Empresario alemán transforma explotación en Zimbabue en reserva natural

Por Kristin Palitza (dpa)

dpa
Wilfried Pabst de recorrida en un todoterreno en su reserva natural de Sango, en el sureste de Zimbabue. Hace 30 años, el empresario alemán compró una explotación ganadera en Zimbabue y la transformó en un paraíso para la conservación de la naturaleza. Foto: Sango Wildlife/dpa

Harare, 4 ene (dpa) – El empresario alemán Wilfried Pabst suele invertir su dinero únicamente en proyectos rentables, con una excepción.

Hace 30 años, compró una enorme explotación ganadera en Zimbabue, en el sur de África. La superficie, de 60.000 hectáreas, había sido pastoreada y estaba degradada, por lo que los animales salvajes que vivían allí -elefantes, leones, rinocerontes, jirafas y antílopes- fueron desplazados por los granjeros para hacer sitio a sus rebaños de ganado.

La compra no fue una buena inversión desde el punto de vista financiero. Pero Pabst, de 80 años, que ya había ganado millones en el sector del transporte, tenía una visión: quería que la tierra en el sudeste de Zimbabue volviera a su estado natural.

Decidió bautizar la reserva con el nombre de Sango, que significa «bosque» en la lengua local shona. Los bosques de mopane, que crecen en la reserva, ofrecen sobre todo protección a rinocerontes y perros salvajes africanos en peligro de extinción.

Hoy, tres décadas después, unos 200.000 animales salvajes viven en Sango. La reserva forma parte ahora de Savé Valley Conservancy, una asociación de reservas naturales privadas del sur de Zimbabue.

Sango tardó unos diez años en rehabilitarse hasta el punto de reintroducir animales salvajes en una proporción equilibrada, para lo cual se colaboró estrechamente con expertos en conservación de la región.

«Queremos predicar con el ejemplo y gestionar la granja como recomiendan los ecologistas», explica. Su objetivo es crear una reserva natural con un respaldo cien por ciento científico.

Según el empresario, fueron años de trabajo duro con muchos obstáculos y en un país que fue sistemáticamente degradado bajo el mandato del presidente Robert Mugabe y su sucesor Emmerson Mnangagwa.

La esposa de Pabst, Kerstin, también fue testigo de sequías, incendios forestales, crisis económica del país africano, el envenenamiento de animales por la bacteria del ántrax y mucho más.

Sin embargo, destaca que su marido logró superar todos los escollos gracias a su actitud positiva ante la vida, su pasión y su determinación.

Pabst emigró a Sudáfrica a los 18 años después de que un amigo le hablara maravillas del país. En 1964 llegó al centro económico de Johannesburgo donde comenzó a trabajar como jefe de departamento en una imprenta.

Un año más tarde, un conocido lo invitó a un «safari de prueba» en el delta del Okavango, en el vecino Botsuana. El turismo de safari, tal como se conoce hoy, no existía entonces. Así comenzó a pensar en la posibilidad de poseer algún día su propio pedazo de tierra en ese continente.

Nuevamente en Alemania, en 1992 un socio le habló de una explotación ganadera en venta en Zimbabue. «Fue amor a primera vista», recuerda su sensación apenas vio el terreno.

A lo largo de 30 años, invirtió en Sango unos 15 millones de euros (16,5 millones de dólares) y cada mes añade una gran suma de su propio bolsillo.

El predio cuenta con un lujoso complejo ecológico, que atrae sobre todo a turistas fotógrafos y cazadores de caza mayor y genera beneficios. Sin embargo, Pabst revela que eso no cubre los gastos.

Lo más importante es que los huéspedes dejen pocas huellas en la naturaleza. «No quiero autobuses de turistas que arrojan las botellas de Coca-Cola, ni carreteras asfaltadas en el monte», explica. En lo que respecta a Sango, el empresario siempre antepuso la conservación de la naturaleza a los beneficios.

Pabst quiere empezar a pensar en la jubilación cuando cumpla los 85 años. Entonces tomará el relevo su hijo menor, Nicholas, que estudia ingeniería industrial en Estados Unidos. Pero al empresario le está costando dejarlo. «Aún tardaré un poco», sonríe.

Por ahora, aún tiene varios proyectos, entre otras cosas, ampliar la reserva, además de crear un proyecto climático para almacenar carbono en Sango.

Revise también

TC

50 años de la Revolución de los Claveles

Memorias sobre el fin del Estado Novo Alexandre Rotenberg / Shutterstock Fernando Camacho Padilla, Universidad Autónoma …

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Cambio Político
Este sitio usa cookies. Leer las políticas de privacidad.