Armando Vargas Araya
En la declaratoria de Luis Alberto Monge como Benemérito de la Patria.
Salón de Jefes de Estado y Presidentes de la República,
Asamblea Legislativa de Costa Rica, 15 de noviembre de 2023.
Luis Alberto Monge personifica las esencias más puras de la costarriqueñidad. El presidente que nace descalzo emplea el poder para servir a todos. Fiel al núcleo duro de sus convicciones, defiende la libertad y la soberanía, intensifica la democracia, impulsa la producción, afianza la justicia social y agranda la paz. Dirige un Gobierno vidrioso (1982-86) en medio de los más grandes desafíos de seguridad y defensa desde la Guerra Patria Centroamericana (1855-57), así como en la más honda crisis económica y social desde la Gran Depresión Financiera Mundial (1929-33). Y lo hace con bonhomía, señorío y maestría. Qué prudencia y habilidad para sacar adelante la mejor partida con las peores cartas.
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Cada uno de los hijos de nuestra Patria está representado en esta Asamblea Legislativa, poder republicano que – en su sabiduría – otorga a don Luis Alberto el título de Benemérito de la Patria, el más ilustre y apreciable honor póstumo para cualquier costarricense. Benemérito es quien merece bien de la Patria por sus actos extraordinarios. Las Cortes de Cádiz dispusieron hace 211 años: “Es Benemérito de la Patria aquel que de público y notorio ha hecho servicios muy distinguidos, reconocidos y calificados por tales en todas partes: de manera que haya llegado a ser voz común y opinión generalmente recibida. Se distinguen así los más adelantados en las virtudes patrióticas [como ejemplos de] emulación, modelos que siempre conviene proponer a las personas, bien consultada la justicia distributiva”.
La decisión parlamentaria acredita que Monge el Benemérito – Diputado Constituyente, Embajador Extraordinario y Plenipotenciario, dos veces parlamentario, Presidente de la Asamblea Legislativa y Presidente de la República – es paradigma cívico de la nación toda, por encima de clases sociales, sectores económicos, partidos políticos, tendencias ideológicas, creencias religiosas o generaciones diversas. Aún más e igualmente incontrastable, el egregio varón de Estado trasciende al político circunstancial para ser incardinado en la augusta categoría de estadista fulgente – por sus hechos más que por sus dichos.
El estadista es arquetipo de las virtudes magnánimas. No es como el intelectual que se preocupa, sino es el gobernante que se ocupa de los asuntos públicos, claro en su actuar si bien a veces contradictorio en su definición. Su característica cardinal es una certera visión de país con mirada larga, empeñado en unir intereses contrarios al objeto de hacer del Estado un instrumento al servicio del bien común. El estadista es líder eficaz que genera consenso en torno a sus iniciativas; orador persuasivo, capaz de incitar a la participación y al movimiento con argumentos inteligentes; cree en su mensaje y cumple su palabra para generar apoyo a sus ideas, por impopulares que sean; dechado de energía, perspectiva, adaptabilidad, comprensión, conciencia y coraje. El buen líder es, primero que todo, buena persona, sencilla, serena, respetuosa, generadora de credibilidad. Prevalece en él la responsabilidad social sobre el interés personal o grupal; utiliza de manera efectiva los recursos que le brinda la democracia para solucionar los problemas sociales; en este caso, conoce por instinto campesino que la política es ciencia de realidades; logra hacer lo imposible posible1. Según Winston Churchill: “El político se convierte en estadista cuando piensa en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones”.
Como ser humano, está hecho de luces y sombres. Tiene defectos, comete errores, acumula fracasos y merece críticas. Mas no es esta la ocasión de referirse a esos aspectos. Aunque “los personas no pueden ser más perfectas que el sol. El sol quema con la misma luz que calienta. El sol tiene manchas. Los desagradecidos no hablan más que de las manchas. Los agradecidos hablan de la luz” (José Martí).
