Cuentos para crecer: NOZI, madrina de libros

NOZI, madrina de libros

NOZI

Esta es una historia verdadera, que pasó hace algún tiempo, se las cuento tal como me la contaron a mí:

Es la historia de Zama, una mujer que vivía en un pueblo de Sudáfrica llamado Dududu. Su casa se encontraba en lo alto de una colina con una hermosa vista al Océano Índico. A Zama le encantaba escuchar el sonido de las olas mientras trabajaba en su huerta. Iba todos los días al mercado del pueblo a vender los jugosos mangos del gran árbol que tenía en su jardín y los hermosos vegetales que cultivaba.

Zama llevaba una vida sencilla y feliz.

En Dududu Zama era muy conocida por el amor que le tenía a los libros, y también por su colección de revistas, periódicos viejos y cualquier otro papel que tuviera algo escrito. Eran sus tesoros y los guardaba cuidadosamente en su casa. No sabía leer ni escribir, nunca había ido a la escuela, pero ella sentía que había algo muy especial en esas palabras.

—Pero si no puedes leer ninguno de estos libros —decían sus vecinas desconcertadas—. ¿Para qué los coleccionas?

Zama les constestaba con una amable sonrisa:

—Los guardo para mí. Sé que les parece extraño, pero algo me dice que debo cuidarlos.

Damini, la enfermera del pueblo, pensaba que esa dedicación de Zama por los libros era una pérdida de tiempo.

—¿No es mejor que aprendas a coser para hacer cosas útiles? ¿ De qué te sirven ese montón de libros? —le decía.

Zama sonreía en silencio.

NOZI

Su amiga Bengu insistía en que debía aprender a hacer collares y pulseras en vez de andar coleccionando cosas de poco provecho.

—Es parte de nuestra cultura —le decía—. Y además podrías venderlos en el mercado.

Hasta en las bodas y otras celebraciones del pueblo, cuando la gente la importunaba con sus comentarios, Zama les decía con la misma amabilidad de siempre:

—Los collares son hermosos… y los libros también.

No importaba lo que dijeran, Zama amaba sus libros y nada ni nadie cambiaría eso.

Pronto la gente le dio un nuevo nombre: Nozi, la madrina de libros. A Zama le encantó y cuando los niños del pueblo la llamaban así, ella les contestaba con una radiante sonrisa.

NOZI

Un día Zama escuchó que a Muzi, un niño del pueblo, lo habían devuelto de la escuela porque no tenía un libro que necesitaba. Entonces corrió a su casa, y le dijo a Muzi y a sus padres que no se preocuparan, que ella le regalaría el libro.

—Eres una buena amiga. Todos supimos lo que hiciste por Muzi y todos estamos muy agradecidos —le dijo Bengu, su vecina.

Zama también ayudó a otros niños a conseguir libros.

Los adultos y los niños comenzaron a verla con gran respeto y admiración.

—Quisiera saber cómo agradecer a Nozi —decía Tandi—. Perdí mi libro de la escuela y ella me consiguió uno nuevo.

Un día a Muzi se le ocurrió una buena idea. Fue corriendo hasta casa de Zama con el libro que ella le había regalado.

—Buenas tardes, Nozi —la saludó.

—Hola Muzi —contestó Zama—. ¿Qué te trae hoy por aquí, mi niño?

—Vine a darte las gracias —dijo Muzi.

—Sólo hay una manera de agradecerme —dijo Zama—. Ve a la escuela, y aprende todo lo que puedas. Es la mejor manera.

—Sí, madrina —dijo Muzi emocionado—. Pero hoy vengo a leerte un cuento que se llama Ríos Maravillosos. Es muy corto, pero seguro que te gustará.

Y Muzi leyó…

Zama escuchó palabra por palabra con mucha atención. Cuando Muzi terminó de leer, los ojos le brillaban.

Muzi se sintió muy contento.

—Así que los libros son como los viejos sabios, que nos enseñan tantas cosas sobre la vida —dijo encantada.

—Sí, madrina, eso es lo que más me gusta de los libros. Cuando leo es como si estuviera hablando con otra persona. A veces es como si con mi mente pudiera viajar a los lugares de los que hablan los libros.

Zama quería saber más. Continúo haciéndole preguntas, más y más preguntas sobre la escuela, sobre los libros, sobre las palabras…

—¿Qué más se aprende en la escuela?

—¿Hay muchos libros allí?

Zama preguntaba sin parar.

—Aprendemos sobre los animales y la naturaleza, sobre el mundo en donde vivimos y sobre las distintas culturas. Leemos cuentos de lugares maravillosos, de princesas enamorada s y de aventuras en el mar —dijo Muzi.

—Madrina, si te gustan tanto los libros ¿por qué no vienes a nuestra escuela para que aprendas a leer y a escribir? –dijo Muzi.

—¡Ay, mi niño, es demasiado tarde para mí! ¿Te imaginas a esta vieja tratando de sentarse en un pequeño escritorio? —contestó riendo Zama.

Pero a Muri no le pareció gracioso.

—No madrina, to digo en serio —insistió—. El director nos contó < span lang="ES-TRAD" style="font-size: 10pt; line-height: 140%;" comic="" sans="" new="">que pronto van abrir una escuela para adultos.

—Yo nunca fui a la escuela, nunca. Ahora, debes irte a casa, ya es tarde —dijo Zama disgustada.

NOZI

La idea de aprender a leer no salía de la cabeza de Zama Trataba de no pensar en eso, pero mientras ordenaba todos sus libros y papeles, cultivaba su jardín y hacía jugo de mango siempre le volvía la misma inquietud: “¿Será que algún día podré leer lo que dicen mis libros?”

Hasta que un día se atrevió a ir a hablar con el director de la escuela. Le preguntó sobre las clases para adultos que Muzi le había mencionado.

—Son en las tardes, después de que los niños se han ido a sus casas —dijo el Dire ctor—. Puedes comenzar cuando quieras.

¡Era cierto! Zama no lo podía creer, su corazón brincaba de alegría. Pero también tenía un poco de miedo. “¿De verdad podré aprender?” se preguntaba.

Entonces recordó un viejo refrán:

Nunca es tarde para aprender.

A Zama le encantó la escuela. Se sintió feliz cuando comenzó a reconocer las letras y las palabras en los periódicos y en los libros. También, cuando aprendió a escribir su propio nombre.

Finalmente llegó el día de leer su primer libro: Un concierto para Khata. Era la historia de una muchacha llamada Khata que se enamora de un músico que escribe hermosas canciones.

Pronto sus libros cobraron vida. Los leía lentamente y con mucho entusiasmo, y se convirtieron en una gran compañía.

NOZI

Zama siguió asistiendo a la escuela y pronto otros vecinos del pueblo también la acompañaron. Hasta la enfermera Damini y su vecina Bengu fueron a la escuela y empezaron a disfrutar de los libros junto a su amiga Zama.

En la escuela el director puso un gran letrero que decía:

LEER ES UN PLACER

Gcina Mhlophe
Nozi: madrina de libros
Caracas: Ekaré, 200

El Proyecto CUENTOS PARA CRECER consiste en la publicación de relatos destinados en especial a niños y adolescentes, así como a todos los que encuentran placer en la lectura.

Debido al tipo de historias ofrecidas, este proyecto permite reflexionar sobre una serie de valores considerados esenciales para el desarrollo del carácter, como la tolerancia, la solidaridad, el espíritu de diálogo y la honradez, proporcionando además un valioso instrumento de aprendizaje.

cuentosn@cuentosparacrecer.com

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