¿El fin de las ideologías?

Vía costarricense

Johnny Soto Zúñiga

El Centro de Estudios Democráticos de América Latina -CEDAL-, está desarrollando un ciclo de conferencias dentro del marco de “Fortaleciendo la Democracia”; y el pasado martes 10 de junio en el Club Unión asistimos al II Panel: Desafíos ideológicos de los Partidos Políticos, con dos reconocidos personajes el Dr. Jorge Vargas Cullel, director a.i. del Informe del Estado de la Nación y el historiador Dr. Vladimir De La Cruz de Lemos. Un panel refrescante, con análisis profundo y preguntas del público, que sirvió para que los panelistas nos transmitieran todo su conocimiento y potencial en un tema fundamental para el presente y futuro de nuestro sistema político, republicano y democrático.

El objetivo principal del panel era analizar si los partidos políticos siguen un determinado pensamiento ideológico, y escogieron las principales organizaciones políticas: Partido Acción Ciudadana -PAC-, Partido Liberación Nacional -PLN-, Partido Unidad Socialcristiana -PUSC-, el Frente Amplio -FA- y el Movimiento Libertario -ML-. Cada uno con sus características; y sobre los partidos minoritarios, se señaló en términos generales que son más representativos de grupos de interés, religioso, gremial, o que responden a una coyuntura local o particular; y no tan integral de la sociedad costarricense. Se concluye que en el país el pensamiento político y social responde por tradición a un “centrismo”; a una posición de centro, sin caer en extremismos de ningún tipo, como soporte de nuestra democracia y su funcionalidad.

Casi siempre los partidos políticos se guían bajo un ideario o doctrina política, esto legado de los pensadores ideológicos del siglo XIX y XX; la suma de esas ideas fueron conformando una manera de ver la vida social, económica y política; una convivencia asociándose entre sus semejantes; y por eso en el pasado existió el sistema feudal, luego vino el liberalismo. Como lo expresa el escritor Walter Montenegro: “El individualismo, cuya expresión contemporánea es la democracia liberal, tiene como finalidad, en lo filosófico, salvaguardar los derechos “inherentes” a la personalidad humana, encarnados en el individuo: la vida, la libertad, la felicidad. En lo material, garantizar la propiedad privada, con sus complementos inseparables, la iniciativa y la empresa también privadas.” (Introducción a las doctrinas políticos-económicas. Walter Montenegro. Pág.9).

El PLN durante mucho tiempo ha tenido como base los principios del pensamiento socialdemócrata, el PUSC el socialcristianismo, el PAC una forma de Estado más participativo, sin tener una definición clara de etiquetarse dentro de un pensamiento; el ML sigue la doctrina libertaria y el FA se declara socialista; todos respetando el sistema democrático y de libertades públicas. Todos participan dentro del marco de un Estado Social de Derecho muy arraigado; donde la función y el papel del Estado tienen gran peso dentro de la protección a la colectividad. A finales del siglo XIX y primera mitad del siglo XX, fue clara la hegemonía de los partidos liberales, que propugnaban el pensamiento liberal en la forma de organización del Estado y las normas sociales.

Hubo dos excepciones históricas a esta primacía liberal, con la vigencia del partido Unión Católica (partido clerical) y el Independiente Demócrata (partido radical de orientación socialista) en la década de 1890. Posteriormente destacan varios personajes del liberalismo costarricense como don Ricardo Jiménez Oreamuno y don Cleto González Víquez. Se tiene establecido que en los años de 1920 a 1948, se da un período de transición al reformismo, iniciando con el gobierno de Alfredo González Flores; y culminando con las reformas sociales impulsadas por el Dr. Rafael Ángel Calderón Guardia en la década de los 40s. Posteriormente estalla la Guerra Civil de 1948, y triunfa el Movimiento de Liberación Nacional, que gobierna de facto por 18 meses y establece la Segunda República (con una serie de decretos que transforman en muchos aspectos al Estado costarricense).

En la segunda mitad del siglo XX, los partidos políticos se alinean a nivel internacional, con los pensamientos internacionales, el PLN con la socialdemocracia europea, el PUSC con la democracia cristiana internacional, los partidos de izquierda siguieron a la Internacional comunista liderada por la Unión Soviética y algunos con la línea de Mao en la República Popular de China. Eran los tiempos de la guerra fría donde los países occidentales se alineaban con el bloque liderado por EE.UU y sus aliados europeos (Inglaterra, Francia, Alemania Federal); y los partidos de izquierda socialista se alineaban con el bloque liderado por la URSS y la Europa del este. En 1989, con la caída del muro de Berlín y la división de la URSS se termina la guerra fría entre los dos bloques antagónicos, y se produce una crisis en los partidos comunistas y socialistas de izquierda.

Lo anterior, generó el planteamiento de la posibilidad del inicio “del fin de las ideologías”. Algunos han apostado por el triunfo y fortalecimiento del capitalismo liberal; no obstante el fenómeno político y social puede evolucionar a buscar nuevas formas de establecer modelos de desarrollo, una reevaluación de los partidos políticos, que busquen una mayor participación ciudadana; y un ideario real y programático para no quedarse en lo tradicional y en el pasado en hacer las cosas. Los ciudadanos (as) resienten de falta de respuestas claras a las soluciones de los problemas inmediatos. La conclusión de los panelistas es que la mayoría de los partidos políticos costarricenses no siguen un pensamiento rígido y etiquetado, sino que se han convertido en “atrapalotodo”; es decir mientras más tengan un pensamiento político difuso, puedan atraer a los diversos sectores y la sociedad.

En esta última etapa, se dice que el Movimiento Libertario ha entrado en una crisis ideológica, que ha dejado de ser completamente libertario y que en la última campaña se presentó siguiendo los ideales socialcristianos, de un Estado solidario y participativo, diferente a los ideales libertarios, que propugna una menor intervención estatal y otras formas sociales de regulación y control. Por otra parte el panelista Vargas Cullel, plantea la tesis de que la mayoría de los partidos políticos siguen enunciados generales, principios y conceptos que los repiten en sus programas como: justicia social, solidaridad, crecimiento, distribución, democracia, protección al ambiente, gobernabilidad, respeto al ordenamiento jurídico, equidad, lucha contra la corrupción, paz, igualdad, etc.; que a la hora de poner en práctica, su gestión puede ser deficiente.

Se concluye, que estamos viviendo la era de la globalización, regionalización, de la información y el conocimiento, de nuevas tecnologías; donde seguir un ideario absoluto no es suficiente para satisfacer las necesidades y exigencias de los pueblos. A muchos nos les interesa que un partido político proclame seguir una determinada ideología, les interesa que en forma transparente y eficiente se resuelvan los problemas cotidianos. Más que ideologías, es seguir los principios y valores básicos, que se actúe bajo un marco de respeto a la institucionalidad, al ordenamiento jurídico, la rendición de cuentas y transparentar las actuaciones y gestiones en la función pública de parte de los gobernantes. Por eso, la mayoría de los partidos políticos costarricenses respetan el sistema democrático, pero se nutre de distintos enunciados generales en sus programas fundamentales, que los hacen ser más pragmáticos, sin términos absolutos o apegarse a una ideología determinada, como lo fue en el siglo pasado.