A tres décadas y siete años de la Administración Monge, ¿cuáles son algunas de sus acciones de estadista que marcan por generaciones el derrotero de nuestra república?
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Defiende, fortalece y ejerce la libertad de acción del país como la comunidad autónoma, independiente y soberana que es respetada en todos los continentes.
Desafía a la mayor potencia hegemónica global y su denominada “doctrina Monroe” al convocar a los cancilleres de Europa, con el fin de agregar factores democráticos a la lucha por la paz y el desarrollo en Centroamérica3. Washington despacha enviados especiales a Bonn, Londres, Madrid, París y otras capitales para recordarles que desde 1823 las potencias del Viejo Continente están vedadas de injerirse en las cuestiones del Nuevo Mundo. Costa Rica se sobrepone al reto y da inicio al Diálogo de San José, que fructifica a las tres décadas en el Acuerdo de Asociación entre Centroamérica, la Unión Europea y sus Estados Miembros3. ¡Davides han hecho más que Goliates!
Resiste exitosamente las presiones de la potencia hegemónica continental que pretendía el restablecimiento del ejército en Costa Rica, con la repugnante intención de uncirla a la guerra irregular contra Nicaragua. Desde el Consejo Nacional de Seguridad y la bancada republicana en el Senado, en Washington se aboga públicamente porque San José reconsidere la abolición del militarismo. El Gobierno solicita a la Casa Blanca apoyo financiero ($ 744 millones en cuatro años) y apertura de mercados (por la Iniciativa de la Cuenca del Caribe), pero rechaza la voracidad belicista. Gracias a la Providencia, en dos semanas los costarricenses celebraremos 75 años de vivir positivamente sin fuerzas armadas4. ¡La idea más poderosa aportada por nuestra democracia a la humanidad! Proclama la Neutralidad Presidencial sobre la Neutralidad Perpetua, Activa y No Armada al objeto de escudar a nuestra sociedad de las presiones guerreristas externas e internas. El Poder Judicial la ubica al par del artículo 12 constitucional como fundamento de la Estrategia Nacional de Paz. Tres décadas adelante, el Poder Legislativo la eleva a ley de la República, junto con el reconocimiento del Derecho a la Paz y la disposición sobre la enseñanza a la ciudadanía de la Cultura de Paz, fórmula de una convivencia más civilizada, tanto endógena como exógena5.
Ciertamente, salvaguarda a la Patria de la turbulencia fratricida que desangra a naciones vecinas del istmo. Contrarresta la malhadada profecía de la guerrillera transcontinental proferida en 1980: “El proceso revolucionario de Centroamérica es una causa única. Los triunfos de uno son los triunfos de otro… Guatemala tendrá su hora. Honduras la suya. Costa Rica también tendrá su hora de gloria. La primera nota se escuchó en Nicaragua”7. De los ríos San Juan y Sapoá no pasaron. ¡Vivan siempre el trabajo y la paz!
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Preconiza, robustece y ejecuta la democracia integral, en sus dimensiones política, económica, social y cultural.
Practica el diálogo con el adversario en la construcción de consensos nacionales al efecto de resolver problemas comunes. Sistematiza la consulta a los sectores económicos y sociales en la que se explica la cruda realidad nacional, se formulan propuestas y se coordinan tiempos y ritmos de cambios. Regulariza las reuniones de trabajo con los dirigentes de las fuerzas políticas representadas en el Parlamento. Participa en la concertación de cuatro partidos contrarios que se unifican por ley. Conversa periódicamente con directores y editores de medios de comunicación social. Apoya los requerimientos de caminos y servicios municipales en todos los distritos. Respalda la modernización del sistema electoral. Hace de la silla presidencial un solio radiante en la mejor tradición civilista del respeto, el diálogo, la negociación y el consenso en aras del bien común8.
