Este es un artículo de opinión de Jomo Kwame Sundaram, antiguo secretario general adjunto de la ONU para el Desarrollo Económico, y de K Kuhaneetha Bai, investigadora sobre políticas públicas en el Instituto de Investigación Khazanah de Malasia.

Jomo Kwame Sundaram, K Kuhaneetha Bai
KUALA LUMPUR – La nueva Estrategia de Seguridad Nacional (NSS) de Estados Unidos reposiciona el papel de la superpotencia en el mundo. Por lo tanto, la política exterior se basará principalmente en consideraciones para «hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande otra vez (Maga, en inglés)».
Cambio de rumbo
La nueva NSS ya no da por sentado el liderazgo mundial de Estados Unidos ni las alianzas basadas en valores. Rompe con la política exterior posterior a la Guerra Fría, la que molesta a quienes están comprometidos con su mundo unipolar soberanista.
Publicada discretamente el 4 de diciembre, no es en absoluto una actualización fácil de olvidar de posiciones establecidas desde hace tiempo, envueltas en una oscura jerga burocrática y diplomática.
Redactada principalmente bajo el liderazgo del secretario de Estado y asesor de Seguridad Nacional «neoconservador» Marco Rubio, ya se considera el documento más significativo de la segunda administración de Donald Trump, el Trump 2.0.
Afirma que «los días en que Estados Unidos sostenía todo el orden mundial como Atlas han terminado». En su lugar, la política exterior debe dar prioridad ahora a la promoción de los intereses estadounidenses.
Nuevas prioridades
La NSS da a entender que Estados Unidos ya no será el policía del mundo. En su lugar, ejercerá su poder de forma selectiva, dando prioridad a consideraciones transaccionales en lugar de estratégicas.
Hace hincapié en la fortaleza económica como clave para la seguridad nacional, la reconstrucción de la capacidad industrial, la protección de las cadenas de suministro y la garantía de que Estados Unidos nunca dependa de otros para obtener materiales críticos.
Incluso si la Corte Suprema anula los aranceles del presidente, Estados Unidos ya ha obtenido muchas concesiones de gobiernos que temen sus posibles efectos adversos.
La NSS se basa aparentemente en consideraciones del movimiento Maga que implican el control de la inmigración, el dominio hemisférico y el etnocentrismo cultural.
Los comentaristas mainstream se quejan de que carece de los valores supuestamente ilustrados que subyacen a la política exterior en el orden mundial dominado por Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial.
Se quejan de que la nueva NSS tiene un enfoque limitado, redefine los intereses y comparte el poder. Se dice que su postura y su tono son más propios del siglo XIX que del XXI.
Además de los imperativos pragmáticos, los mensajes contradictorios pueden deberse a compromisos insatisfactorios entre facciones rivales dentro de la administración Trump.
Política exterior Maga
Los observadores a largo plazo consideran que la NSS es sin precedentes y descaradamente ideológica.
La ideología supremacista blanca influye no solo en la política cultural nacional, sino también en la política exterior. La NSS promueve sin complejos el chovinismo judeocristiano, a pesar de la separación constitucional entre Iglesia y Estado.
La prioridad «America First (Estados Unidos primero)» de Maga es evidente en todo momento. La seguridad fronteriza es crucial, ya que la inmigración se considera la principal preocupación en materia de seguridad nacional.
Para Samuel Huntington, la inmigración amenaza a Estados Unidos al hacer que sea menos «WASP (blanco, anglosajón y protestante)».
La NSS culpa a la inmigración del colapso social y económico. La afluencia al hemisferio occidental, no solo a Estados Unidos, debe detenerse urgentemente por todos los medios disponibles.
Irónicamente, Estados Unidos ha sido durante mucho tiempo una nación de inmigrantes, con relativamente más inmigrantes que cualquier país europeo. Su población no blanca es casi igual a la blanca.
La interpretación neocolonial de Trump de la Doctrina Monroe de 1823, sintetizada en «América para los americanos», hace hincapié en las Américas como la nueva prioridad de la política exterior.
No se debe permitir que los rivales extranjeros adquieran activos estratégicos, puertos, minas o infraestructuras en América Latina y el Caribe, principalmente para mantener fuera a China.
La NSS de Trump da prioridad al hemisferio occidental, seguido de Asia. África recibe tres párrafos, principalmente por sus minerales.
Europa ha bajado al tercer lugar, debido a su aparente declive civilizatorio inducido por la inmigración. Sorprendentemente, la NSS insta a detener la expansión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan).
¡China casi a la par!
La política de la NSS sobre China se considera en general inesperadamente moderada. China sigue siendo una prioridad, pero ya no es su principal antagonista; ahora es un competidor a la altura.
Ahora, Estados Unidos debe reequilibrar su relación económica con China basándose en la reciprocidad mutuamente beneficiosa, la equidad y el resurgimiento de la industria manufacturera estadounidense.
Estados Unidos seguirá colaborando con sus aliados para limitar el crecimiento y el progreso tecnológico de China. Sin embargo, se permite a China desarrollar tecnologías verdes debido al desinterés de Estados Unidos.
Mientras tanto, los halcones estadounidenses han garantizado una «superioridad» militar para Taiwán. La NSS destaca la importancia de Taiwán para la seguridad del Indo-Pacífico y la producción mundial de chips.
La NSS advierte de que China obtendría acceso a la segunda cadena de islas si conquistara Taiwán, lo que reestructuraría el poder regional y amenazaría las rutas comerciales vitales de Estados Unidos.
Con el apoyo de sus aliados, el ejército estadounidense tratará de contener a China dentro de la primera cadena de islas. Sin embargo, Taiwán teme que el apoyo de Estados Unidos disminuya después de que la producción de chips de TSMC, la empresa taiwanesa líder en fabricación de semiconductores, se traslade a Estados Unidos.
La NSS espera que el «Quad (Diálogo de Seguridad Cuadrilateral)», conformado por Estados Unidos, Australia, Japón y la India mejore la seguridad del Indo-Pacífico. Para Washington, solo la India puede equilibrar a China en Asia y, por lo tanto, es crucial para contener a China a largo plazo.
Reordenamiento regional
La NSS también rebaja la importancia de Medio Oriente. Las condiciones que antes hacían importante a la región han cambiado.
La importancia de Medio Oriente se debía a su petróleo y a la culpa occidental por Israel. Ahora, Estados Unidos se ha convertido en un importante exportador de petróleo y gas.
Es fundamental señalar que se cree que el ataque estadounidense a Irán a mediados de 2025 ha retrasado el programa nuclear de Teherán.
Parece poco probable que Medio Oriente siga impulsando la planificación estratégica de Estados Unidos como lo ha hecho durante el último medio siglo. Para Estados Unidos, ahora se espera que la región sea un importante inversor.
A medida que se redefine la política exterior estadounidense, el mundo se preocupa. Medio Oriente ha perdido importancia, ya que América Latina se ha convertido en la nueva región de primera línea.
Han pasado muchas cosas en menos de un año de Trump 2.0, sin que se aprecie un patrón claro o coherente de continuidad o cambio con respecto a su primer mandato. Pero las políticas también se han revertido o revisado rápidamente.
Aunque la NSS es sin duda importante y reveladora, sería presuntuoso pensar que determinará realmente la política durante los próximos tres años, o incluso en un futuro muy próximo.
T: MF / ED: EG
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