Más excluidos, ahora del fútbol

Compartiendo mis anotaciones

Jorge Mora Alfaro

Jorge Mora

La apetencia por obtener cada vez mayores ganancias, enceguece. La obsesión, a pesar de las experiencias del entorno, no permite medir las consecuencias de decisiones percibidas o divulgadas como una especie de curso natural de los acontecimientos. Los costarricenses, de los más diversas condiciones socioeconómicas, son amantes del fútbol y, para gran parte de ellos, su principal diversión. A muchos les resulta difícil acudir a los estadios, entre otras cosas, por sus cada vez más prolongadas e intensas ocupaciones, por la lejanía de su lugar de residencia o por los prohibitivos costos que conlleva asistir a los centros deportivos para gozar de estos espectáculos comerciales y deportivos.

Ante esa circunstancia, el disfrute de su afición encuentra en las transmisiones televisivas el medio preferido o la única forma de muchas familias para acceder a esta masiva y global diversión. En Costa Rica, según SUTEL (2017), el 97,5% de los hogares cuenta con servicios de televisión. El 69% por ciento está conectado a los diversos servicios de televisión por suscripción, la mayoría de ellos a TV por cable, pero con un creciente registro en la TV satelital. Pero resulta destacado el 28,5 por ciento de los hogares con acceso solo a la televisión abierta y el 2,5% sin acceso al servicio (31% de los hogares).

La decisión adoptada en primer lugar por Tigo y los equipos de fútbol a quienes han comprado los derechos de transmisión de sus encuentros y ahora por Repretel y Canal 7 y los equipos con quienes mantienen prolongadas relaciones contractuales -entre los cuales se cuentan las escuadras más populares del país-, en el sentido de eliminar las emisiones por televisión abierta, tendrá efectos en una población con un acumulado sentimiento de exclusión de muchos de los servicios ofrecidos en una sociedad en la cual se siente cada vez más extraña, más alejada y con una carga creciente de enfado. ¿Cómo sentirse parte de una sociedad que te estruja y te limita el gozo de aquellas diversiones o servicios de los cuales a lo largo del tiempo has disfrutado? ¿Tiene necesariamente el crecimiento de los negocios y la generación de mayores ingresos en el mundo del espectáculo un carácter excluyente? ¿Existe la posibilidad de que el canal de TV estatal compre también los derechos de transmisión al nuevo canal y retransmita en forma abierta los juegos pensando en aquellos hogares sin posibilidad, a partir de febrero, de ver desde sus casas los partidos de fútbol?¿Será comercial y técnicamente posible esto?

Es previsible, a partir de este “avance” o “modernización” del negocio futbolero, el surgimiento de un aumento de las suscripciones a los servicios de televisión por cable de familias en capacidad de sacrificar el consumo de otros bienes y servicios en su hogar para poder disfrutar de su diversión. Eso sería lo esperado por la cableras. En otros casos, como ocurre en los países en donde no existe la difusión abierta de los partidos de fútbol, las personas mayores de edad acudirán a bares u otros sitios en los cuales se ven los partidos mientras consumen bebidas alcohólicas o alimentos expedidos en ellos. Los excluidos, en estos casos, serán los niños y, tomando en cuenta las características de la cultura predominante, buena parte de las mujeres. No obstante, no se puede ocultar el efecto de esta decisión en un número significativo de hogares para quienes la posibilidad de disfrutar del fútbol será un recuerdo del pasado, arrebatada por los bárbaros de la modernidad, según los denominó Baricco (Anagrama, 2008), para quien “Los bárbaros llegan de todas partes”.

La relación entre los mapas sobre el índice de desarrollo social distrital, en el cual se observan las zonas en donde predominan los quintiles de la población de menores ingresos, I y II (rojo intenso y rosado), y las coincidencias con los datos de Sutel sobre las zonas en donde se encuentran los porcentajes más bajos de suscripción a servicios de televisión, menor de 12,93% y de menos de 12,93% a 15,56% (los verdes más tenues), nos dan una idea de entre quienes se concentrarán los efectos de una nueva restricción a los elementos generadores de convivencia, cohesión e integración social. No será tal vez el aspecto más relevante, pero sin duda sí una diversión tradicional y para muchas familias importante en su cotidianidad doméstica.

Costa Rica. Suscripciones al servicio de televisión por suscripción por cada 100 habitantes según cantón, 2017

Menor de 12,93 %
De 12,93 % a 15,56%
De 15,57 % a 17,81 %
De 17,82 % a 22,10%
Más de 22,10%

FUTV

FUTV

Fuente: SUTEL, Dirección General de Mercados, 2017 y MIDEPLAN, 2017.

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