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Por Klaus Blume (dpa)
Berlín, 5 oct (dpa) – El ambiente en general en Alemania no es precisamente optimista en estos momentos. La economía se contrae, el desempleo sube y vuelve a escucharse el término de que el país es el «enfermo de Europa». Por lo tanto, no corren buenos tiempos para la coalición gubernamental.
Además, como en el resto del continente, la inmigración incontrolada va en aumento. Este año ya solicitaron asilo en Alemania más de 200.000 personas, lo que supone un incremento interanual del 77 por ciento.
La coalición formada por el Partido Socialdemócrata (SPD) del canciller Olaf Scholz, Los Verdes y el Partido Liberal (FDP) se encuentra en el ecuador de su legislatura. En algunas encuestas, su índice de apoyo cayó hasta el 37 por ciento.
Cuando el domingo 8 de octubre se elijan los nuevos parlamentos regionales en los estados federados de Baviera y Hessen, considerados económicamente fuertes, los partidos de la coalición del Gobierno federal tienen pocas perspectivas de ganar.
Baviera, en el sur del país, y Hessen, en el centro, albergan en conjunto casi una cuarta parte de la población alemana. En ambas regiones, los primeros ministros pertenecen a la alianza conservadora Unión Demócrata Cristiana/Unión Cristiano Social (CDU/CSU), partidos que desde el final de la era de la excanciller Angela Merkel ejercen de oposición al Gobierno federal en el Bundestag (Cámara Baja del Parlamento).
Según los sondeos, tanto Markus Söder (CSU) en Múnich, capital de Baviera, como Boris Rhein (CDU) en Wiesbaden, capital de Hessen, tienen muchas posibilidades de seguir en sus respectivos cargos. Los resultados serán también interpretados como señales para la política en el plano federal.
Söder sucedió como primer ministro bávaro a Horst Seehofer, veterano de la CSU, en la primavera europea de 2018. Pero ya en las elecciones regionales de ese mismo año perdió la mayoría absoluta que la CSU había ostentado durante la mayor parte de las seis décadas anteriores. Desde entonces, gobierna con los conservadores del partido Electores Libres (Freie Wähler).
Si el domingo 8 de octubre la CSU obtiene un resultado inferior al de 2018 (37,2 %), Söder quedaría debilitado políticamente, aunque junto con los Electores Libres sumase mayoría. Söder tendría entonces que enterrar sus posibles ambiciones de presentarse a canciller por la CDU/CSU. En las encuestas, la CSU lleva meses claramente por debajo del 40 por ciento.
Los malos resultados de las conservadoras CDU y la CSU en las elecciones estatales de Baviera y Hessen en 2018 llevaron a Merkel en aquel momento a iniciar su retirada de la política y no volver a presentarse a las elecciones federales de 2021.
Al menos, es probable que la CDU vuelva a captar más votos en Hessen, según las encuestas. Tras caer hasta el 27 por ciento hace cinco años, ahora supera el 30 por ciento en los sondeos. La CDU gobierna allí con Los Verdes desde principios de 2014.
En Hessen también hay mucho en juego para el canciller Scholz, ya que la ministra federal del Interior, Nancy Faeser, se presenta como principal candidata socialdemócrata. En una entrevista concedida a dpa a principios de septiembre, Faeser declaró que también aspira a gobernar en coalición con liberales y ecologistas en Hessen, la misma constelación que encabeza Scholz en el plano federal.
En las encuestas regionales, los socialdemócratas cayeron por debajo del 20 por ciento. Faeser quiere seguir siendo ministra federal del Interior si fracasa en Hessen, lo que según la revista «Der Spiegel» supondría para Scholz tener «una ministra… eventualmente humillada en el Gabinete -en una cartera clave-«.
La situación del SPD en Baviera es aún más desoladora. Allí, el partido del canciller solo obtiene entre un ocho y un nueve por ciento en las encuestas, lo que le sitúa en quinto lugar por detrás de la CSU, los Electores Libres, Los Verdes y la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD).
Es probable que la AfD gane terreno tanto en Hessen como en Baviera, regiones en las que registra entre un 13 y un 17 por ciento de la intención de voto, si bien la cuota está por debajo del 20 por ciento que indican las encuestas en el plano nacional.
En Baviera, el Partido Liberal, presidido por el ministro federal de Finanzas, Christian Lindner, quedará fuera del Parlamento regional casi con toda seguridad. Los sondeos le conceden alrededor del tres por ciento de los votos, mientras que en Hessen los liberales tendrán que luchar por volver a ingresar.
Para Los Verdes hay indicios de que perderán votos en ambos estados federados, si bien se espera que sea leve. En Hessen, al menos, existe la posibilidad de que puedan continuar cogobernando.
