Gobierno, 2) el pueblo y 3) el territorio. Es el ordenamiento jurídico estatal. (Derecho Constitucional. Paolo Biscaretti. Págs. 99 y 101)

En este sentido, los partidos políticos deben hablar más de las políticas públicas a implementar, de la gestión y decisiones dentro de los límites de nuestro ordenamiento jurídico, porque el diseño del Estado; como lo vimos ya está organizado; lo demás sería demagogia o faltar a la realidad positiva y concreta que la normativa jurídica permite. Me inclinaría más por implementar un “método de gobierno” para el período de 4 años que un gobernante está en el Poder Ejecutivo. Por eso el país requiere menos administradores de paso, sino realmente gente que quiera gobernar con las armas existentes (llámese las instituciones del Poder Central o las descentralizadas, que se pueden articular en beneficio de políticas públicas claras y no ocurrencias salidas de la noche a la mañana)

También es posible empoderar a las municipalidades, siempre tan olvidadas por los gobiernos de turno, consideradas el último eslabón de la institucionalidad pública. El Régimen Municipal está establecido dentro de nuestra Constitución Política, no siendo un poder más, pero que tiene toda una normativa autónoma al servicio de la sociedad y la ciudadanía vecina de su respectivo cantón -territorio circunscrito-, donde es necesario otorgarle recursos económicos para que pueda invertir en obra pública en beneficio de sus ciudadanos (as). La organización y participación de los vecinos es fundamental en una democracia consolidada como la nuestra.

Entonces, hasta aquí tenemos claro el concepto de Estado, por lo que lo propio es que los partidos políticos en su campaña digan claramente cuáles son sus programas de gestión y ejecución de políticas públicas para lograr el crecimiento social y económico del país; y mejor no plantear o soñar con temas casi imposibles. Hablemos más bien de gobierno y su dirección desde el Poder central y ejecutivo. Lo demás de la forma de un Estado sería para aspectos meramente ideológicos de un Congreso de cada uno de los partidos políticos. Es bueno soñar con una reforma del Estado que queremos a mediano o largo plazo, pero los gobiernos de turno duran solamente 4 años y el pueblo quiere soluciones inmediatas y posibles, y que realmente el Estado esté al servicio de solución a sus problemas.

Las instituciones del sector público deben ser eficientes, ejecutar políticas claras, transparentes, gastar sus presupuestos en los programas de su campo; y no estar dejándose altos índices de superávit en la ejecución de su presupuesto anual. Estamos en el mundo de la globalización, libres mercados, tratados de Comercio con diversos países (por cierto cabe hacer un alto en el camino y revisar lo sucedido hasta la fecha). Costa Rica debe seguir con un desarrollo con sostenibilidad ambiental por ser un país ecológico y con altas reservas biológicas de su territorio (gran atractivo para el turismo nacional e internacional). Se debe seguir con los incentivos para atracción de inversión extranjera, ha dado resultado. Y seguir teniendo altos índices de competitividad, con una oferta laboral técnica y profesional que las empresas contratan.

De Costa Rica se han hecho miles de estudios, diagnósticos, consultorías e investigaciones que podría llenarse los 51.100 kilómetros cuadrados de su territorio. Ya estamos cansados de pagar altas sumas en consultorías para descifrar los problemas. Cada ministerio del Poder Ejecutivo tiene en sus anaqueles archivados las investigaciones de cada uno de los temas. (además de los informes del Estado de la Nación y otros estudios de organizaciones). Lo que necesitamos es ejecución, gestión de proyectos y dejarse de estructuras paralelas para pagarles a consultores. Se debe eliminar el clientelismo y la corrupción; y dejar de estar hablando en forma estéril sobre el combate a la pobreza (sigue estando con índices del 20% desde hace muchos años, a pesar de los múltiples programas que ejecutan diversas instituciones públicas).

Un buen programa de gobierno debe señalar claramente: 1- Una política pública para atacar la corrupción en todos los estamentos de nuestra sociedad, tanto a nivel público como privado. Enviar al Ministerio Público a los delincuentes de cuello blanco o personas privadas corruptores. No se debe temblar el pulso para denunciar a quien sea, ocupe o no un alto cargo en la función pública. 2- Atacar con ideas claras los altos índices de desempleo, con políticas de planificación como podría ser fortalecer más turismo, o establecer empresas en zonas vulnerables y pobres. 3- Volver la rectoría en obras e infraestructura al Ministerio de Obras Públicas y Transportes (se ha diluido su función estratégica al trasladar a otras instituciones descentralizadas o desconcentradas). 4- Revisión de los tratados comerciales con otros países vigentes hasta la fecha y ver si es necesario seguir suscribiéndolos o hacer un alto estratégico).

5- Revisión total del tema de concesiones, que a la fecha ha sido un desastre, por lo poco transparente de los contratos entre el Estado y las empresas internacionales (no se debe satanizar la Ley de Concesiones, pero hacer un alto en el camino y hacer una revisión total para fortalecer o hacer las reformas legales pertinentes). 6- Reformar la Banca de Desarrollo, que a la fecha su ejecución es errática, para fortalecer las pequeñas y medianas empresas, para que muchas personas tenga acceso verdadero a la riqueza. 7- El tema de la Educación es fundamental, dando mejores oportunidades, fortalecer carreras técnicas, ejemplo: abrir el Instituto Nacional de Aprendizaje -INA-, para que los jóvenes tengan acceso sin restricciones a obtener un estudio de un oficio técnico y poder ingresar rápidamente a la fuerza laboral (sin el requisito de tener el bachillerato).

8- Una mejor recaudación de los impuestos directos e indirectos para bajar el alto déficit fiscal y plantear reformas parciales a nivel legislativo y no fracasados paquetes tributarios. Que el pueblo observe que realmente se redistribuye los recursos públicos en forma honesta y transparente. 9- Medidas claras para seguir con el fortalecimiento de la Caja Costarricense de Seguro Social, el expediente electrónico y eliminación de las filas etc. 10- A nivel energético, plantear medidas claras sobre la cogeneración eléctrica; así como si se permitirá la explotación geotérmica en parques nacionales con una excepción de reforma legal de la Ley de Parques Nacionales, manejado por el ICE. Cuáles otras medidas de protección ambiental.

Finalmente, la política debe estar al servicio de todos los ciudadanos (as) del país, su gobierno y sus políticas de Estado con visión de solucionar los grandes problemas. El pueblo resiente tanta demagogia, tantas promesas falsas o incumplidas. La brecha social ensanchada entre ricos y pobres debe bajarse, en beneficio de la paz social y de nuestro sistema democrático y que el Estado Social de Derecho realmente sea una realidad. Se requiere un combate frontal contra toda forma de delitos: corrupción, crimen organizado, un gobierno al servicio del pueblo, y no de los intereses exclusivamente particulares.

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