La Doble Eme con la eme de una muerte muy grande…

Camilo Rodríguez Chaverri

Quise escribir esto a mano, para ver si la mano se conecta con el corazón. Me duele la muerte de Mario McGregor, ese mago de la voz, ese locutor orquesta, esa luz con garganta y humor, ese narrador fuera de serie de Costa Rica, no sólo el mejor de la historia de la radio costarricense, sino uno de los notables de América Latina. Es más: no conozco una voz de la radio en América Latina que le pusiera la mano encima. Mentira que los españoles o los argentinos cantan de esa manera mientras fluye la bola. El partido más fluido y vistoso estaba en su voz.

La radio costarricense está de luto por la muerte de alguien que hizo que todo el medio diera pasos gigantes hacia adelante. Me parece que hay una narración deportiva antes de Mario McGregor y otra después de él. Le metió música y picardía al futbol. Le imprimió un sabor único, compuesto por letras de canciones de merengue y reguetón, de salsa y calypso; así como de saludos a personajes de cantinas de todo el país y la mención de detalles especiales de cada jugador, como el nombre de sus padres o su sitio de origen.

Así como es inolvidable la narración de Manuel Antonio “Pilo” Obando de aquel gol de Hernán Medford en Italia 90, el segundo gol de Costa Rica contra Suecia, una narración en la que Pilo se quedó pegado y dijo la palabra Medford una decena de veces, la narración del gol que le dio el pase a nuestra selección para la segunda ronda, también es inolvidable la celebración del gol del quinto penal de Costa Rica contra Grecia, en el mundial del 2014, la celebración de este Mario McGregor que estamos llorando, que se estaba desmayando, que no podía más con su alegría.

Estaba en Pavas, cerca de Rohrmoser, cuando me llegó la información de la muerte de don Mario. Llamé a Columbia, donde produzco dos espacios diarios. Llamé una y otra vez. No podían creerlo en la cadena de emisoras. Yo tampoco lo creía. Queríamos que fuera una mentira de la prensa digital. Pero no lo era. Yo quería echarle la culpa a CR Hoy. Quería llamar y quejarme de la infame mentira.

Pero no era mentira. Ha muerto la Doble Eme más grande de Costa Rica y América Central. Yo quiero decir que es la Doble Eme más grande de América. Mario McGregor inventaba el futbol con su narración. Una cosa es ver un partido de futbol aquí sin escucharlo a él y otra era ver un partido mientras Mario McGregor iba creando un mundo con su voz y su magia. Hasta un partido aburrido lucía interesante, sabroso, colorido, entretenido y épico gracias a la Doble Eme.

Ahora recuerdo otra anécdota linda: para Italia 90, Costa Rica tuvo algunos fogueos en Europa, muy aburridos… La gente de los pueblos europeos donde se realizaron esos partidos terminaron sin ver los partidos, terminaron de espaldas a la cancha, viendo y escuchando a ese negrote que narraba desde el palco, con una salsa en la voz, con un calipso, con esa voz donde salían apodos muy bien puestos y también loras y pericos, porque el trópico entero salía por la voz de este gran hombre de la radio que nos deja en silencio, que nos deja sin una forma única de narrar, que nadie más la tiene ni en Costa Rica ni en América Central…

Que no descanse Mario McGregor en el cielo, que ponga a los santos y a los ángeles a mejenguear y que entretenga a Tatica Dios con su voz, con sus palabras, con sus juegos orales, con sus trocitos de canciones… Dios estará más contento, estará más feliz y más pleno con la Doble Eme en el paraíso.

Que Dios le ayude a la radio costarricense para reponerse de esta ausencia tan grande y tan negra, como diría el mismísimo “Grone”, Mario McGregor.

Hasta el locutorio de Radio Columbia quiere llorar, hasta las paredes del locutorio principal de la emisora quieren cantar esta pena, este dolor, esta ausencia.

Gracias, don Mario, por su alegría, por su capacidad de asombro, por su sentido del humor, por su memoria, por su amor a Limón, nuestra provincia amada, la provincia olvidada, la provincia de la personalidad cultural más rica y más diversa. No tiene un embajador tan grande Limón como este Mario McGregor que se nos lleve un pedazo de Limón para el cielo. Es llevar un pedazo de paraíso al otro paraíso. Limón, mi tierra, mi cielo, está ahora con Dios gracias a la Doble Eme… Cuidadito porque Dios podría dejar el cielo para venir a vivir al lugar de donde salió este mago, este loco maravilloso del futbol, este cantante de los sueños que construyen con sus pies quienes han hecho del futbol un poema, un juego de metáforas, un espacio para que todos crezcamos.

Gracias, Doble Eme, no podés morirte en nosotros. Aquí estarás con quienes estemos, o estén, con quienes celebremos o celebren la fiesta de colores de Limón, y con quienes nos emocionemos o se emocionen con cada triunfo o cada gol de la Selección Nacional, de este país, que llamaste desde Columbia, “un hermoso y democrático país en sintonía”.

Mario McGregor

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Periodista y escritor.

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