Especial para Cambio Político
Y LLEGO LA PATRULLA DE BARES
Al rescate de la más noble de las tradiciones culinarias costarricenses: la boca
Enemigo mortal del karaoke y los bares de pipicillos
Misión: Bar La Nueva Lira Dónde: Intersección calle 5 con avenida 10, San José (ver mapa) |
Pero deus ex machina, justo antes de sucumbir un reordenamiento urbano ha salvado venturosamente a algunas de las sobrevivientes, concretamente las nuevas paradas de autobuses ubicadas en la intersección de la calle 5 con la avenida 10. “La Nueva Lira”, llamada así porque una cuadra al norte hubo otro negocio llamado “La Vieja Lira”, fue una de las favorecidas.
Obviamente el nuevo entorno trajo una clientela totalmente distinta, lo que obliga a una adaptación, no necesariamente positiva en todo. De atender a sus vecinos de siempre y el montón de viejillos que ya venían comidos o iban a comer a su casa, lo que no propiciaba preocuparse mucho por las bocas, el parroquiano actual es el apurado trabajador que pasa a reconfortar su paladar justo antes de montarse al bus y hacer un tedioso viaje en medio de interminables presas, por lo que agradece una comidita más reparadora. Obviamente habrá otros que se sentirán más “hallados” y se quedarán más tiempo, pero en términos comerciales, la rotación es alta y no sólo hay que tener a todo el mundo contento en poco tiempo, sino que también hay que cuidarse de que el vecino de al frente “El Faro”, otra tradicional que ya fue reseñada por la Patrulla, no se robe a los comensales.
La Patrulla en su sufrida misión llegó estratégicamente a las seis de la tarde, justo en la hora pico y efectivamente el lugar era un ebullidero en donde había de todo, hasta una pareja bailando frente a la barra. Afortunadamente en la parte trasera hay salones más tranquilos en donde se puede tertuliar, aunque con una advertencia: el de la izquierda, al que se accede misteriosamente luego de atravesar una puerta, es una especie de antro rockero, pero con un ambiente demasiado cargado, parecía que iban a ajusticiar a alguien, así que la prudencia aconsejó irse al salón de la derecha, el que además valiosamente está ubicado a la par de la cocina.
A diferencia de su vecino “La Bohemia” aquí no se preservó la arquitectura y el mobiliario originales, salvo el piso de mosaico, aunque como en toda cantina, tampoco es que se contrató a un diseñador para remodelar, hay de todo un poco con el evidente reinado de las pantallas de televisión y la incomodidad de unos ventiladores y de una música más fuerte que lo normal.
El menú felizmente es extenso y la degustación inició con una sopa negra, que tiene la particularidad de que la sirven con un huevo tierno, es decir, el huevo se pone crudo para que se cocine en el caldo, lo que inmediatamente dio lugar a un acalorado debate conceptual entre los patrulleros, acerca de si la receta original contempla este procedimiento o debe agregársele el huevo ya duro, sobre lo que no hubo acuerdo y ahora es producto de desvelo ante la ausencia de fuentes oficiales con la receta de este platillo tradicional, lo cierto es que discusiones aparte, la examinada estuvo muy bien de sabor. Hay carne en salsa, que la preparan con carne mechada y una salsa muy bien hecha. Siguiendo con los subproductos animales, se pidió una torta de carne, que se las arreglan para que por fuera venga muy tostada y que se ganó el epíteto de deliciosa. Igualmente bueno estuvo el consomé de pollo, bien concentrado, la mejor vacuna contra los resfríos y para quebrarle el negocio a las farmacéuticas. Y aunque se dice que el buen borracho no debe comer dulce, se probó un acaramelado plátano maduro, con una presentación tan hermosa que daba lástima comérselo. Las salchipapas eran montones, no se acababan, recomendable para el que anda muy hambriento. La olla de carne la sirvieron rajando de que se chinea desde el día anterior, la carne literalmente se deshacía. Hay gallo de salchichón y de chorizo, ambos embutidos en versión con o sin chile, los que se probaron con chile no estaban tan picantes, o será que se equivocaron, el choricito lo sirven bien tostadito, pero sin pasarse. Otra boca para muertosdehambre por su cantidad es la costilla, acompañada de una yuca muy gustosa, la hacen en freidora y no en sartén, por lo que queda un poco seca y aquí se abrió otra encendida disputa culinaria, pues algunos patrulleros partidarios de las freidoras “universales” (en donde se cocina de todo y por lo tanto la comida sabe a todo), prefieren la utilización de este dietético utensilio. La torta de huevo es de sólo huevo pero tiene la enorme virtud de que la traen sobre una mega tortilla palmeada, tan grande que parece una pizza disfrazada. Y a todas estas viandas se les puede acompañar con el picante de una deliciosa chilera criolla, de esas de frascote.
Sobra decir por lo ya comentado que el tamaño medio de las raciones es bastante generoso y que sin embargo los precios son bastante bajos. Además la atención en general fue muy buena, rápida y amable, para nada arrugan la cara cuando se piden las cuentas separadas. El único problema es que el perfil urbano del lugar hace que constantemente interrumpan el cotarro, ya sean vendedores, pordioseros y hasta un mariachi. Y cuando comenzó la maldición universal del karaoke, hubo que evacuar prestamente, porque debe advertirse que en “La Nueva Lira” esta mala práctica no tiene día u horario fijo, sino que está a disposición inmediata de cualquier abyecto que quiera torturar a la concurrencia con su disonante canto.
SEMPER COMPOTATIUM
Al rescate de la más noble de las tradiciones culinarias costarricenses: la boca
Enemigo mortal del karaoke y los bares de pipicillos
LLOREMOS POR SIEMPRE POR LA EXTINTA SAINT FRANCIS
¡LA BIRRA EN VASO SIN HIELO! ¡NI A PICO DE BOTELLA!
Combatiente declarado contra los sports bar
Los aborrecibles Pancho’s, Millenium, Yugo de Oro Cinco Esquinas y el Valle de las Tejas dichosamente de Dios gozan
VALETE ET INEBRIAMINI