España e Hispanoamérica frente a la Independencia
Vladimir de la Cruz
vladimirdelacruz@hotmail.com
Su derrota en Rusia fue determinante para sus derrotas en Europa y su salida de España, en 1814, por la oposición que sufriera en los pueblos que iba avasallando, en su afán republicano, tratando Napoleón de establecer un dominio imperial en toda Europa.
De su estancia en Rusia, el compositor Pedro Tchaikovsky nos dejó su grandiosa Obertura 1812, que exalta la lucha militar y resistencia del pueblo ruso a Napoleón. En Francia, Ludwig van Beethoven, con relación a Napoleón, nos dejó su Sinfonía No. 3, conocida como la Heroica, originalmente dedicada a él, “Eroica”, exaltando su admiración y luego el odio al Emperador, exaltando en su Sinfonía No. 9 sus simpatías por las ideas republicanas.
Napoleón invadió España con el pretexto de ir hacia Portugal. Había sido autorizado para pasar por España por Manuel Godoy, entonces Primer Ministro español. Resultado de su paso por España, impuso su invasión y destronó al Rey Fernando VII y estableció a su hermano José Bonaparte, en junio de 1808, como gobernante español, quien aprovechó la cesión de los derechos de la corona española de Carlos IV, a su hijo de Fernando VII, abdicación que fue realizada en Bayona.
El periodo que va de 1808 a 1814 se conoce como las guerras napoleónicas, en las cuales se enfrentaron las potencias de la época, España, Reino Unido o Inglaterra, Portugal contra el llamado Primer Imperio de Francia. Esta guerra en España tuvo experiencias guerrilleras.
En España la ocupación napoleónica provocó, lo que era de esperar, una reacción en contra suya, generando lo que en la historia de España se conoce como la Guerra de Independencia de España. El 2 de mayo de 1808 se produjo la rebelión popular de Madrid contra Napoleón. Esta rebelión quedo inmortalizada por el gran pintor español Francisco de goya y Lucientes, en su obra “El dos de mayo de 1808 en Madrid”, también conocida como “la lucha de los mamelucos”, pintura que se encuentra en el Museo del Prado.
La resistencia en España se organizó por medio del establecimiento de una Junta Central, en Sevilla, que luego se reemplazó por un Consejo de Regencia. Resultado de esta Junta se constituyeron Juntas en otras regiones, dando origen a un movimiento juntista de resistencia. La guerra en España fue de seis años, durante la ocupación francesa.
La ocupación francesa, al igual que la española en América, produjo una guerra de opiniones, por diversos medios impresos y panfletos; así como una guerra sicológica. El dominio de la opinión pública en este contexto era muy importante, como también lo había visualizado Bolívar en sus luchas.
En la América española hubo Juntas solidarias en esa lucha, las llamadas Juntas Supremas Provinciales, que exaltaban el rechazo a los invasores franceses.
La guerra de la Independencia Española fue un conflicto bélico que se dio entre 1808 y 1814 que sirvió para afirmar la identidad nacional española, el patriotismo y el nacionalismo español que también se dio en esta lucha.
El 11 de abril de 1814 Napoleón había firmado su rendición y su renuncia al gobierno francés.
Las razones que unificaron, en la lucha, a los españoles contra Napoleón fueron las siguientes:
- la lucha por la Independencia de España respecto a la ocupación francesa
- la lucha de los españoles por su Libertad
- la lucha por la soberanía de España
- la lucha por la expulsión de los franceses considerados invasores de España.
La Iglesia Católica española se dividió ante la invasión napoleónica, entre sacerdotes liberales y monárquicos. A los liberales los veían como anticatólicos.
La ocupación francesa de España y la lucha de los españoles contra esa ocupación, fortalecieron los impulsos independentistas en Hispanoamérica, especialmente en Sur América donde ya habían empezado a destacar esos esfuerzos libertadores.
Las mismas razones argüidas por los españoles contra los franceses invasores eran válidas para los criollos hispanoamericanos, en la lucha por la Independencia entre 1808 y 1826:
- la lucha por la Independencia de América respecto a la ocupación española
- la lucha de los hispanoamericanos por su Libertad
- la lucha por la soberanía de América
- la lucha por la expulsión de los españoles invasores de América.
Durante todo el período colonial español la Iglesia y el Estado monárquico tuvieron una relación estrecha, actuando conjuntamente, lo que se expresó en el Patronato Real, mediante el cual los obispos obedecían al Rey, como patrono, y al Papa religiosamente. La Iglesia por ello fue anti independentista, pero no pudo evitar que sacerdotes se identificaran con la lucha por la Independencia.
