El Castillo de Baranof en Sitka, antigua capital de Alaska

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Carlos Revilla Maroto

Carlos Revilla

En el corazón de la hermosa ciudad de Sitka, en la costa sureste de Alaska, se encuentra uno de los lugares de mayor importancia histórica de Alaska, que evoca los días de la Rusia imperial y la América rica en historias de la época de la colonización. El Castillo de Baranof, también conocido como Castle Hill, es un hito icónico que refleja la historia multifacética de Sitka y su papel en el pasado colonial de Alaska.

Lo primero que hay que decir es que aunque opulento bajo el mando de la Compañía Ruso-Americana y hogar de gobernadores rusos, el Castillo de Baranof no era un castillo real, y el propio Baranof nunca residió ahí. El lugar se trata de una pequeña colina en el centro de la ciudad, casi frente al mar, desde donde se domina toda la bahía de Sitka. Los nativos tlingit habitaron originalmente esta zona y construyeron en el lugar una fortificación estratégica. Entre 1804 y 1867, los rusos lo ocuparon, trasladando en 1806 las sedes de la Compañía Ruso-Americana y del gobierno de la Alaska rusa de Kodiak a Sitka, siendo el lugar centro neurálgico de las instalaciones de la compañía y del gobierno hasta 1867. Construyeron una sucesión de estructuras en la cima de la colina. La última de ellas, un edificio de ladrillo de dos plantas con una cúpula en lo alto, es la que se conoció como el Castillo de Baranof.

Fue construido en 1836 por orden del gobernador ruso de Alaska, Aleksander Baranof, una figura influyente en la colonización rusa de Alaska, y este castillo se erigió como una base estratégica para consolidar el control ruso sobre la región. El castillo fue diseñado como un puesto de avanzada defensiva con la capacidad de proteger a los colonos y funcionarios rusos en caso de un ataque. También sirvió como residencia del gobernador y como sede administrativa para la colonia rusa. Si quieren saber más sobre el gobernador Baranof, en el Anexo 1 incluyo una biografía suya.

La estructura era imponente, construida con madera y contaba con una arquitectura que reflejaba las influencias rusas de la época. Se elevaba sobre la estratégica colina. El castillo estaba rodeado por un foso, que en su momento estaba lleno de agua, y contaba con murallas de madera que daban protección contra posibles ataques.

Uno de los eventos más destacados relacionados con el Castillo de Baranof fue la Transferencia de Alaska de Rusia a los Estados Unidos en 1867. En esta colina, el 18 de octubre de ese año, el comodoro estadounidense William H. Seward tomó posesión oficial de Alaska en nombre de los Estados Unidos. Este evento histórico marcó un hito en la historia de Alaska y la expansión territorial de los Estados Unidos.

Tras la compra, el Castillo de Baranof pasó a manos estadounidenses y fue renombrado como Castle Hill. La Alaska rusa fue transferida formalmente a Estados Unidos en una ceremonia celebrada precisamente en este lugar. Entonces, el inmueble de construcción rusa, fue ocupada por comandantes del ejército de Estados Unidos hasta 1877 y siguió siendo un centro de la administración del gobierno estadounidense hasta que el edificio se incendió en 1894. En 1898, la colina fue transferida al Departamento de Agricultura de Estados Unidos, que construyó una estructura que sirvió como su sede en Alaska hasta 1932. Este edificio se utilizó después para diversos fines comerciales antes de ser demolido en 1955.

Cuando Alaska fue admitida como el 49º estado de EE.UU. en 1959, Castle Hill fue el lugar donde se izó la primera bandera estadounidense de 49 estrellas en Alaska, aunque la ceremonia no fue oficial y fue secreta. El lugar fue declarado Monumento Histórico Nacional en 1962 e incluido en el Registro Nacional de Lugares Históricos en 1966. En 1965 se construyó un parapeto de piedra en la colina y se añadieron placas y láminas informativas, con una muestra de seis cañones y un asta de bandera. En la actualidad, la propiedad forma parte del sistema de parques estatales de Alaska.

Además de su importancia histórica, el sitio ofrece oportunidades para caminar por sus terrenos. Unas escaleras —bien largas por cierto— conducen a la cima de la colina que ofrece unas vistas excepcionales del centro de Sitka y del paseo marítimo, incluido el puente O’Connell, que comunica con la isla Japonski, donde está el aeropuerto internacional de la ciudad, nombrado Rocky Gutierrez, en honor a un antiguo alcalde la ciudad. La isla también tiene importancia histórica, especialmente durante la II Guerra Mundial. Puede conocer en detalle la historia de la isla en el Anexo 2.

En los alrededores está la Plaza del Tótem y la bella “Casa de los Pioneros” de Sitka, construida en 1934 en lo que fue el antiguo patio de armas de Rusia, que alberga un asilo de ancianos. En sus jardines está la estatua “The Prospector” (El buscador de oro), esculpida por Alonzo Victor Lewis, que es la pieza central de los terrenos donde está la casa. La propiedad, incluida la plaza situada al otro lado de la calle, fueron inscrita en el Registro Nacional de Lugares Históricos de EE.UU. en 1979.

El lugar es una parada obligatoria para quienes visitan Sitka.

