Algunos apuntes sobre don León Cortés

Saúl Weisleder

Después de leer el artículo de Carlos Revilla sobre don León Cortés y ante un cierto debate acerca de su “ideología” y cargos de ser simpatizante nazi, presento estos elementos:

En esos años, se dieron fuertes enfrentamientos entre comunistas, demócratas (liberales, social demócratas, conservadores) y nazis o fascistas, en el mundo; tanto a nivel de guerra ideológica, así como guerra-guerra.

En Costa Rica, ese enfrentamiento en el plano ideológico y de propaganda, se da entre los caldero-comunistas y el “cortesismo” (simplificando). Por eso el primer grupo acusa al segundo, especialmente a don León y otros dirigentes de su partido, inicialmente en ese entonces el Republicano, y luego el Demócrata, de “nazis, fascistas o simpatizantes”; así como los segundos, a todos los miembros del primer bloque de comunistas, siendo que no todos lo eran.

Cortés tenía, efectivamente, admiración por la disciplina, la “mano fuerte” y “lo alemán”. Eso daba pie a las acusaciones en su contra.

Entiendo que él no era nazi ni simpatizaba con los nazis, aunque éstos a través de sus agentes y simpatizantes, penetraron sectores de su gobierno. Me han explicado que uno de los personeros cercanos a don León sobre los que los nazis tenían influencia, era el Ministro de Gobernación de la época, de apellido Brenes. Era él además quien otorgaba o influía sobre otorgamiento de visas y permisos de ingreso al país (recordemos que la institucionalidad de la época era muy muy pobre y débil).

Desde el gobierno de los liberales don Cleto y don Ricardo, hubo judíos que emigraron de Europa a Costa Rica. Mi abuelo, p. ej. en 1930, en el gobierno de don Cleto.

Cuando mi abuelo estuvo en condiciones de traer a su familia (esposa y cinco hijos) desde Polonia, estando ya los nazis en el poder en Alemania (1933) y habiendo una exacerbación del antisemitismo en toda Europa. DON LEÓN CORTÉS PERSONALMENTE AUTORIZÓ y FIRMÓ las visas correspondientes. Esto es un testimonio que conozco por boca de mi abuelo, mis padres, y tíos. Es una “anécdota” familiar muy apreciada.

No sé si don León era nazi o no (personalmente NO lo creo); esto no cambia los hechos, como una Circular que se ha mencionada, ni lo que acabo de relatar.

Lo que me parece patético es, ante una denuncia de actividades nazistas o ante un documento oficial, se trate de descalificar la evidencia, y peor, sugerir “uso para otros fines actuales”, precisamente por parte de personas que han mostrado cierta animadversión a “lo judío” y especialmente a Israel.