La Iglesia Católica, monarquista, en el continente, se dividió ante la lucha por la Independencia de España, entre sacerdotes independentistas y monárquicos. Eso explica la importancia que muchos sacerdotes, más de 150, participaron en los procesos de la lucha anticolonial española, incluido el Virreinato de Nueva España, al que pertenecía la Capitanía General de Guatemala y la Provincia de Costa Rica.
En el clero costarricense hubo varios sacerdotes que jugaron su papel destacado, entre ellos, Juan de los Santos Madriz, Miguel de Bonilla, el Padre “Tiricia, Manuel Alvarado, Nicolás Carrillo Aguirre.
Parte de estas luchas se expresaron en la Cortes de Cádiz de 1812, donde Costa Rica fue representada por el sacerdote Florencio del Castillo.
Donde hubo concentración de fuerzas militares colonialistas, españolistas, hubo necesidad de desarrollar ejércitos nacional libertadores. Así los conocemos, como los que se dieron en Sur América especialmente, donde hubo grandes Batallas. La resistencia al imperio colonial español se dio prácticamente desde su llegada por las comunidades indígenas, las que no voy a detallar. En la etapa final del colonialismo español desde 1806 Francisco de Miranda intenta su primer movimiento libertador en Venezuela.
Durante la ocupación francesa de España, 1808, se acentúan las luchas en América por su Independencia.
A partir de 1809 se señalan los llamados Gritos de la Independencia o Gritos Libertarios. El 25 de Mayo de 1809 el de la Revolución de Chuquisaca, en Sucre, actual Bolivia; el 15 de setiembre de 1808, en la Ciudad de Guatemala, el estudiante de medicina, costarricense, da lo que él mismo consideró el primer grito de independencia en el Virreinato, motivo por el cual fue detenido; el 24 de mayo de 1810, en Argentina, se constituyó la Junta Provisoria gubernativa, proceso que se conoce como la Revolución de Mayo, que destituyó al Virrey; en la noche del 15 al de 16 de Septiembre de 1810, en México se llama a comenzar la Guerra de Independencia de México, cuando el cura Miguel Hidalgo, junto con Ignacio Allende, Juan Ignacio Aldama y Mariano Abasolo llaman a los mexicanos a armarse y luchar contra los españoles o realistas, en lo que se conoce como el Grito de Dolores.
Las luchas o batallas por la Independencia en todo el continente, incluido el Virreinato de México, fueron intensas y múltiples. Solo en el período de 1808 a 1814 se dieron más 100 enfrentamientos contra los españoles, con derrotas y triunfos. Desde 1815 hasta 15 de setiembre de 1821 se produjeron poco más de 75 conflictos militares anti españolistas. Y, desde finales de 1821 hasta 1826, cuando toda la región hispanoamericana se había independizado se produjeron más de 30 enfrentamientos militares por la Independencia.
Hubo regiones donde esos enfrentamientos fueron más intensos. Por ello se desarrollaron los ejércitos libertadores de los Andes; el Artiguista; el del Norte o Ejército Auxiliar del Perú; el Ejército Libertador de la Nueva Granada, que comprendía a Venezuela y Colombia, el Ejército Unido Libertador del Perú y Colombia; ,y el Ejército Insurgente Mexicano.
Parte de todo este proceso por la Independencia produjo constituciones políticas en 1811, en Venezuela; en 1814, una Constitución mexicana, la de Apatzingan; en 1819, en Argentina; en 1821, la de Costa Rica, la Constitución del Pacto Social Fundamental o Pacto Interino de Costa Rica.
Los movimientos anti españolistas en Centroamérica tuvieron un carácter local, de protesta contra la autoridad política, contra los gobernantes, contra sus políticas tributarias y las instituciones recaudadoras de impuestos como los estancos y los estanquillos, luchas de un enorme carácter popular, aunque no claramente definidas en la lucha por la independencia política, pero que prepararon los ánimos para que ésta se lograra.
Así se dieron entre 1808 y 1821 distintos movimientos de esta naturaleza como la sublevación de León y de Granada, en Nicaragua, orientada contra el despotismo del Capitán General Bustamante.
En noviembre de 1811 en San Salvador, contra la crueldad y malos tratos del intendente Antonio Gutiérrez, una lucha inspirada en los movimientos de independencia de México, que en El Salvador lideró José Manuel Arce, prócer de nuestra independencia.