Pone en marcha instituciones y programas que estimulan el avance de la ahora llamada Economía Social Solidaria. Su Administración da la Ley de Asociaciones Solidaristas, que ya suman 1 460, con 360 000 trabajadores y un patrimonio de 2 500 millones de dólares. Establece el Sector Cooperativo y el Ministerio de Desarrollo Cooperativo para alentar al Movimiento, hoy con más de 600 cooperativas, unos 900 000 miembros, 45 000 empleos directos y 30 000 indirectos. Casi la mitad de la población económicamente activa pertenece al cooperativismo o el solidarismo9. Y enuncia su esperanza: “Mi anhelo es que seamos la república cooperativa de América Latina. Se que lleva tiempo pero mi ideal supremo es que Costa Rica sea una democracia cooperativa”9.
Trabaja muy joven aún en un tramo del Mercado Central y preside durante un quinquenio una confederación obrera, donde desarrolla la capacidad de escuchar esperanzas y angustias populares, comprender y sentir los pálpitos del corazón de la nación. Cree firme que es deber imperativo del Estado procurar el mayor bienestar a todos los habitantes, organizando y estimulando la producción y el más adecuado reparto de la riqueza. Los derechos y beneficios enumerados en el capítulo de Garantías Sociales que defiende en la Constituyente son irrenunciables, al igual que otros derivados del principio cristiano de justicia social, aplicables por igual a todos los factores concurrentes al proceso de producción, a fin de procurar una política permanente de solidaridad nacional10. ¡Nada costarricense le es ajeno!
En su Administración, toda propuesta de política económica debe pasar la prueba de sus preguntas últimas: —¿Cómo se afecta el salario real? ¿Cuáles son las consecuencias para las capas más vulnerables de la sociedad?
Campeón de la libertad de pensamiento, expresión y prensa, establece el Día de la Libertad de Expresión en el natalicio de José María Castro Madriz – fijado en el calendario cívico por ley11 – y otorga una medalla de oro con el nombre del Fundador de la República al escritor Alberto Cañas Escalante, al magistrado Fernando Coto Albán, al periodista Rodrigo Fournier y a los periodistas víctimas del alevoso atentado de La Penca. Echa a andar un programa de Comunicación Participativa y otro de Soberanía Radiofónica12.
Aficionado a la bohemia, que en palabras suyas “bien administrada humaniza”, cultiva relaciones de amistad con artistas, creadores y cantantes, de Mario Moreno (Cantinflas) a Lorenzo Salazar Morales (Lencho Salazar), de Francisco (Paco) Zúñiga a Alfredo Cardona Peña. Como diputado, logra la aprobación de una ley para la importación de instrumentos musicales libres de impuestos y desde la Presidencia de la República entrega guitarras a grupos estudiantiles de zonas rurales. Premio Nacional de Cultura Popular, el humorista de radio y televisión Fernando Fernández Sagot (Zoilo Peñaranda) es su padrastro.
Perseverante en la difusión de las innovaciones técnicas y científicas, considera que el conocimiento ensancha la libertad de las personas, empoderándolas para su plena realización humana y el ansiado ascenso social en la democracia14. Su fecunda formación autodidacta lo espolea a crear y apoyar instituciones educativas hoy muy reconocidos, como el CEDAL (Centro de Estudios Democráticos de América Latina), la EARTH (Escuela de Agricultura de la Región Tropical Húmeda), la EIDED (Escuela Interamericana de Educación Democrática), el ICER (Instituto Costarricense de Enseñanza Radiofónica), el Hotel Escuela Cenecoop R.L., el INCAE (Instituto Centroamericano de Administración de Empresas), el TEC (Instituto Tecnológico de Costa Rica) y la UNED (Universidad Estatal a Distancia), o bien publicaciones como la Revista Combate14. Su última voluntad es que sus cenizas reposen al pie de la estatua Crecer, de José Sancho, en el campus de la EARTH.
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Domina y estabiliza la vasta crisis económica que hereda, lleva adelante una estrategia autóctona de rescate y reactivación socioeconómica, establece el nuevo modelo de desarrollo impulsado por las exportaciones; en suma, conduce la transformación productiva de Costa Rica.
