Grecia en la encrucijada

Vía costarricense

Johnny Soto Zúñiga

Johnny Soto Zúñiga

El 5 de julio el pueblo de Grecia fue a las urnas electorales para decidir en un Referéndum el voto por el SÍ o el No, sobre sus relaciones y propuestas de la Unión Europea (UE). El gobierno heleno del partido de izquierda Syriza bajo la conducción de su primer ministro Alexis Tsipras, abogaba por el No (triunfó con más del 61%), contra las imposiciones de la eurozona (Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional -FMI-) que exigían una política de austeridad a ultranza para sacar de la crisis financiera a Grecia. Durante muchos años el Estado entró en una situación alarmante que elevó la deuda pública, de impagos a los organismos financieros acreedores; recordemos que un Estado financia sus gastos con los impuestos o mediante recursos provenientes de la deuda. Sin embargo, cuando se solicitan muchos préstamos externos cada vez un Estado se va asfixiando más al tener que pagar los intereses y principal de los créditos y día con día acumula una deuda pública externa impagable.

Se ha dicho muchas veces que Grecia vive una situación de quiebra técnica, al no poder hacerle frente a los pagos de la deuda externa, y que su crisis extrema ha llevado a un sobreendeudamiento público inimaginable. Grecia representa apenas el 2% del Producto Interno Bruto -PIB- de Europa, sin embargo es un hecho la crisis interna de pánico desencadenada, el efecto del “corralito” bancario, los bancos cerrados que no devuelven los ahorros de los cuentacorrentistas y depósitos de los ciudadanos, el gran desempleo y pobreza, el desbalance en las transacciones, la inflación, etc.; y todo tipo de consecuencias financieras en detrimento de los ciudadanos y el país en general. No obstante, a pesar del triunfo del No, no se ha dado una ruptura con la Unión Europea (UE), el Banco Central Europeo y el FMI; y más bien por dicha se han reanudado las negociaciones entre el gobierno heleno y Europa.

La propuesta de Grecia es elaborar un mecanismo europeo de rescate (MEDE) que solicita que durante 3 años se le otorgue recursos financieros que el FMI afirma que es aproximadamente 50.000 millones de euros para salir de inmediato de la crisis financiera actual (en total la deuda es de $ 330.000 millones); y así seguir con los futuros pagos. Por su parte la propuesta gubernamental es el compromiso con subir el Impuesto de Valor Agregado (IVA) a varios productos y otras reformas tributarias; una reforma integral al sistema de pensiones (existen muchas “pensiones juveniles” anticipadas). Ya vemos que la advertencia de los impulsores del SI para rescatar a Grecia era “socarse la faja” en detrimento de los ciudadanos griegos, “como ponerse una pistola en la cabeza”; nadie se inmola a sí mismo; y recordemos que toda la economía de un país debe estar al servicio del bien común, y no de la “frialdad de los números” de resultados como muchas veces manejan los cuadros técnicos de los organismos financieros.

El tema de Grecia se las trae, incluso durante esta crisis que lleva seis años en dos oportunidades ya se ha dado un rescate financiero con un total de 240.000 millones de euros; se ha convertido en una piedra en el zapato para la Eurozona, el incumplimiento en los pagos (default) al Banco Central Europeo y al FMI y demás organismos financieros; y la promesa de reestructurar el Estado, no ha dado ningún resultado positivo. Sin embargo el triunfo del No, conlleva a que el gobierno heleno tenga un aval político de su pueblo a la hora de negociar, renegociar con la UE la reestructuración de la gran deuda pública vigente. Por otra parte el resto de los europeos, consideran que Grecia queda en un limbo, sin una definición clara de si deben seguir perteneciendo a la UE; pero sería un golpe muy fuerte para los países miembros de la Eurozona, que desean que la moneda única prevalezca para todos sus integrantes considerados del primer mundo desarrollado incluso Grecia.

El “espejo de Grecia” hacia muchos países alrededor del mundo, puede tener algunas variables similares, sin embargo para efectos de comparación con nuestro país, las condiciones financieras son completamente distintas. Si bien Costa Rica atraviesa un déficit fiscal importante, problemas estructurales, alto endeudamiento internacional, desbalance entre los ingresos y egresos, sueldos muy disímiles, altas pensiones de lujo, índices promedio del desempleo del 10%, un 20% de pobreza, estructuras anquilosadas en los Ministerios e Instituciones públicas; lo sucedido en Grecia puede servir de que se enciendan en nuestro país las luces, por lo menos “una alerta amarilla”; para no llegar a consecuencias mayores, no obstante reitero las condiciones del país son muy distintas a Grecia que es parte de la UE, donde predomina una sola moneda: el Euro, y todo está centralizado en las políticas que adopta la Comisión Europea (CE) y los organismos financieros internacionales, etc.

Por su parte el gobierno griego no quiere salirse de la Eurozona, sino que plantea se le ayude con rescates millonarios para salir de su enorme crisis financiera y luego del Referéndum ha lanzado su propuesta; con la reticencia de la CE, especialmente el más negativo es el ministro de Finanzas de Alemania Wolfgang Schaeuble, que incluso plantea una salida temporal de Grecia por cinco años de la UE; no está satisfecho con la propuesta de Grecia, y ha entrado en contradicción con la Canciller alemana Ángela Merkel, que ha tomado una actitud más política y de estadista, que meramente económica y técnica como lidera Shaeuble y los banqueros europeos, que son fríos alrededor de las crisis financieras y sociales de los países.

Las negociaciones están en Bruselas; Grecia sigue con sus compromisos, solicitando el rescate por la suma de $ 60.000 millones e iniciar de cero con nuevas renegociaciones que le permitan tener una solvencia financiera, en aras de no llegar al abismo y quiebra de su Estado. Es un hecho que a la UE no le sirve que Grecia se salga de la eurozona, porque incluso podría ser el inicio del fin del euro y el control de los banqueros y los países más ricos de Europa y del mundo. Sería aceptar que la UE y sus políticas económicas impuestas han sido un rotundo fracaso y la señal es pavorosa a nivel mundial. Más bien es la hora de demostrar la solidaridad para sus socios de la UE; y en este caso con Grecia, se puede dar esa oportunidad para darle una mano y que los servicios públicos puedan seguir funcionando y reine el espíritu de sobrevivencia social y económica.

Finalmente, esperemos que la UE y sus organismos, lleguen a un acuerdo con el gobierno de Grecia, en aras de que puedan solventar la enorme crisis financiera, se fijen en el bien común de los ciudadanos helenos, que son los más perjudicados con las políticas internas impulsadas por los políticos y gobernantes irresponsables que han tenido el poder durante muchos años. Que no se vea esta crisis solamente con la frialdad de buscar resultados económicos; sino que lo más importante sean los seres humanos que viven y sufren de las consecuencias de las decisiones políticas y financieras en este hermoso país europeo. Desde Costa Rica debemos dar nuestra solidaridad y los mejores deseos con el pueblo griego y que puedan salir adelante de esta encrucijada, y que el futuro sea promisorio y solvente.

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