Este mismo año de 1811 arrestaron a Manuel y Nicolás Aguilar a quienes acusaban de estar vinculados con los movimientos subversivos que se estaban dando, a quienes logró liberar Manuel José Arce, logrando destituir la autoridad colonial; y Arce, logró destituir la autoridad colonial desarrollando un movimiento patriota.
En 1813 y1814 se dieron movimientos similares, pública o secretamente según las circunstancias. Así, otros pueblos siguieron el ejemplo revolucionario lo que provocó la reacción represiva monárquica.
La insurrección salvadoreña terminó con la cárcel de sus principales líderes patriotas. En 1814 se produce una conspiración en San Salvador que nuevamente es derrotada.
Iguales movimientos se dieron, en 1811, en Nicaragua, en las ciudades de León, Granada y Rivas. Los líderes de la insurrección en Nicaragua fueron capturados y trasladados a Guatemala donde fueron condenados a cadena perpetua además de que fueron brutalmente maltratados.
Los sucesos de Nicaragua impactaron a los costarricenses, provocándose incidentes y protestas contra el gobernador colonial y sus medidas tributarias.
En Honduras habían progresado las ideas revolucionarias y se produjo un motín en 1812, conflicto que fue sofocado. Los años siguientes fueron de divulgación de panfletos en favor de la Independencia.
En 1813 en Guatemala se produjo la conspiración de Belén.
En Centroamérica, el periódico El Editor Constitucional, impreso en Guatemala, cambió de nombre, en 1820, por el de El Genio de la Libertad. El 24 de julio de 1820, se empiezan a agitar las ideas de la independencia y se evidenciaban los desaciertos coloniales. Se distinguió en este debate don Pedro Molina.
En Guatemala en estos importantes periódicos, el “Genio de la Libertad” y “El Amigo de la Patria”, dirigidos por Pedro Molina y José Cecilio de Valle, se destacaban las ideas de la libertad y temas políticos y sociales, provocando a la vez tendencias políticas proclives proclives a la Independencia, seguidores de Molina principalmente.
En México los patriotas, encabezados por Vicente Guerrero, luchaban por la independencia, concentrándose al inicio de 1821 en Oaxaca.
Agustín de Iturbide, que había sido enviado a aplastar al movimiento de Vicente Guerrero, el 24 de febrero de 1821 pactó con él, el llamado Plan de Iguala en el cual se reconocía, entre otros aspectos la independencia de México.
El 1º. de abril, el Jefe Político de Guatemala atacó violentamente a Vicente Guerrero como a Iturbide, manifestando su infidelidad e ingratitud por rebelarse contra el Rey y la Madre Patria.
El 5 de julio las tropas de la plaza de México, sublevadas contra el Virrey Apodaca, le obligaron a presentar su renuncia.
El 30 de julio, el nuevo virrey, Juan de O’Donojú, comprendiendo la situación de independencia del Virreinato, optó por entrevistarse con Iturbide, y llegar a un acuerdo con él. Así, El 24 de agosto se entrevistaron el Virrey O’Donojú e Iturbide, quienes suscribieron los llamados Tratados de Córdoba, que confirmaban en lo fundamental el Plan de Iguala. Consecuencia de este Pacto Iturbide fue nombrado Presidente.
Los sucesos de México repercutieron directamente en la provincia de Chiapas, colindante con Oaxaca. En la ciudad de Comitán se exaltó el espíritu independentista. El 28 de agosto en reunión del Cabildo de Comitán se acordó proclamar la Independencia el siguiente 1º. de setiembre y así comunicarlo al Jefe Político de la Provincia de Chiapas.
Los sucesos de la Independencia de México empezaron a tener resonancia en Centroamérica, particularmente en Guatemala donde se encontraba la Capitanía General.
En Guatemala las ideas de la independencia igualmente eran vivamente seguidas por la población.
El Ayuntamiento de Ciudad Real, hoy San Cristóbal, siguió los pasos de Comitán y proclamó la Independencia el 3 de setiembre. El 5 de setiembre lo hizo el ayuntamiento de Tuxtla. La provincia de Chiapas se emancipó el 8 de setiembre, declarando su anexión a México.
«Los patriotas guatemaltecos seguían con apasionante interés el desarrollo de la guerra de independencia que tenía lugar tanto en la América del Sur como en Nueva España o México».
Desde agosto había llegado a Guatemala un comisionado de Iturbide a gestionar la independencia y anexión a México.