Además de su importancia histórica, el sitio ofrece oportunidades para caminar por sus terrenos, contemplar las impresionantes vistas del entorno y aprender sobre la fascinante historia de Alaska y su transición de ser una colonia rusa a formar parte de los Estados Unidos. Es un testimonio de la riqueza de la herencia cultural y la diversidad histórica de esta región única en América del Norte.

Hice una pequeña galería en Facebook en alta resolución, del lugar y sus alrededores con la Casa del Pionero y la Plaza del Tótem.

De las imágenes locales (usadas en el texto) les comparto una galería:

Como son tantas las placas y las láminas informativas (son más de diez), hice un Pdf con las imágenes y el texto ya traducido de cada una de ellas.

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Anexo 1

Alexander Baranof
Este retrato del primer gobernador de la América rusa está expuesto en el Museo Estatal de Historia de Moscú.
 
Aleksander Baranof

El Hombre detrás de la colonización rusa en Alaska

Aleksandr Baranof fue una figura central en la historia de la colonización rusa en América del Norte, especialmente en la región de Alaska. Nacido el 21 de noviembre de 1746 en Kargopol, Rusia, Baranof se convertiría en un líder visionario y audaz en la expansión del imperio ruso en el Nuevo Mundo.

Baranof comenzó su carrera en el comercio como aprendiz en la compañía comerciante de Pashkov en Moscú. Después de emigrar a Siberia, se unió a la Compañía Ruso-Americana en 1790, una empresa fundada para explotar los recursos naturales de Alaska y establecer una presencia rusa en la región. Rápidamente ascendió en las filas de la compañía debido a su inteligencia, habilidades organizativas y determinación.

La labor de Baranof en Alaska comenzó en 1791 cuando asumió el cargo de gerente de la primera colonia rusa permanente en la región, la fortaleza de Alexander (Fort Ross), en la actual California. Durante su tiempo allí, Baranof supervisó la caza de nutrias marinas y la producción de bienes que se comerciaban en el Pacífico. Esta base estratégica fue un eslabón importante en la cadena de asentamientos rusos en América del Norte.

En 1799, Baranof estableció la colonia de Novo-Arkhangelsk, que más tarde se convertiría en Sitka, en la costa sureste de Alaska. Aquí construyó el Castillo de Baranof (también conocido como Castle Hill), una fortaleza que servía como centro administrativo y de defensa para la colonia rusa. Durante su tiempo en Sitka, Baranof desempeñó un papel fundamental en el crecimiento de la colonia, expandiendo la influencia rusa en la región y desarrollando relaciones comerciales con las poblaciones nativas de Alaska.

La expansión rusa en América del Norte no estuvo exenta de conflictos y desafíos. Baranof se enfrentó a conflictos con las poblaciones indígenas y con competidores comerciales, como los británicos y los estadounidenses. También tuvo que lidiar con la falta de recursos y el aislamiento geográfico en una tierra inhóspita.

Baranof murió el 16 de abril de 1819 en Novo-Arkhangelsk, Alaska, pero su legado perdura en la historia de la región. Su liderazgo y visión desempeñaron un papel fundamental en el establecimiento de la presencia rusa en Alaska y en la expansión de la Compañía Ruso-Americana. Su influencia dejó una huella profunda en la cultura y la historia de Alaska, y el Castillo de Baranof en Sitka es un recordatorio tangible de su legado.

Hoy en día, el nombre de Aleksandr Baranof está vinculado a la historia de Alaska como uno de los primeros líderes en la exploración y colonización europea en la región. Su trabajo contribuyó a la rica herencia multicultural de Alaska y a la formación de su identidad histórica única.

Anexo 2

Isla de Japonski

Durante la Segunda Guerra Mundial, la isla Japonski en Sitka, Alaska, tuvo una importancia estratégica para las fuerzas militares estadounidenses. La isla se encuentra en el sureste de Alaska, y su ubicación estratégica en el Pacífico Norte la convirtió en un lugar vital para la defensa de la costa occidental de Estados Unidos.

La isla albergaba la Base Naval de Sitka, que fue construida por los Estados Unidos en 1939 como parte de sus esfuerzos de defensa en el Pacífico. Durante la guerra, la base fue utilizada como una instalación militar importante para la protección de las rutas marítimas y áreas costeras cercanas. También sirvió como base de operaciones para patrullas marítimas y aéreas, así como para la vigilancia y el control del tráfico marítimo.

Además, la isla Japonski fue un centro de entrenamiento y despliegue para las fuerzas estadounidenses que participaron en la campaña de las Islas Aleutianas. Durante la guerra, las Islas Aleutianas, incluida la isla de Attu, fueron invadidas por las fuerzas japonesas en un intento de establecer una posición estratégica en territorio estadounidense. Sitka y la isla Japonski jugaron un papel importante en la defensa de Alaska y en la posterior contraofensiva estadounidense para retomar las Islas Aleutianas.

La presencia de la Base Naval de Sitka en la isla Japonski brindó a las fuerzas estadounidenses una ubicación estratégica desde la cual operar y proteger las rutas marítimas y costeras en el Pacífico Norte. Su importancia radicaba en su capacidad para mantener una presencia militar y controlar el acceso a los puertos y vías de comunicación cercanas.

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