El pensamiento liberal costarricense

Vía costarricense

Johnny Soto Zúñiga

Johnny Soto Súñiga

Inicio con esta primera entrega sobre el pensamiento liberal costarricense, una serie de columnas referentes a los distintos pensamientos políticos y cuál ha sido su influencia en la historia en el país. En momentos de una campaña electoral para elegir nuevo presidente y vicepresidentes de la República, así como diputados ante la Asamblea Legislativa; se hace importante conocer los antecedentes históricos, las ideas y programas de los gobernantes y partidos políticos.

Desde la independencia de Costa Rica en 1821, el país fue gobernando por Juntas Gubernamentales y Jefes de Estado. El liberalismo desde los inicios fue un pensamiento de enorme influencia. Suceden golpes de Estado y dictaduras militares. La oligarquía cafetalera tiene enorme influencia. Se da en 1870 el golpe de Estado de Tomás Guardia y ejerce una férrea dictadura hasta 1876 acabando con la inestabilidad política. En 1871 se promulga una nueva Constitución Política e inicia un proceso de transición hacia la democracia. En 1889 se da por primera vez la participación del pueblo en la campaña política y elige al candidato que representa a la oposición. A partir de estos acontecimientos se fortalece nuestro sistema democrático, con pocas interrupciones (la dictadura militar de Federico Tinoco 1917-1919 y la Guerra Civil de 1948)

Para la época, los dos partidos políticos que participan por primera vez en elecciones libres son: el Partido Liberal Progresista dirigida por la Generación del Olimpo o del 89 y el Partido Constitucional Democrático de ideas más conservadoras, con el apoyo de la Iglesia y los gremios de los artesanos. Los liberales vienen ejerciendo una importante influencia ideológica, que incluso desde los gobiernos de Próspero Fernández (1882-1885) y Bernardo Soto (1885-1889), hicieron una serie de cambios que se denomina la “Revolución Liberal” de la década de 1880.

Se da una promulgación de leyes anticlericales en 1884: prohibición de establecer órdenes religiosas, expulsión del Obispo Thiel y de la Compañía de Jesús, secularización de los cementerios, laicización de la enseñanza, derogatoria del Concordato y prohibición de manifestaciones religiosas fuera de los templos. En el campo educativo, en 1885 se da la Reforma Educativa de Mauro Fernández donde se establece la reorganización de la enseñanza primaria, la prohibición de la enseñanza religiosa en las escuelas públicas, la creación de instituciones de secundaria y el cierre de la Universidad de Santo Tomás en 1888. En este mismo se promulga el Código Civil donde estableció el divorcio y matrimonio civil. (Los Partidos Políticos en Costa Rica 1889-2010. Orlando y Jorge Salazar Mora. Págs. 7 y 8)

Los liberales creen profundamente en el Derecho, en la educación, el crecimiento y desarrollo evolutivo, defensa de las libertades políticas formales; los liberales costarricenses fueron muy singulares, de amplio criterio, no temían a los cambios sociales; también se oponen a la intervención del Estado en los aspectos económicos, pero otros admiten esta por razones de interés público. Para 1870 Costa Rica estaba poblada por 130 mil habitantes, concentrada básicamente en la Meseta Central: San José, Cartago, Heredia y alguna parte de Alajuela. El tránsito era relativamente fácil, aunque en invierno las calles eran intransitables.

Es en el 1889 donde todos los historiadores e investigadores coinciden que florece la democracia costarricense. Ya en 1882 había muerto el general Tomás Guardia, los otros gobernantes siguieron sus políticas de reformas liberales que permitieron cimentar la democracia, que más adelante sirvió para evolucionar en un sistema social, económico muy costarricense, con garantías individuales, educación gratuita y obligatoria, tolerancia religiosa y una estructura política del Estado, que a la fecha ha consolidado nuestro sistema constitucional y Estado Social de Derecho.

Aunque siempre los liberales en un principios eran reticentes a la intervención del Estado, no creían en la organización de los obreros, en su unión para defender sus derechos de un justo salario, ni mucho menos que el Estado interviniera en la fijación de salarios o reformas sociales que protegieran a los trabajadores de un trato injusto, explotados por parte de los propietarios de las fincas, comercios y diversas empresas. Además los gobiernos de Fernández y Soto siguieron con el fortalecimiento del liberalismo económico que contribuyó al desarrollo del país. El presidente Bernardo Soto negoció el contrato Soto-Keith, entre el Estado y el empresario norteamericano Minor C.Keith, que permitió terminar el ferrocarril al Atlántico, a cambio de entregarle 400 mil manzanas para el cultivo de banano en la zona atlántica.

Se firmó el tratado Soto-Ortuño, mediante el cual el Estado traspasó al Banco de la Unión la facultad única de emitir billetes-moneda; es decir en manos privadas quedó la misión de crear dinero; se le pasaron los depósitos judiciales y la administración general de las rentas del Estado. Luego se transformó en el Banco de Costa Rica. Ya antes se había creado con fuerza el Banco Anglo para promover los intereses británicos; en fin los cafetaleros y los comerciantes se fortalecieron, y se dio la introducción fuerte de las transnacionales bananeras. (Raíces del PLN. Daniel Oduber. Págs 32 y 34)

Los destacados liberales de la Generación de 1889 son: Mauro Fernández, Ricardo Jiménez Oreamuno, Cleto González Víquez, Ascensión Esquivel, Bernardo Soto, Rafael Yglesias, Máximo Fernández, Elías Jiménez Rojas, Félix Arcadio Montero, Justo A. Facio. Como bien señala el escritor Eugenio Rodríguez Vega: “Es inútil querer restarle importancia a la calidad intelectual de los liberales de la generación de 1889, o a su patriotismo, o a su obra civilizadora. Es inevitable, sin embargo, que desde el Poder, y como notables políticos que fueron, identificaran muchas veces los intereses de la nación con los intereses de un grupo.

Tampoco era ese un pecado muy original en la época: la verdad es que las circunstancias históricas no estaban para avanzar más allá en el campo social, y que todo llevaba a la construcción de una democracia formal con muy escasa participación popular. El Estado de esos años representa lógicamente la organización económica del momento, dentro de un marco legal que todavía ejerce su poderosa influencia en la vida institucional de Costa Rica.” (El pensamiento Liberal. Antología. Eugenio Rodríguez. Págs 10 y 11)

También en esta etapa hubo otros partidos políticos de diversos pensamientos políticos como el Partido Constitucional, el Unión Católica y el Independiente Demócrata, el Partido Republicano. Se concluye que es el año de 1919 cuando termina la llamada República Liberal Oligárquica, e inicia el período de transición de 1920 a 1948 hacia un Estado reformista y de mayor intervención estatal, y a su vez la crisis de la República liberal y de constitución de nuevos partidos políticos entre ellos el Partido Comunista de Costa Rica.

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