Los primeros días de setiembre se intensificó el debate por la independencia en la prensa guatemalteca, en plazas públicas, en las tertulias patrióticas y en corrillos. Este sentimiento se hacía llegar por cartas a los periódicos y al propio Ayuntamiento.
El 4 de setiembre el Jefe Político Superior, Gaínza, en el Ayuntamiento reconoció que se recogían firmas para que se publicase la independencia. En esta sesión se distinguió el patriota Mariano Aycinena divulgando el conocimiento que había sobre los movimientos emancipadores de la región.
Luego de la discusión el Ayuntamiento dispuso redactar un memorial que lo suscribieron más de cuatrocientas personas, que le pedían a Gaínza secundar el pronunciamiento de independencia y proclamar la República. También se obligó a Gaínza a restablecer las comunicaciones con Oaxaca.
En San Salvador, el padre José Matías Delgado realizó un acto similar enviando un memorial en los mismos términos.
El 13 de setiembre llegaron a Guatemala los pliegos de los Ayuntamientos de Chiapas, que proclamaban la independencia, noticia que se corrió por todos los barrios de Guatemala, lo cual provocó manifestaciones ante el Palacio «pidiendo a gritos que se proclamase la independencia».
El 13 de setiembre la gente, en vigilia, se mantuvo hasta el 14, en que el Jefe Político convocó a reunión urgente a la Diputación Provincial. Las manifestaciones continuaban.
El viernes 14 de setiembre circularon las invitaciones a los ciudadanos para forzar a la Diputación para que al día siguiente se pronunciara. La reunión convocada por Gaínza tenía mayoría de representantes enemigos de la independencia lo que hizo que Aycinena, Pedro Molina y José F. Barrundia invitaran a los vecinos de los distintos barrios a congregarse frente la Palacio de Gobierno.
Por la mañana del 15 de setiembre se reunieron 56 personajes, representativos de los poderes públicos, civiles, eclesiásticos, militares y el pueblo, quien de hecho tomó el edificio, presionando por la Declaración de Independencia.
En la sesión se leyeron los pronunciamientos de las Ayuntamientos de Chiapas. El pueblo se opuso a anexar Guatemala a México.
Quienes proclamaron la independencia de Guatemala invitaron al resto de las provincias a que decidiesen lo mismo, por cuanto no había representantes en la reunión de 15 de setiembre de las provincias ni de sus ayuntamientos ni de sus diputados.
El 15 de septiembre presionados por el Pueblo los próceres reunidos declararon la Independencia, la que se juró el 17 y se comunicó a los pueblos de Centroamérica para que dispusieran de conformidad. Inmediatamente se procedió a liberar a los presos de la lucha por la Independencia.
El 21 de setiembre llegó a San Salvador la copia del Acta del 15, junto con un pronunciamiento de Gaínza, reuniéndose el ayuntamiento de inmediato y proclamando la Independencia conforme a los términos del Acta de Guatemala.
El 28 de setiembre llegaron a la ciudad de Comayagua copia del Acta de Guatemala, del Manifiesto de Gaínza y copia del acta de Ciudad Real. De igual modo se procedió y se proclamó la independencia, acordándose someterse al gobierno de México y no al de Guatemala.
El 28 de setiembre llegó la noticia a la villa de Tegucigalpa, la que proclamó su independencia.
La ciudad de León era asiento de la diputación provincial de Nicaragua, Costa Rica y Nicoya, desde 1812. El Jefe Político era Miguel González Saravia, enemigo de la independencia. El 23 de setiembre había enviado un documento de fidelidad a la monarquía.
El 27 de setiembre llegó el correo a León con los documentos de 15 de setiembre y el Manifiesto de Gainza. Conspiraron por todos los medios que tuvieron contra la proclamación de la independencia González Saravia, el obispo Nicolás García Jerez y el coronel Joaquín Arechavala, jefe de milicias de León. Convocaron el 28 de setiembre con urgencia a los miembros de la Diputación Provincial. Lograron en su conspiración reavivar los sentimientos de rivalidad que tenían con Guatemala, como capital del reino, por lo que se acordó declarar «la absoluta y total independencia de Guatemala que parece se ha erigido en soberana».
Los diputados Galarza, Gutiérrez y Solís abogaban por la independencia y pedían su proclamación inmediata. La presión fue grande y el obispo García Jérez engañó en su redacción proclamando la «Independencia de España hasta tanto se aclaren los nublados del día…», lo cual era una independencia provisional.
Costa Rica desde junio de 1819 estaba gobernada por don Juan Manuel de Cañas, a quien en la época le calificaban de opresor, déspota y terrorista, dado su carácter violento y su arbitrario proceder.