El legado recibido es despiadado. De 1980 a 1982, el producto interno bruto se reduce en casi 10 %. El ingreso nacional baja un 22 %. La inflación llega al 80 % anual. Solo en el 81, los precios al por mayor aumentan en un 100%. Los ingresos reales de los trabajadores se reducen en un 45 %, el desempleo bordea el 10 % y para los jóvenes se acerca al 20 %, la pobreza llega al 53 %. El tipo de cambio se desploma en casi 600 %. El déficit fiscal alcanza el 17 % del producto interno bruto. La salida de recursos hacia el exterior alcanza al 24 % del ingreso nacional. El país es visto como paria por la cesación de pagos internacionales a partir de julio del 81, cuando el monto de la deuda externa representa prácticamente el 100 % del PIB y tres veces el de las exportaciones, el pago por concepto de intereses equivale al 8 o 9 % del PIB, al 30 % de las exportaciones y al 40% del ahorro nacional. ¡Un desgarrador panorama de desesperanza!
Apoyado por un brillante equipo de economistas e ingenieros – Castillo, Dengo, Faith, Hess, Lizano, López, Rodríguez, Silva, Vargas, Villasuso, entre otros – ejecuta una estrategia de estabilización en materia de precios, cambiaria y fiscal, renegociación de la deuda externa y reformas de política para recuperar el crecimiento. A mitad de su Administración, la economía registra el incremento más significativo de la última década, con un comportamiento favorable en casi todas las variables relacionadas con la estabilidad socioeconómica. Al final de su mandato se abre el periodo post crisis, con un nuevo modelo de producción y exportaciones que pasan de 2 510 millones de dólares en el 82 a 4 377 en el 84 y hoy alcanzan a unos 18 000 millones de dólares por año; queda a punto una institucionalidad capitaneada por el Ministerio de Comercio Exterior, sustentada en la Ley de Incentivos para el Desarrollo Turístico; el déficit fiscal es 1,5 % del PIB; el desempleo baja a 6,2 %, y las familias en pobreza pasan de 48 en el 82 a 25 % en el 86.
Es Monge el Benemérito quien encabeza, articula y dirige el rescate de la economía, la recuperación del crecimiento y la transformación socio productiva del país. Gracias a esa proeza, continuada en sus líneas maestras por las administraciones que le siguen, Costa Rica es el país de Latinoamérica con mayor diversificación en las exportaciones y las zonas francas más productivas, líder mundial en atracción de inversión extranjera directa, líder mundial en turismo sostenible y líder latinoamericano en todos los estándares relevantes de la industria15.
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Único Padre de la Constitución de 1949 electo Jefe de Estado, a lo largo de su prolongada carrera de servicio público mantiene los valores que sustentan el pacto social surgido de la Carta Magna.
Encarna en sus decisiones los valores propios que estructuran el tejido social costarricense: la libertad, la justicia, la paz, la democracia y el diálogo respetuoso, la eficacia y la sostenibilidad, la equidad y la solidaridad a través de la educación, la salud y la vivienda16.
En sus años de representante de la Nación en la Asamblea Legislativa logra la ley del aguinaldo en la empresa privada, así como la ley que regula las relaciones entre productores, beneficiadores y exportadores de café. La búsqueda de la armonía social es una constante en su acción pública.
Su estrategia económica para superar la crisis es acompañada por una sabia estrategia de compensación social. Es fiel a la tendencia histórica de gobernar para todos, al punto de que Costa Rica llega a desarrollar la mejor instrumentación social de Latinoamérica y es líder mundial en la conversión de crecimiento económico en progreso social. Establece la canasta salarial que incrementa el salario real. Acelera la distribución de tierras a los campesinos y el otorgamiento de vivienda popular en las áreas urbanas. Fortalece los programas de nutrición en las escuelas. Incrementa y focaliza los subsidios a los hogares en condición de pobreza. Fomenta la creación de empleo: un plan de salvamento de pequeñas y medianas empresas beneficia a 90 compañías, lo que repercute directa o indirectamente en 200 000 familias. En cuestión de solo tres años, la pobreza es reducida en un 24 % 18.
