La “coalición” de Álvarez Desanti

Por Fernando Fernández

Antonio Álvarez Desanti

En verdad no me ha causado mayor sorpresa el anuncio de Antonio Álvarez Desanti, con el afán de intentar que el Partido Liberación Nacional se apunte a una coalición de derecha –con miras a las próximas elecciones nacionales- en la que participarían entre otros el PUSC, el Republicano, el Partido Liberal Progresista y Nueva República, dejando por supuesto fuera al Frente Amplio, agrupación claramente de izquierda.

Álvarez aduce como justificación a sus intenciones que a los verdiblancos, que una vez fueron socialdemócratas de centro izquierda, no les alcanzaría para llegar a la presidencia de la República, luego de tres derrotas consecutivas en los últimos comicios, pues así lo reflejaron los resultados de la reciente elección municipal y las encuestas que cada vez advierten un menor apoyo al partido que lideró el exmandatario José Figueres Ferrer.

¿Quiénes andan detrás de la coalición?

El expresidente Calderón Fournier manifestó, hace algo más de un año, que albergaba la esperanza de que en el futuro se forjara una coalición que girara en torno a la doctrina social cristiana y en esa ocasión no descartó que años después pudiese convertirse en una fusión, «pero que inicialmente debiese empezar pensando en una coalición para atraer a todos los grupos, sectores, partidos que podemos tener una identificación común».

Hace algunos días, el actual presidente del PUSC, Juan Carlos Hidalgo, reconoció su interés en unir fuerzas con Rafael Ángel Calderón y otros antiguos socialcristianos para conformar precisamente una coalición “de centro-derecha”, con miras al 2026.

La reacción del exmandatario no se hizo esperar y manifestó estar de acuerdo con la creación de una coalición socialcristiana, pero con la condición de que la misma sea de tendencia centro humanista, esto con el fin de evitar que pudieran entrar otros grupos ajenos al socialcristianismo, y «poder hacer algo grande como se hizo en 1978.

Por otra parte, el líder del partido Nueva República, el actual diputado Fabricio Alvarado, se pronunció totalmente en contra de una coalición de la cual formaría parte el PLN, ya que, según sus propias palabras, los liberacionistas han mostrado en los últimos años una “cerca y preocupante inclinación hacia la izquierda que se ha manifestado en un acercamiento con los diputados del Frente Amplio”.

Igualmente, Eli Feinzaig, líder de los liberales progresistas con bancada en el Poder Legislativo como Alvarado, (también de derecha) ha manifestado en principio no estar de acuerdo en integrar una coalición de la que Liberación Nacional forme parte.

Y dentro de la agrupación verdiblanca también se han escuchado voces de protesta contra el anuncio de Antonio Álvarez. Ricardo Sancho y Miguel Guillén, presidente y secretario general de la agrupación, rechazaron las declaraciones del excandidato presidencial, al considerar que reflejan una actitud derrotista. Ambos achacaron al exdiputado ser un representante del antiguo liberacionismo.

Sobre la propuesta de Álvarez Desanti para crear una comisión interventora para reformar los estatutos y el Código de Ética del partido, el actual presidente del PLN, Ricardo Sancho, comentó que se trata de una ocurrencia destinada a beneficiar a antiguas figuras que se niegan a ceder el control del partido, como el caso del propio Álvarez y el expresidente José María Figueres.

Asimismo, Francisco Antonio Pacheco, exministro, exdiputado y expresidente del Partido Liberación Nacional (PLN), calificó de apresuradas las declaraciones del excandidato liberacionista Antonio Álvarez Desanti.

Para Francisco Antonio Pacheco, no se puede prejuzgar lo que ocurrirá en dos años con base en los acontecimientos actuales y, especialmente, por unas elecciones municipales cuyos resultados están influenciados por distintos criterios y problemas.

¿Y entonces?

En resumen, y como decimos popularmente los ticos “nadie le dio pelota” a la propuesta de integrar al PLN en una coalición de derecha, y las reacciones han tendido más bien a solicitarle a Álvarez que se haga a un lado y permita a nuevas figuras “no contaminadas” abrirse paso en un partido histórico que difícilmente va a desaparecer pero que conforme pasan los días se debilitará más y más, excepto si para las próximas elecciones surja una figura presidencial como la de Álvaro Ramos, expresidente de la CCSS.

Álvaro Ramos es un profesional brillante que en el año 2001 obtuvo la nota perfecta de 800 en el examen de admisión de la Universidad de Costa Rica y que también obtuvo la nota perfecta en el Graduate Record Examinations, lo que le permitió ingresar a la Universidad de California, en Berkeley, donde obtuvo un doctorado en Economía.

Entretanto, el PLN seguirá camino cuesta abajo, al ritmo del desencanto y la desesperanza.

Y si de coaliciones se trata, el panorama político electoral podría constituirse para las elecciones del 2026 en un choque de dos grandes coaliciones: una de centro derecha y otra de centro izquierda. ¿Cómo sería su posible integración, si es que se llegara a dar ese escenario político-electoral?

Ya vimos como los verdiblancos nada tienen que hacer en la coalición que impulsan Hidalgo y Calderón, pues allí nadie los quiere. ¿Tendrá entonces la opción, como partido socialdemócrata de centro izquierda que una vez fue de intentar formar parte de una coalición de centro izquierda?

Director de Visión CR

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