Reino Unido lucha contra la pobreza a la sombra del coronavirus

Por Benedikt von Imhoff (dpa)

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Una persona sin techo instalada sobre la acera junto a una tienda, en una calle de negocios en Windsor, en el Reino Unido. Foto: Charlotte Zink/dpa

Las señales de alarma suenan cada vez más fuertes en medio del segundo invierno con coronavirus en el Reino Unido. ¡Cientos de miles de personas en riesgo de quedar sin techo! ¡Sin dinero suficiente para alimentarse! ¡Aumenta la demanda de bancos de alimentos! ¡Millones de personas tendrán que pagar cuentas más caras de luz!

Son especialmente las personas más pobres las que se ven afectadas por estos titulares. En el marco de la pandemia de coronavirus, se perfila en el Reino Unido un drama social.

Las organizaciones de beneficencia, pero también las oficinas estatales brindan números impactantes. En el año financiero 2019/2020, es decir, antes de la pandemia, unas 14,5 millones de personas vivían en la pobreza en el Reino Unido, de acuerdo con el Parlamento. Esto significa que más de una de cada cinco personas no puede sobrevivir con sus ingresos tras pagar el alquiler.

El temor es que los efectos de la crisis por el coronavirus agudicen esta situación. Actualmente, los costos de la energía aumentan fuertemente al igual que en otras partes del mundo. Es probable que alrededor de 14 millones de hogares tengan que pagar a más tardar en la primavera europea cifras claramente más altas por el gas y la electricidad, según advierte la autoridad supervisora Ofgem.

Además, el gobierno conservador aumenta los impuestos para poder costear la pandemia. «Think-tanks» estimaron que se verán afectadas sobre todo las personas más jóvenes y quienes dependen de prestaciones sociales. Los jubilados con mayores ingresos, en tanto, apenas notarán los recortes.

Sobre todo, aumenta la preocupación por los niños. Alrededor de 4,3 millones de ellos vivían en 2020 con sus familias en una relativa pobreza. Dieciocho meses después, este número podría haber aumentado considerablemente, según afirma Juliet Stone de la Universidad de Loughborough.

Señala que la pobreza tiene efectos sobre la salud. Muchos niños sufren de obesidad porque sus padres no pueden comprarles alimentos saludables. El fenómeno, sobre el que incluso ya advirtió la cadena de supermercados con descuento Aldi, se llama «food poverty», es decir, pobreza de alimentos.

En una encuesta de la organización Action for Children realizada entre padres que trabajan, un 30 por ciento dijo hace poco tener que renunciar a algunas comidas. Otros reemplazan cada vez más una comida caliente por cereales con leche.

El gobierno intenta reducir la presión sobre los hogares más pobres con algunas medidas. Una idea es ofrecer subsidios. En tanto, el ministro de Finanzas, Rishi Sunak, evalúa si no conviene bajar a tiempo los impuestos, que se encuentran en un nivel récord, antes de las próximas elecciones.

Pero falta un enfoque holístico. «En la actualidad, el Gobierno no tiene ninguna estrategia ni objetivos medibles con los que pueda rendir cuentas», criticó en un informe el político laborista de la oposición Stephen Timms, jefe de la comisión parlamentaria de Trabajo y Pensiones.

Ni siquiera hay un panorama claro: hasta ahora, las estadísticas del gobierno ni siquiera cubren el periodo de la pandemia.

El gobierno suele reaccionar con dureza ante la elevada tasa de pobreza y el riesgo cada vez mayor de que se siga extendiendo en uno de los países industrializados más ricos.

Todavía se recuerda cómo, hace aproximadamente un año, el miembro del gabinete Jacob Rees-Mogg acusó al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) de influencia política. Unicef había anunciado en ese entonces que pondría a disposición fondos para el desayuno de las familias pobres de Londres.

Por eso, para muchas personas la esperanza no está puesta en los representantes gubernamentales. Alguien que asumió esta responsabilidad hace tiempo es el futbolista Marcus Rashford. El propio integrante del seleccionado inglés tuvo una infancia pobre. Su madre contó que a veces renunciaba a algunas comidas para poder alimentar a Marcus y a sus hermanos.

Rashford logró, entre otras cosas, que el gobierno tuviera que ampliar su programa de comidas sin costo en las escuelas. Por eso mismo, el delantero del Manchester United ya fue distinguido con un doctorado honoris causa y honores reales. Pero no alcanza.

Hace poco, Rashford llamó a los políticos a la acción: «Es hora de que vean de primera mano el verdadero alcance de esta lucha. Ya no se puede usar el covid-19 como excusa».

dpa

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