Apoya las asociaciones comunales y atiende las necesidades de infraestructura en cada uno de los cantones y distritos. En medio de la crisis, actúa como el primer alcalde de la República y en su Administración se construyen más kilómetros de caminos y carreteras, más puentes y más obras públicas que en ninguna otra.
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La prudencia, la humildad y el sentido campesino del humor marcan el carácter de Monge el Benemérito.
Muchas gracias, infinitas gracias a la Asamblea Legislativa por colocar a don Luis Alberto en el enaltecedor sitial de quienes sirven a la Patria con la primacía de la verdad sobre el poder, ejemplo imperecedero de coherencia ética y patriotismo auténtico, fuente de inspiración para una acción política que tenga como fin supremo el servicio a la persona humana18.
Quienes hemos tenido el privilegio de conocerlo, servir al país bajo su conducción y enriquecer nuestras vidas con su amistad, valoramos la agudeza de su ingenio, su talante alegre y simpático, su erudición extraordinaria. Gobierna en un periodo extremadamente difícil con hondo conocimiento de la historia, sapiencia constitucional y apego al ordenamiento legal. Fiel a sus principios, promueve la justicia e impide el influjo nocivo de quienes buscan los propios intereses en detrimento de los débiles.
Sus conversaciones con Juan Pablo II, en Costa Rica primero y en El Vaticano después, son útiles para poner de manifiesto la necesidad que sienten los pueblos de modelos creíbles, que muestren el camino de la verdad en esta coyuntura histórica en la que se multiplican arduos desafíos y graves responsabilidades. En efecto, fenómenos económicos muy innovadores modifican las estructuras sociales, las conquistas científicas en las biotecnologías y la llamada “inteligencia artificial” agudizan la exigencia de defender la vida humana en todas sus expresiones, las promesas de una nueva sociedad presentadas a una opinión pública desinformada y engañada, exigen con urgencia opciones políticas claras en favor de la familia, de los jóvenes, de los ancianos y de los marginados. Servir no al poder, sino al ideal de la justicia, vale decir, el gobierno como ejercicio de virtudes cívicas20. Monge el Benemérito pone su actividad pública al servicio de la persona, especialmente si es débil o pobre; gestiona las controversias sociales con exquisito sentido de equidad: sabe que “las moscas se atrapan con miel, no con hiel”. Su desprendimiento de honores y riquezas, su humildad serena y jovial, su equilibrado conocimiento de la naturaleza humana y de la vanidad del éxito, así como su seguridad de juicio basado en la verdad, le dan una confiada fortaleza interior que lo sostiene en las adversidades y aún frente a la muerte.
Verdaderamente, se forja por sí mismo a través de una vida entera de trabajo y de entrega a la Patria y al prójimo, anclado siempre en la prudencia que es la capacidad de orientarse en el espacio-tiempo histórico21.
– Escritor e historiador. Ministro de Información y Comunicación (1982-86). Embajador en Australia y
Nueva Zelanda (2019-23).
Notas:
1. Consúltese de Enrique Benavides Chaverri, Monge: hombre del pueblo. San José: Secretaría de Información y Comunicación, 1982.
2. Luis Alberto Monge, Centroamérica para los centroamericanos. Madrid: Tecnos, 1984.
3. “La relación entre la UE y Centroamérica se remonta al conocido como Diálogo de San José, cuyo primer hito tuvo lugar en San José, Costa Rica, el 28 de septiembre de 1984 en el marco de la inestabilidad política y los problemas económicos de América Central en la década de los ochenta. Ese momento marca el inicio del compromiso de la UE con los problemas de América Central, un compromiso que es justo reconoce que no ha abandonado ni reducido desde esa fecha, hace ya 36 años”. Pedro Caldentey del Pozo, El Acuerdo de Asociación entre la Unión Europea y Centroamérica: un potencial por explotar. Madrid: Fundación Carolina / Fundación EU-LAC, Documento de trabajo FC/EU-LAC (6), mayo de 2022.
