Enamórate de tu ciudad

Monólogos con Pelé *

Lina Barrantes Castegnaro

El pasado sábado, aprovechando que anunciaban que estaría dedicado a la literatura infantil, aproveché tener en Costa Rica dos chiquitos, Sophia y Thomas, muy cercanos a mi corazón, para llevarlos al Parque España y Parque Morazan, a disfrutar de “Enamorate de tu Ciudad”.

Llegamos al Parque España como a las 10 de la mañana, y nos encontramos con: toldos del Banco Popular, tres chinamos con comida, donde dos gallitos de picadillo de papa sin carne, costaban ¢1.000, ocho ventas de artesanías, unas mesas previstas con juegos de mesa. También había un futbolín.

La calle entre el Parque España y el Edificio Metálico estaba siendo cerrada.

Caminamos hacia el Parque Morazán para tratar de encontrar lo que nos interesaba. La mañana del sábado estaba preciosa, ni frío, ni calor. Al llegar al Morazán nos encontramos con una mesa en la que unos 15 chiquitos tenían un plato de plástico con pintura y agua, y con un pincelito pintaban. Otra en la que hacían algo más interesante, que nos advirtieron no eran para niños. Unas siete ventas de libros de literatura infantil. Conforme fue avanzando la mañana, llegó un payaso en zancos. El payaso hacía figuras con globos. Unos 20 chiquitos le hacían un círculo en espera de que les hicieran su figura. Sophia pidió un perro rosado y lo obtuvo. Dejamos pasar a otros chiquitos, para contribuir a que no todos esperaran tanto, y volvimos con Thomas a conseguir su gato verde. Cuando se acercaba su turno, al payaso se le rompió el inflador, y se terminaron las figuritas de globos.

Había por ahi una marioneta que una muchacha manejaba muy bien.

En el kiosco del Morazán había una presentación de títeres, contaron Caperucita Roja, y luego invitaron a cuatro chiquitos a hacer su propia versión de la Caperucita. Estuvo muy simpático y creativo, como todo lo que hacen los chiquitos espontáneamente.

Al acercarse las 11:30 terminó la obra, y quedó la pintura, los libros y el payaso sin inflador.

En una esquina del Parque habían colocado unos zancos para que los chiquitos los usaran. No había facilitadores, sino que los adultos que llevabamos niños, teníamos que ayudarles.

Al llegar al parque España, había un pinta caritas. Una fila de 6 chiquitos delante de nosotros que esperaban su turno. En uno de ellos se fueron 10 minutos, es decir, nos faltaba una hora de fila.

Había una clase de yoga en el parque (no podía faltar). En la calle que ya habían cerrado, cuatro muchachos jugaban con sus patinetas.

Todo este relato para describir la pobreza de uno de los programas estrella del Ministerio de Cultura. Este programa está financiado por el Banco Popular. No sé a cuanto ascenderá ese financiamiento.

Cuando se inició el gobierno, entiendo que el presupuesto del programa era de un millón de dólares por año. Me decían funcionarios del ministerio que ya va por el doble.

Enamorate de tu Ciudad me pareció una de las cosas más triste y pobres que he visto en mi vida. Cuando pienso en lo que se supone que cuesta, más triste me parece, y lo que más me conmueve es que cuando ibamos de regreso para la casa, Sophia me dió las gracias, por que le pareció que habíamos pasado una mañana divertidísima. Que fáciles de complacer son los niños y las niñas. Pero ¿cómo no les ofrecemos espectáculos de calidad si tenemos el dinero para hacerlo? Que lamentable tomarles el pelo.

* Pele fue mi perro, un beagle. Durante 10 años, escuchó pacientemente las reflexiones que de vez en cuando decidí poner en blanco y negro. Por su complicidad, decidí poner este nombre a la columna. El 22 de junio de este año, le fue diagnosticado un tumor en el cerebro. De nuevo en agradecimiento a su lealtad, decidí darle una muerte digna y regalarle la eutanasia.