El dingo argentino

​Editorial de lequotidien.lu

N. del E.: compartimos este editorial Le Quotidien, el cual hacemos nuestro.

«¡Viva la libertad, carajo!» Las primeras palabras vociferadas, que no pronunciadas, por Javier Milei tras su clara victoria en las elecciones presidenciales argentinas marcaron la pauta. Vulgar. Quienes creían haber vivido la flor y nata de los populistas histéricos y escandalosos, con Donald Trump y Jair Bolsonaro, subestimaron la capacidad de este mundo retorcido para producir lunáticos cada vez más sofisticados. Nadie lo vio venir.

El economista de profesión, que se proclama «anarcocapitalista», irrumpió en la escena política hace unos dos años. Prometió masacrar los servicios públicos con una motosierra. Una herramienta que blandió literal y regularmente durante la campaña, para simbolizar los recortes presupuestarios y acabar con «esta aberración» de justicia social.

«El Loco», como se hace llamar, no ha robado su reputación. Antiabortista, escéptico climático, pro-armas… el loco marca todas las casillas, aunque parece que le falta una. Si no más cuando explica, sólo por este ejemplo, que recibe consejos del más allá a través del espíritu de uno de sus difuntos perros, clonado en Estados Unidos.

Ultraliberal y libertario a ultranza, el dingo argentino ha capitalizado sobre todo la ira de un pueblo sin dinero contra las élites, sus privilegios y su desprecio por los pequeños. Con cuatro de cada diez habitantes viviendo por debajo del umbral de la pobreza y una inflación que supera actualmente el 140%, Javier Milei no tiene intención de tomar «medias tintas». Así que, sin ningún orden en particular: hacer saltar por los aires el Banco Central y sustituir el peso por el dólar, anular el derecho al aborto legal en 2020, crear un mercado de donación de órganos… Y, para limitar los gastos del Estado, también podría desmantelar los ministerios que considera simplemente inútiles: derechos de la mujer, educación, turismo, deportes…

Un vasto programa… que atrae a una juventud desilusionada. Sus insultos y palabrotas son un éxito entre los tiktokers. Felicitaciones de Elon Musk. Al fin y al cabo, Javier Milei no es más que un presidente de las redes sociales. Para el 44% de votantes decepcionados y preocupados, tranquilos: sin mayoría en el Parlamento, tendrá poca libertad para liarla parda.