4. Véanse de Ned Dobos, Ethics, Security, & the War Machine. The true cost of the military. Oxford: Oxford
University Press, 2020; de Judith Eve Lipton y David P. Barash, Strength through peace. How demilitarization led to peace and happiness in Costa Rica, and what the rest of the world can learn from a tiny, tropical nation. Oxford: Oxford University Press, 2019
5. Ley n.° 9288, de 21 de noviembre de 2014, que proclama la paz como derecho humano fundamental y a Costa Rica como país neutral. Diario oficial La Gaceta, 3 de marzo de 2015.
6. Fundador en El Salvador de las Fuerzas Populares de Liberación Farabundo Martí, Cayetano Carpio (1918-1983), conocido como Comandante Marcial, en la Revista Proceso (México), 25 de agosto de 1980.
7. Véase de Jorge Mora Alfaro, Luis Alberto Monge Álvarez: su pensamiento político. Heredia: Universidad Latina, 2001.
8. “Costa Rica: Cooperativas son clave para la producción y el progreso social, revela estudio”, Diario electrónico DecoopChile, 24 de agosto de 2016. Roberto Artavia, “El Movimiento Cooperativo en Costa Rica y el progreso social”, en Revista Horizontes (San José), n.° 24, 2018.
9. Luis Alberto Monge, Mi anhelo: conversaciones con Armando Vargas Araya. San José: CENECOOP, 2013.
10. Artículos 50 y 74, Constitución Política de Costa Rica.
11. Ley n.° 8510, del 16 de mayo de 2006, que declara el 1.° de setiembre “Día de la Libertad de Expresión”.
12. Luis Alberto Monge, Comunicación para la Democracia. San José: Imprenta Nacional, 1984.
13. Véase de Mario Fernández Lobo, “La educación como proyecto político: Luis Alberto Monge (Partido Liberación Nacional), Rodrigo Gutiérrez Sáenz (Coalición Pueblo Unido)”, en Revista Educación, Universidad de Costa Rica, Vol. 5, n.° 1, 1981, pp. 15-25.
14. Luis Alberto Monge, En Combate. Madrid: Tecnos, 1984.
15. Juan Manuel Villasuso, Reformas estructurales y política económica en Costa Rica, Santiago de Chile, CEPAL, 2000. Eduardo Lizano Fait, Ajuste y crecimiento en la economía de Costa Rica: 1982-1994, San José: Academia de Centroamérica, 1999. Roberto Artavia y Ennio Rodríguez, presentaciones en el foro “La transformación socioproductiva de Costa Rica en la Administración Monge (1982-1986)”, Cátedra Rodrigo Facio, San José: CENECOOP, 26 de octubre de 2023.
16. Luis Alberto Monge, Recuerdos y meditaciones sobre la Asamblea Nacional Constituyente de 1949. San José: Universidad Interamericana, 2000.
17. Véase de Mitchell Seligson, Juliana Martínez y Juan Diego Trejos, Reducción de la pobreza en Costa
Rica: el impacto de la políticas públicas. Quito, Ecuador: PNUD, 1997.
18. Luis Alberto Monge, Pensar y actuar. Madrid: Tecnos, 1984.
19. Véase de Juan Pablo II, Motu proprio para la proclamación de santo Tomás Moro como patrono de los
gobernantes, 31 de octubre de 2000.
20. Consúltese de Henry Jones, “Searching for Statesmanship: A Corpus-Based Analysis of a Translated
Political Discourse”, en Polis: The Journal for Ancient Greek and Roman Political Thought, 36(2), pp. 216-
241, 28 de junio de 2019.