Ejercicio ciudadano y elecciones municipales

Ágora*

Guido Mora

Guido Mora

He estado revisando la lista de candidatos a alcaldes, regidores y síndicos, inscritos por los diversos partidos políticos, para las elecciones municipales. Y no me refiero sólo a los representantes de los partidos con más trayectoria, sino a una buena cantidad de los inscritos para las elecciones municipales.

De repente me sentí como en las pasadas elecciones en Guatemala. Ustedes me preguntarán ¿por qué? Bueno muy sencillo, dentro de los candidatos están inscritos ex alcaldes: removidos y sin remover; “payasos locutores”, y “locutores payasos”; ex diputados: cuestionados y sin cuestionar; con dedicación exclusiva y sin dedicación a nada, quienes solo cobraron un salario en la Asamblea Legislativa, por ser familia de alguien que acostumbra vivir moviendo sus influencias.

También hay ex Ejecutivos Municipales: unos que terminaron sus períodos y casi terminan con las municipalidades que administraban; otros que fueron destituidos, y se salvaron las instituciones de donde los removieron.

Abogados cuestionados: suspendidos por haber infringido el Código Notarial, su papel de funcionarios públicos o ser partícipes en algún delito tipificado por la Legislación Costarricense.

Ex candidatos y candidatos perennes, pulseadores, vividores de la política, muertos vivientes, que caminan y recorren el país, como los actores de la serie The Walking Dead, que, al igual que en la serie de televisión, van dejando destrucción, muerte y desperdicios por donde pasan.

También encontramos los que gustan de mordidas o los que las reciben; los funcionarios antisísmicos, que son los que a pesar de las movidas, continúan en sus puestos.

Candidatos apenas capaces de manejar el carácter y los postulan a ver si pueden conducir un Gobierno Local.

Lamentablemente el amplio espectro visible, no es sino el producto de la falta de visión de los partidos políticos, para quienes parece ser que creen que en la política costarricense no ha cambiado nada.

La oferta partidaria cubre los extremos del espectro nacional, los hay para todos los gustos y para cualquier tipo de votante.

Por fortuna, también hay gente decente, trabajadora, con voluntad para enfrentar y resolver los problemas que enfrentan nuestras comunidades. Candidatos decentes, líderes experimentados. Profesionales comprometidos con el desarrollo del Cantón y con el crecimiento de nuestro país.

Hombres y mujeres sin pasados o relaciones dudosas, dispuestos a sacrificar el tiempo de sus familias, para dedicarlo a atender la problemática comunal. Personas que merecen toda nuestra confianza y logran que los hagamos depositarios de nuestro poder, mediante el sufragio.

Por otra parte y desde la perspectiva institucional, los Gobiernos Locales en este momento de fortalecimiento, transferencia de recursos y competencias, no están para soportar la posibilidad de caer en manos de incapaces y sinvergüenzas.

Es importante que la ciudadanía comience a ver las Municipalidades, como su ámbito de poder más cercano, orientado a atender y resolver sus necesidades.

La elección del Alcalde, de los Regidores y Síndicos debe constituirse en una decisión similar a la designación del Gerente y los miembros de la Junta Directiva de la más importante empresa del Cantón.

Los ciudadanos no podemos seguir permitiendo que resulten electos funcionarios públicos incompetentes o cuestionados.

Con certeza la elección de un incompetente o un ciudadano de conducta dudosa, sólo conduce a incrementar los problemas locales y a restar efectividad y gestión a las Municipalidades.

Es imprescindible ejercer un voto reflexivo.

Constituye una obligación de cada uno de nosotros como votantes, valorar la competencia y la idoneidad de los candidatos que conforman la oferta política de las elecciones municipales.

Si elegimos a un buen Alcalde y a un Consejo Municipal capaz, podremos tener la seguridad de que los administradores de los fondos públicos actuarán a nivel local, con inteligencia y honestidad al momento de ejecutarlos.

Si permitimos que lleguen a estos puestos políticos personajes incapaces u oscuros, estaremos condenados a sufrirlos por varios años, criticando la acción cantonal y penando con una inadecuada gestión administrativa y financiera.

Nuestro sistema político nos impone un reto como electores. Un desafío que debe prolongarse a las elecciones nacionales del 2018 y que debe ser la norma que regule nuestra responsabilidad como costarricenses.

En nuestras manos, queridos lectores, está el poder del pueblo, no permitamos que aprovechados y vividores continúen ocupando posiciones políticas, porque el daño que le hacemos a nuestra democracia es inconmensurable.

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* El Ágora era el centro de la actividad política, administrativa, comercial y social de la antigua Atenas.

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Un comentario

  1. Luis Fernando Díaz

    Cierto. Este es un frente que debe abrirse nacionalmente. En el PLN, por ejemplo, el Código de ética deberá aplicarse rigurosamente.

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