El sábado 13 de octubre el gobernador Juan Manuel de Cañas convocó con urgencia el Cabildo de Cartago, dando a conocer los documentos del 15 de setiembre, el Manifiesto de Gainza, copia del bando de la Diputación de León de 28 de setiembre, documentos recibidos sin júbilo ni entusiasmo patriótico por los cartagineses. Se acordó, con excepción de un representante, imitar a León y visitar los ayuntamientos de San José, Heredia, Alajuela y Ujarraz. El 15 volvieron a reunirse para determinar acusar recibo de estos documentos y enviar las copias a los ayuntamientos locales, donde brotaron sentimientos de anexar Costa Rica a México y de separatismo.
El 14 de octubre el ayuntamiento de San José conoció los documentos y declaró que no conocía el Plan de Iguala y planteó la necesidad de integrar una Junta Provisional de gobierno. Por la noche se reunió el cabildo abierto de Heredia, quienes declararon continuar asociados a la Diputación Provincial de León y rechazó la propuesta de San José.
El 16 de octubre se reunió el Ayuntamiento de Alajuela, en igual sentido que los anteriores. Cartago tomó la iniciativa de una reunión con representantes de los ayuntamientos, incluidos Escazú y Barva.
El 25 de octubre se instaló la Junta de Legados en su primera sesión. El 26, en su segunda sesión, se propuso la creación de la Junta Superior Gubernativa, con carácter provisional, situación que provocó grandes debates entre los representantes de los ayuntamientos, que acordaron reunirse nuevamente el 29 de octubre.
El 28 de octubre se recibió la noticia en San José que las ciudades de Nicaragua se habían independizado, lo que provocó gran entusiasmo y celebración, por lo que el 29 por la mañana el ayuntamiento decidió proclamar la absoluta independencia del gobierno de España y subordinarse a la Junta Gubernativa Provisional.
En la madrugada del 29 de octubre Santos Lombardo se apoderó del cuartel de Cartago para custodiar las armas allí existentes. Los vecinos de Cartago se lanzaron a las calles avivando la Independencia.
Se convocó a reunión de cabildo, se conocieron nuevamente los documentos, junto con el de León y un manifiesto de Guatemala sobre el verdadero significado de la Independencia y se acordó proclamar y jurar solemnemente, el jueves 1º. de noviembre, la independencia absoluta del Gobierno español.
El 12 de noviembre se instaló la Junta de Legados de los Pueblos, el primer gobierno de carácter nacional de la Provincia de Costa Rica. Independientes las provincias, en 1823 se intentó recuperar la unidad centroamericana que se había recuperar la unidad centroamericana que se había tenido constituyendo las Provincias Unidas de Centroamérica, y en 1824 se declara la República Federal de Centroamérica.
En los eventos relacionados con el recuerdo del 202 aniversario de la Independencia de Guatemala, que fue el detonante de las independencias del resto de las provincias de Centroamérica, de la Capitanía General, el Presidente Rodrigo Chaves, haciendo alarde de su ignorancia histórica, pero de manera histérica, en dos ocasiones refirió que la Independencia había sido “regalada”.
¿“Regalada” por quién? El Acta del 15 de setiembre es la de Guatemala. ¿Cree el Presidente Chaves que esa Acta se la regalaron a los guatemaltecos?
Obviamente, no se refería al Acta del 29 de octubre de 1821, de Cartago, que está por celebrarse en esa fecha próxima, aunque solo sea en Cartago.
Está claro que el Presidente Rodrigo Chaves desconoce la Historia Patria en sus detalles; que desconoce la Historia Patria en aquellas fechas que se celebran nacionalmente con orgullo profundo; que desconoce detalles de la lucha por la Independencia; que desconoce con más razón la Historia regional que condujo a los sucesos de la lucha por la Independencia, en América del Sur, en México y dentro de México, en Guatemala y en el interior de las Provincias de la Capitanía General de Centroamérica; así como lo que sucedía en la Provincia de Costa Rica.
Si al Presidente Chaves lo asesoraron para que dijera esa estupidez, el día de la celebración de la Independencia de Guatemala, como detonante de la de Centroamérica, que es lo que se celebra el 15 de setiembre, debería revisar bien quien lo embarca en decir tonterías, porque es mejor un Presidente ignorante y tonto callado, que un Presidente ignorante y tonto hablando tonterías y estupideces públicamente, desluciendo con su intervención todo lo que se estaba celebrando.
– Historiador